La relación actual de Ciudadanos con el PSOE está a años luz de la que impuso Albert Rivera en su último periodo como presidente de la formación liberal. Inés Arrimadas, tras vencer en las primarias el 8 de marzo, dio un vuelco total a la estrategia naranja. Ese mismo día, la líder del partido rompió con lo establecido en su organización hasta el momento y reconstruyó puentes con el Gobierno de Pedro Sánchez.

El mismo día en el que las mujeres se echaron a las calles para reivindicar la igualdad, Inés Arrimadas asumía la presidencia de Ciudadanos tras el periodo de sede vacante motivado por el adiós de Albert Rivera. Ese mismo día supuso la primera piedra en la construcción de las renovadas relaciones entre liberales y socialistas, según avanza El Mundo.

El primer movimiento que Inés Arrimadas llevó a cabo como presidenta de la formación fue telefonear a Moncloa para edificar una línea de comunicación que, seis meses después, ha desembocado en una relación fluida y la formación liberal se consolidase como uno de los principales apoyos de Sánchez durante el estado de alarma y otras medidas.

Según ha publicado El Mundo, la sintonía entre PSOE y Ciudadanos de cara a la negociación de los Presupuestos no ha surgido por generación espontánea, sino que forma parte de una estratagema ideada por la nueva dirección del partido. Desde la cúpula admiten que no contaban con una comunicación con Moncloa, dado que fue destruida por el anterior líder de Ciudadanos. “Algo teníamos que hacer, no nos podíamos quedar quietos, aunque era una ruta difícil”, reconocen.

Tras estos primeros contactos, ambas partes nombraron a dos interlocutores fijos. A la sazón, Félix Bolaños por parte de Moncloa y Carlos Cuadrado por el lado de los liberales. “Era difícil, no había mucha confianza, pero dejamos eso a un lado porque la situación provocada por la pandemia era grave”, admiten desde la cúpula naranja.

Las primeras reuniones y la intensificación de los contactos sembraron la idea en Moncloa de que Ciudadanos esta vez iba en serio y suponía una alternativa que estudiar. No obstante, desde el partido liberal no se ha abandonado la postura crítica con el Ejecutivo, aunque siempre estuvieron de su lado para que las prórrogas del estado de alarma salieran adelante.

“Nosotros no hemos cambiado, seguimos pensando igual, lo que ha cambiado es España por la pandemia”, deslizan desde la Ejecutiva de Ciudadanos. Además de a Carlos Cuadrado, otro nombre propio liberal asoma como partícipe del deshielo. Se trata de Edmundo Bal, quien ejerció la portavocía durante los meses que Inés Arrimadas estuvo de baja por maternidad.

Bal trasladó a la formación la necesidad de adoptar esta medida excepcional y apostó por avivar el diálogo con Moncloa para hacerlo más fluido. Durante los meses más duros de la pandemia, ambas partes se reunían cada 15 días y desde el Ejecutivo instaron a Ciudadanos a que las prórrogas debían de ser más amplias, aunque se descartó de inmediato ante la negativa liberal.

Ciudadanos nunca dejó de tender la mano al Gobierno pese al malestar de Unidas Podemos y de Esquerra Republicana. Los naranjas creen que es oportuno dialogar con el Ejecutivo sobre los Presupuestos Generales del Estado, sobre todo con los socialistas. “El borrador que contemplaba en inicio el Gobierno era inviable. Son necesarios unos PGE de reconstrucción. Lo más sensato era sentarse a hablar”, explican en la formación naranja.

No obstante, desde Ciudadanos avisan que “no hemos pasado de la nada al todo”. “Nuestro voto no será gratuito”, advierten los liberales, quienes piden que no se dé por hecho su voto favorable a las cuentas públicas sin negociación previa. Sin embargo, entienden que Presupuestos “habrá sí o sí”, aunque lo que intentarán es que “haya los mejores posibles y con nuestros diez diputados influir lo que podamos”.