El Rey Juan Carlos, durante su discurso previo al almuerzo ofrecido en honor del presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, y su esposa, Rosa Leal, el pasado miércoles, en el Palacio Real. EFE El Rey Juan Carlos en un acto en el Palacio Real. EFE/Archivo



El Mundo no da al Rey por perdido, sino más bien, todo lo contrario. Un día después de que su director, Pedro J. Ramírez, clamara en su columna dominical por el regreso del “Rey batallador”, a quien ve como “el mayor activo de la democracia", el diario publica una encuesta favorable al Monarca que refleja que el 82% de los españoles cree que debe recuperar el prestigio de la Monarquía y un 46% considera positivo el balance de su gestión.

Anson, cruzada contra el juez Castro
El artículo de Pedro J. Ramírez coincidió en fecha con el de Luis María Anson, también en El Mundo, que, en el mismo tono de otras firmas de la derecha mediática, carga contra el juez José Castro, instructor del caso Urdangarin y responsable de la imputación de la infanta Cristina. Anson no se corta un pelo y califica al magistrado de “mediocre”, “de prestigio discutible” y de ansioso de “saltar al estrellato”. La nota discordante de El Mundo la pone Federico Jiménez Losantos, que afirma que la Monarquía paró su reloj el 23-F.

Un tesoro
Pedro J. Ramírez avala la afirmación del ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien dijo que el Rey es un “tesoro” para España. “Seamos conscientes de que la figura de don Juan Carlos continúa siendo, por su capacidad de interlocución dentro y fuera de España, el mayor activo de nuestra democracia. De él podrán decirse muchas cosas, y nadie se va a morder ya en este país la lengua, pero no hay un solo español de peso que no siga dispuesto a escuchar y ponderar los consejos del Rey que trajo y defendió las libertades”, escribe el director de El Mundo.

Con la armadura puesta
Ramírez defiende que ha llegado “la hora de la reforma constitucional” y considera que “nadie mejor que” el monarca “podría ayudar a encauzarla. Pero el mero hecho de verlo de nuevo con la armadura puesta como su antecesor Alfonso I –“clamábanlo batallador porque en Espanya no ovo tan buen cavallero que veynte nueve batallas vençió”– ya me parece una gran noticia en medio de tanta desolación”.

Sacar a España del hoyo
El director de El Mundo no cree que a Don Juan Carlos se le haya pasado el arroz a sus 75 años, “uno más que Reagan cuando fue reelegido, tres menos que Tarradellas cuando volvió a Barcelona, doce menos que Adenauer cuando dejó de ser canciller”, escribe. Y confía en que el “Rey batallador” impulse "un proyecto regenerador, similar al de la Transición, que nos saque del hoyo”.

El sondeo
Según el sondeo de El Mundo, publicado este lunes, y acompañado de editorial, un 72% de los ciudadanos quiere que el Rey impulse un pacto anticrisis y la reforma constitucional, el 82% cree que debe intentarlo, y un 46% sigue valorando de bueno o muy bueno el balance de su reinado.

Anson carga contra "el mediocre" juez Castro
Junto a Ramírez, Luis María Anson le da un espaldarazo al Monarca, en su columna en El Mundo, desde la que carga sin miramientos con el juez que ha puesto en jaque, en términos judiciales, a la Casa Real. El veterano periodista califica al magistrado José Castro, instructor del caso Urdangarin, de “mediocre, de biografía menor y de prestigio discutible. Próximo a la jubilación obligatoria, y pensando tal vez en un ejercicio futuro de la abogacía, ha visto en el caso Nóos el trampolín para saltar al estrellato”.

“Está clara su pretensión de prolongar el minuto de gloria de su vida grisácea (…) Todos los juristas que he consultado, de la más varia ideología por cierto, afirman que los 14 indicios aportados por el juez son puro voluntarismo y que si de lo que se trata es de administrar justicia no se tienen en pie”, asegura Anson.

La nota discordante de Losantos
En el mismo periódico, Federico Jiménez Losantos pone la nota discordante al explicar que el apego al Rey y la idea de que puede ser todavía el salvador de España se debe al hecho de que la “única democracia conocida en España, aunque no en toda ella, lo ha sido con Don Juan Carlos I como Rey”, por lo que ve “lógico el escalofrío ante la posible desaparición política del Rey actual”. Pero, “asuntos al margen –continúa Losantos- hay un hecho inocultable: la crisis nacional e institucional que tiene en el Rey el símbolo de su descrédito y de la dificultada de su regeneración”.

Para Jiménez Losantos, a la Monarquía “se le paró el reloj el 23-F. O mejor, lo paró ella, porque es muy cómodo vivir sin mirar la hora”.