La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís -solo cinco días después de que admitiese que estaba intentando una aproximación al PP de cara a las próximas municipales-, ha reculado y finalmente ha anunciado que seguirá formando parte de Ciudadanos para "defender el espacio liberal" en Madrid.

Así lo ha manifestado en una rueda de prensa celebrada en el hotel Urso, en la madrileña calle Mejía Lequerica, desde donde Villacís ha afirmado que se presenta a las primarias de Ciudadanos para encabezar la candidatura de la formación naranja al Ayuntamiento de Madrid. 

"Si ya estaba convencida de que este espacio es fundamental, de su buen hacer, de la integridad, estoy más convencida que nunca. Esta semana me ha servido para estar más convencida que nunca. Creo que sobran las razones para que la gente confíe en este proyecto. Me voy a presentar para liderar el espacio de centro en Madrid que representa Cs", ha trasladado Villacís. 

"Villacís nos ha roto"

“Nos ha hecho mucho daño. Nos ha hecho un siete desde el viernes”. Estas dos frases se repiten en círculos internos de Ciudadanos. El suicidio político de Begoña Villacís amenaza con neutralizar los intentos de los liberales por reflotar el proyecto tras la refundación. Todo ello, en la misma semana en la que se ha aprobado un calendario de primarias que no ha terminado de convencer en ciertos sectores críticos al catalogarlo como apresurado. En cualquier caso, ya asumen que la vicealcaldesa va a dificultar aún más la supervivencia naranja en el plano local y regional. “Si ya era difícil antes, ahora…”, deslizan con pesar algunas voces de la fuerza centrista.

La zozobra y la incertidumbre no prometen alejarse de Alcalá 253. Ciudadanos vive en un constante estado de desasosiego desde aquel fatídico 10 de noviembre de 2020, rematado las elecciones de Madrid del 2021, fruto de la “chapuza” diseñada junto al PSOE en Murcia para censurar a Fernando López Miras, presidente regional. Desde entonces, los virajes se acentúan. Inés Arrimadas, ya ex presidenta del partido, no supo reconducir el navío naranja cuando asumió la capitanía, situación que derivó en un belicoso proceso de primarias. El aparato del partido y la lista contestataria de Edmundo Bal se batieron en duelo en el fango en un proceso orgánico cuyo final estaría lejos de cicatrizar las heridas aún supurantes.

En este contexto se mueve la nueva dirección de Ciudadanos, liderada por la dupla que conforman Adrián Vázquez (secretario general) y Patricia Guasp (portavoz política), que dos semanas después de la VI Asamblea General, se ha enfrentado a todo tipo de vicisitudes. La primera, cómo sustentar un Grupo Parlamentario absolutamente fracturado y controlado por Edmundo Bal, a quien neutralizaron con un cuestionado Guillermo Díaz, afín a Arrimadas y, por ende, al aparato.

El verdadero problema aún tardaría una semana en llegar. El caso Bal quedó en un segundo plano, eclipsado por la inmensidad de una Begoña Villacís que, por fin, verbalizaba ante los suyos sus deseos de convertirse en una suerte de “corriente interna del Partido Popular”. Los rumores se hicieron realidad. La vicealcaldesa entendió que era el momento de soltar la bomba, independientemente de cómo afectara a Ciudadanos, partido en el que sigue militando pese a liberarse de los cargos orgánicos tras la refundación.

Villacís sacude las proyecciones de CS

El horizonte de Ciudadanos previo a la refundación no era especialmente halagüeño, aunque, como suele decirse, la esperanza es lo último que se pierde. Los liberales barruntaban consecuencias positivas tras la Asamblea General y la implantación de un nuevo modelo bicéfalo, a pesar de que desde los sectores críticos se les acusara de “continuistas” con el legado de Arrimadas. Diferencias metodológicas e ideológicas aparte, se el 28 de mayo no se entendía como una pelota de partido, sino como un “set ball”, reservando la metáfora de la última bala para las elecciones generales.

Nadie en el partido rehúye a la enorme dificultad que entraña el reto, pero la explosión del caso Villacís ha multiplicado los niveles de desasosiego interno. “Si antes lo teníamos difícil, ahora más”, reflexiona un dirigente del partido a ElPlural.com, que no duda en señalar a la vicealcaldesa. “Begoña nos ha hecho mucho daño. Nos ha hecho un siete desde el viernes”, acota esta misma fuente antes de cuestionar la idoneidad del calendario de primarias que este pasado lunes aprobó la Ejecutiva Permanente.

La cúpula agendó la presentación de candidaturas para los días 4 y 6 de febrero, mientras que las votaciones se celebrarían entre el 14 y el 16 del mismo mes. Un calendario apresurado, según entienden algunas voces críticas, que dispara la incertidumbre, sobre todo en Madrid, a expensas de la decisión final de Villacís. “Si Begoña no se presenta, ahora por calendario, tienes que crear un candidato de la nada en dos o tres meses… Nos ha roto”.

Pero no todo el pesimismo es responsabilidad exclusiva de Villacís, sino que este diseño apresurado del calendario siembra la duda sobre los posibles candidatos. “O tienen a su gente o no tienen nada preparado. Los resultados no van a ser los de 2019, pero ya hay territorios que decían que manteníamos en los que nos dan un cero”, denuncia una fuente de la formación a este periódico. La región a la que alude esta voz es a Baleares, feudo de la portavoz política del partido, Patricia Guasp.