La ruptura de las relaciones entre Podemos y Sumar provocó una marejada de llamadas en Moncloa. La estabilidad parlamentaria de la izquierda quedaba en entredicho en los primeros minutos del sorpresivo movimiento de los liderados por Ione Belarra, que decidían que sus cinco diputados pasarían a formar parte del Grupo Mixto en el Congreso para ser independientes de la dirección de Sumar, por lo que tocaba hacer rápidos movimientos para asegurar la supervivencia de la legislatura.

Una de las llamadas más importantes fue la protagonizada por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien no dudó en contactar con su vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, para preguntarle qué estaba pasando y qué derivadas podría tener esta actuación. Lo cierto es que aquella llamada no fue la única, ya que, de hecho, fuentes de Sumar consultadas por este periódico señalan que se enteraron por la prensa de la decisión de los morados, tomada de forma unilateral, sin previo aviso y sin consultar a la militancia: “Hay gente de Podemos que ni siquiera lo sabía”, explican.

De hecho, en el momento en el que la prensa publicó la oficialización de la ruptura, a media tarde de este martes, la propia Yolanda Díaz e Ione Belarra se encontraban compartiendo espacio: “Podemos no ha entendido que la dirección del grupo parlamentario es la que manda. No son el único partido integrado en la plataforma”, señalan fuentes de los magentas, que, incluso, se atreven a hablar de un posible caso de transfuguismo. “Es una nueva maniobra de la órbita de Pablo Iglesias”, indican voces muy próximas a Yolanda Díaz.

En paralelo a la llamada que mantenían presidente y vicepresidenta, uno de los encargados de hablar con Podemos era Félix Bolaños, hombre fuerte de Sánchez y ministro de Presidencia y Justicia en el nuevo Ejecutivo. Éste se ponía en contacto con Ione Belarra, que, tras explicarle los motivos de la decisión, le aseguraba que desde Podemos no buscarán romper la legislatura y sencillamente operarán de forma autónoma y estratégica al sentir que han sido pisoteados y humillados por Yolanda Díaz y el Grupo Parlamentario que integraba a la plataforma tras los resultados cosechados el pasado 23 de julio.

“Todas las formaciones de izquierdas compartimos que lo importante es seguir avanzando en derechos sociales frente a la ola reaccionaria y ultraconservadora de PP y Vox”, ha asegurado Sánchez en el Congreso, quitando hierro al asunto, por el momento, y asegurando que, más allá de tener que negociar aún más en un Congreso más fragmentado de lo que se recuerda nunca, no habrá problema para sacar adelante las medidas que constituyen los pilares de la hoja de ruta progresista de la coalición de Gobierno.

“Serenidad y tranquilidad” es lo que ha querido transmitir Yolanda Díaz frente a los micros que se han dispuesto este miércoles en el patio del Congreso de los Diputados. En un mensaje muy similar al pronunciado por el presidente Sánchez, la líder de Sumar ha indicado que “nadie que sea progresista puede equivocarse de adversarios”. No obstante, la vicepresidenta segunda también ha reclamado altura de miras, huir de posiciones partidistas y alejar el ruido de lo que de verdad importa: “Estos movimientos crean desafección política”.

Si bien esta era la queja pública, frente a los micros y con todas las televisiones pendientes del parte de ultima hora, fuentes del entorno de Díaz eran aún más combativos en privado: “Nos sentimos aliviados”, reconocían, justificando de esta forma que ahora toca trabajar y huir del terreno movedizo y de bloqueo que se trataba de imponer desde las esferas controladas por el otrora secretario general de Podemos y padre político de todas estas confluencias, Pablo Iglesias.

¿Y ahora, qué?

No obstante, y pese a la falsa imagen de serenidad transmitida este miércoles en la Cámara Baja, la marejada parece lejos de calmarse. De hecho, en este influjo de llamadas en la tarde del martes se produjo una que no ha sentado nada bien en Podemos. Josep Vendrell, quien fuese director de Gabinete de Díaz y hombre fuerte de los comunes, mantuvo una conversación con Lilith Verstrynge, secretaria de Organización de Podemos.

Ninguno de los dos ha dado detalles sobre el resultado de esta conversación, pero, no obstante, ha trascendido que los comunes han reclamado a la de Podemos que abandone su acta de diputada, ya que el puesto en las listas fue una cesión de los comunes que, una vez roto el grupo parlamentario, desean recuperar.

A la espera de ver cómo se soluciona este último órdago, también está pendiente de analizar cómo se presentarán las formaciones a la izquierda del PSOE a las elecciones vascas y gallegas. Desde Podemos insisten en que respetarán las decisiones de sus organizaciones territoriales, como hasta ahora, pero aducen que desde Sumar se están retrasando estas conversaciones haciendo más complicado llegar en plazo a conformar una hipotética coalición electoral.

Además, está pendiente ver cómo avanza la cuestión aritmética. Con la ruptura del grupo parlamentario, Podemos podrá ser llave de muchas tramitaciones en el Congreso. Si los cinco de Podemos se oponen a cualquier trámite legislativo, este decaerá -siempre que se mantengan los mismos apoyos que en la investidura-. Los de Ione Belarra lo tienen claro: “Las decisiones las adoptará la militancia”. El objetivo a medio plazo, “volver a ser el partido que lidere la izquierda alternativa”.