Marcial Dorado ha roto su silencio para lanzar una grave acusación: tanto el Partido Popular como el PSOE intentaron comprarle declaraciones contra Alberto Núñez Feijóo. Según el narcotraficante gallego, condenado por blanqueo y cohecho, emisarios vinculados a ambos partidos le ofrecieron impunidad a cambio de “echar basura” sobre el actual líder del PP, en operaciones que, según dice, partían de lo que denomina “la pequeña de Madrid”. Así lo ha relatado en una entrevista concedida a 'El Confidencial', en la que detalla episodios ocurridos tanto antes de entrar en prisión como durante su estancia en la cárcel, y en los que asegura haber sido presionado para incriminar a altos dirigentes populares como Feijóo y Mariano Rajoy.

Dorado sitúa el primer intento de presión en 2005 o 2006, cuando él mismo decide enviar un mensaje a José Blanco, entonces vicesecretario general del PSOE, a través de un conocido suyo. En ese mensaje, explica, le pedía que ordenase una investigación para confirmar que él no tenía vínculos con el narcotráfico. “Le mandé un recado a un chavalito muy majo que hay allí, buen chaval, que es el que pasea a Pepiño Blanco en la barca. ‘Dile a Pepe Blanco que nos haga el favor... que nos haga una investigación y si ve que tengo algo que ver en esto, que se olvide. Pero yo no tengo nada que ver con el narcotráfico’”, relata Dorado al citado rotatorio.

Meses después, asegura, aparecieron dos hombres en su oficina que sabían del mensaje enviado a Blanco. “Mira, Marcial, sabemos que le mandaste un recado a Pepe Blanco”, le dijeron, según su versión. Dorado afirma que entonces comprendió que estaban bien informados y se sorprendió por su presencia: “¿Qué tienen que ver aquí estas dos personas? ¿Qué está pasando aquí?”. Asegura que los emisarios —más tarde sabría que eran policías— le ofrecieron una salida exprés a sus problemas judiciales: “Sabemos que no tienes nada que ver en el narcotráfico. Eso lo tenemos muy seguro. Pero te van a condenar. Si quieres, esto se arregla en una patada. Viene una persona de Madrid”. Añade que incluso le plantearon que alguien podía coger “un avión ahora mismo” desde la capital para reunirse con él. Dorado rechazó la oferta tajantemente, convencido de que “estos quieren basura ya.

El relato continúa en 2014, ya dentro de prisión, cuando —según dice— recibió tres visitas de guardias civiles. En esos encuentros, le preguntaron si conocía “algo nuestro de la Guardia Civil”. Posteriormente, un abogado acudió con una propuesta aún más directa: “Me viene un abogado, con un papel, y me pone: ‘Sales absuelto si echas [basura] contra estas personas’”. Las personas en cuestión, según Dorado, eran Feijóo y Rajoy. Cuando preguntó quién estaba detrás de esa operación, el abogado respondió: “Bueno, esa es una pequeña”. “¿Pero qué pequeña el qué?”, inquirió, a lo que le contestaron: “Sí, la pequeña. Del PP, del PP. De Madrid”. No le dieron más detalles. “¿Quién es la pequeña? Pues eso”, remata.

Auge y caída del narco gallego más incómodo para la política española

Marcial Dorado Baúlde, natural de Cambados (Pontevedra) y nacido en 1950, se convirtió en una figura relevante del contrabando de tabaco en Galicia en los años ochenta y noventa. Comenzó su actividad como piloto de lanchas rápidas al servicio de redes de contrabando y más tarde diversificó sus negocios hasta alcanzar un considerable patrimonio que incluía bodegas, estaciones de servicio e inmuebles en España y el extranjero. Su primera gran condena llegó en 2003, cuando la Audiencia Nacional le impuso 10 años de cárcel por tráfico de cocaína, tras la incautación de una lancha implicada en el transporte de más de seis toneladas de droga.

Posteriormente, fue condenado en 2005 y 2015 por delitos de soborno —pagó a guardias civiles— y blanqueo de capitales, lo que derivó en el embargo de un patrimonio valorado en más de 21 millones de euros. Hasta la fecha, la subasta de sus bienes ha sido la más grande realizada contra un narco gallego, con más de dos centenares de propiedades afectadas. Desde 2020 cumple condena en régimen de semilibertad tras obtener el tercer grado, aunque sigue luchando judicialmente para recuperar parte de su patrimonio.

La relación entre Dorado y Alberto Núñez Feijóo saltó a la luz en 2013, cuando El País publicó fotografías del actual líder del PP navegando en el yate de Dorado en 1995, un momento en el que Feijóo ocupaba la cúpula regional de Sanidad gallega. Feijóo aseguró entonces desconocer la implicación de Dorado en el narcotráfico y calificó su vínculo como gestos de amistad social sin más trascendencia. Pese a ello, la polémica prendió de nuevo en 2023, cuando Dorado afirmó que, antes del 23‑J, se le ofreció dinero para ensuciar la imagen del entonces candidato.

Las nuevas acusaciones de Dorado llegan en un momento delicado para Feijóo y el PP. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha señalado en un reciente pleno que Feijóo ha mantenido durante décadas “una relación estrecha con un condenado” —en alusión a Dorado— y ha acusado al PP de ser permeable a prácticas corruptas desde hace 25 años.

Dorado, por su parte, sostiene que ahora aporta no solo su testimonio, sino también una misiva de Roberto Leiro, antiguo comprador de su embarcación, que podría aportar detalles decisivos para reabrir su caso. Estas cartas darían sustento a su recurso judicial, ampliando el alcance de sus declaraciones más allá de meras palabras —todo ello, insiste, denunciado sin pruebas documentales, pero con nombres, fechas y personal intermedio.

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