Casado sosteniendo la mano de Cifuentes mientras critica a Ciudadanos... Ni pagado, ni agradecido. Foto EFE
Incluso se había trabajado y mucho su metáfora. Quería vender, lo que parece que va a ser una de las claves de la campaña 'popular', el llamado 'voto útil'. Y echó mano de esta figura, con el billar como tema: "Hay que meter la bola azul, porque a lo mejor dando a la bola naranja se acaba metiendo la bola roja o negra".
La carambola ésta es la que pone de los nervios al PP en realidad. Que 'sus' votantes desilusionados, según las últimas encuestas son varios millones que podrían desertar y concretarse en la pérdida de hasta 60 diputados, se vayan al partido de Albert Rivera. Pero con comentarios como ése podría también apuntarse que Casado cava su tumba. Y es que precisamente es esa bola, la naranja, la única posibilidad que pueden tener los populares de no irse por el hoyo, por seguir con el símil de billar.
Y para saberlo, y aquí lo sorprendente del atrevimiento y la ingratitud de Casado, no tenía el favorito de Rajoy más que mirar a su lado, donde estaba, como decimos, Cristina Cifuentes, que gobierna, precisamente, por la complicidad de Ciudadanos, que la mantiene en el poder.