Imagen de la curva de Angrois donde se produjo el accidente de tren que costó la vida a 81 personas y resultaron heridas 147/ Archivo EFE



La Plataforma de Víctimas del Tren de Santiago han lamentado en un comunicado que "el Estado, el Gobierno, el PP y el PSOE se ríen" de ellos "protegiendo y premiando a los responsables". La organización de víctimas advierte que seguirá “sin descanso exigiendo la verdad”. Este colectivo considera que, con la desimputación de los responsables de ADIF, "la Audiencia Provincial de A Coruña se suma una vez más a la verdad oficial", en contra del auto del juez y dejando como único imputado al maquinista.

Evidentes responsabilidades
Las víctimas se preguntan en su escrito por qué la Audiencia se niega a reconocer "las evidentes responsabilidades de quienes tomaron las decisiones al más alto nivel y redujeron la seguridad" y por qué levantan la imputación de los responsables de decisiones "que, como señalan claramente los informes periciales y el auto del juez, de no haberse tomado, el accidente no se habría producido".

Ascensos en Fomento
"Necesitamos y exigimos saber toda la verdad y que se depuren responsabilidades jurídicas y políticas".  Las víctimas lamentan que "en vez de recibir apoyo de los poderes públicos, sentimos que se ríen de nosotros y nos humillan". En este sentido, "la desimputación de los doce cargos de ADIF se suma a los recientes ascensos de los máximos responsables de Fomento y Renfe.

También resaltan que la desimputación se suma a los "recientes ascensos" de los máximos responsables de Fomento y Renfe, Rafael Catalá, a ministro; Julio Gómez Pumar, a secretario de Estado, y Pablo Vázquez a presidente de Renfe, a los que suman el acceso al Parlamento europeo del exministro José Blanco.

“Los ciudadanos estuvieron engañados”
Por otra parte, denuncian la "continua oposición de PP y PSOE" a la creación de una comisión de investigación en el Congreso y en el Parlamento gallego y que los ciudadanos fueron engañados "al vendernos la línea de Alta Velocidad Ourense-Santiago, que costó 3.300 millones de euros, diciendo que contaba con la última tecnología y con sistemas de conducción automática". Tras considerarse "doblemente" víctimas, advierten de que seguirán "sin descanso exigiendo la verdad".