Durante años fueron enemigos acérrimos, a pesar de tener en común el ser los dos hombres fuertes del Gobierno de Esperanza Aguirre. El clímax de esa enemistad llegó con aquella absurda historia del espionaje entre miembros del PP madrileño al que se dio oportuno carpetazo y del que fue víctima Ignacio González, siendo Francisco Granados consejero de Presidencia, Justicia e Interior. La venganza está siendo dulce ahora para el presidente madrileño: Granados ha terminado en la cárcel y él se da el gusto de retirarle la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, la  máxima distinción que concede la Comunidad de Madrid, según adelanta El País.

Mejor decir por corrupción
Granados se quedará sin la distinción por sus “actos contrarios a los intereses públicos”. Es el eufemismo con el que el Gobierno de Ignacio González justifica su decisión, rehuyendo palabras mayores, como corrupción, que empañan al PP madrileño.

"Excelencias" distinguidas por Aguirre
La Gran Cruz de la Orden del Dos de mayo, que da a los premiados tratamiento de “excelencia”, fue creada por la expresidenta Aguirre en 2006 para reconocer socialmente las “conductas ejemplarizantes que han destacado en su servicio a la ciudadanía”, pero con ella terminó premiándose a personas de su Gobierno con actuaciones investigadas por la Justicia, como es el caso de los exconsejeros de Sanidad, Manuel Lamela y Juan José Güemes, por la privatización de servicios de la sanidad madrileña.

La Gran Cruz para un cargo que relevó por "falta de confianza"
La Gran Cruz le fue concedida a Granados en octubre de 2013 para reconocerle “el trabajo realizado en favor del desarrollo de la región”. Es curioso que dos años antes, en junio de 2011, Aguirre le sacó del Gobierno regional y en noviembre le destituyó como secretario general del PP de Madrid alegando “falta de confianza”. Recientemente, tras conocer el protagonismo de Granados en la trama de corrupción destapada con la operación Púnica, la presidenta de los populares madrileños tuvo la desfachatez de afirmar que ya hace tiempo "había perdido la confianza” en él.

Un pulso por el poder en la Comunidad de Madrid
Granados mantuvo un largo pulso en el tiempo con Ignacio González por el poder en la Comunidad de Madrid, que alcanzó su clímax con la trama de espionajes en el PP madrileño cuando Granados era consejero de Presidencia, Justicia e Interior. La Asamblea de Madrid abrió una comisión de investigación a la que el Grupo popular, en mayoría, dio oportuno carpetazo. Un libro de exdetectivos de la Agencia Método 3, titulado "La cortina de humo", que vio la luz este lunes, asegura que fue Granados quien encomendó un seguimiento al entonces número dos madrileño. El plan era, según se narra, elaborar un informe que se filtraría a los medios de comunicación y, posteriormente, se haría llegar en un sobre cerrado y anónimo a Aguirre.

La puntilla
Ignacio González le retirará ahora la Gran Cruz a su “excelencia”, encerrado en la cárcel de Estremera, una prisión que inauguró Granados en sus tiempos bien. Al final, aquellas amenazas que algunos le escucharon a Granados de que “acabaría” con González, al que culpaba de su salida del Gobierno de Aguirre y de la secretaría del PP madrileño, se han vuelto contra él y ha sido el delfín de la lideresa el que le ha dado la puntilla.