Cuando Donald Trump amenazaba al 90% de la humanidad con los aranceles, Partido Popular y PSOE descolgaron el teléfono rojo para confeccionar un Pacto de Estado a modo de blindaje social. Un escudo que protegiera al ciudadano de la cruzada comercial que había emprendido el presidente de Estados Unidos y que puso en cuarentena pocos días después, pidiendo una tregua con la Unión Europea. Antes del armisticio tributario, el Ejecutivo sacó adelante un Real Decreto Ley inspirado en las iniciativas anticrisis por el covid o la guerra de Ucrania, que desembarca en el Congreso de los Diputados este jueves con el ‘no’ confirmado de un PP que vio un resquicio para erosionar al Gobierno con el apagón y dejar sin luz a un acuerdo bipartidista que salvase y reforzase la receta anti aranceles del Ministerio de Economía.
Los acercamientos entre el ministro del ramo, Carlos Cuerpo, y su homólogo en el escalafón popular, Juan Bravo, se diluyeron entre tensiones y grietas programáticas que dejan en el aire el decreto del Gobierno. El Pleno del Congreso deberá pronunciarse al respecto este jueves, toda vez Pedro Sánchez ofrezca los pormenores de un lunes sumido en el caos y la oscuridad. De hecho, Génova puso pie en pared poco después de que Donald Trump suspendiera la entrada en vigor de los aranceles, reafirmando su posicionamiento tras la crisis del apagón del pasado lunes.
Génova abrió la caja de los truenos y elevó el tono del reproche político para con sus adversarios, introduciendo en el debate público la cuestión de las centrales nucleares como elemento crucial del acuerdo. Desde finales de la semana pasada, el Partido Popular hablaba ya de inmovilismo en Moncloa. Apuntaló su posición este mismo lunes, con una intervención del portavoz económico del PP, Juan Bravo, que confirmaba el ‘no’ de los conservadores al decreto que se votará el jueves en el Congreso. De hecho, asumen que el apagón refuerza el argumentario conservador.
Y es que el PP denuncia públicamente que el ala socialista del Ejecutivo ha rechazado todas las propuestas remitidas por el gurú económico conservador, por lo que ahora se sienten capacitados para justificar su negativa a un decreto que aún no está del todo muerto. Sin embargo, la cerrazón del ala socialista del Gobierno al debate nuclear también complica las relaciones con Esquerra Republicana de Catalunya y Junts, aunque ambos desligan esta cuestión del plan anti aranceles.
Sánchez pide el “respaldo” del Congreso
Entre tanto, el presidente, en el marco del Cercle d’Economía celebrado en Cataluña este lunes, ha arengado a esas fuerzas políticas que ya anunciaron su rechazo al real decreto que reconsideren su posición. Sánchez ha defendido la respuesta de su Gobierno ante la crisis arancelaria, reivindicando que fue “el primero de Europa” en presentar -y aprobar- un paquete de medidas para repeler la cruzada trumpista. De hecho, recordaba que el plan real decreto está dotado con 14.000 millones de euros que se destinarán a empresas y trabajadores que puedan verse afectados por la guerra comercial.
El Gobierno sacó adelante el paquete de medidas, pero ahora la pelota queda en el tejado del siempre complejo Congreso. Los socialistas tienen atado el ‘sí’ de los neoconvergentes, con quienes sellaron un acuerdo para incluir en el texto que las ayudas estarán a disposición de las empresas con una distribución basada en el equilibrio territorial y en función a su exposición al shock arancelario. Lo cual, dicho sea de paso, no comporta que el 25% del dinero se destine a Cataluña, que era la excusa a la que Génova se aferró para justificar su rechazo.
La izquierda, en duda
Moncloa necesita el apoyo de todos sus socios de la investidura, con el foco especialmente situado en los grupos de izquierdas. Sobre todo en Podemos, cuyo portavoz orgánico, Pablo Fernández, no ha dado pista alguna sobre el posicionamiento de su grupo de cara a la convalidación. De hecho, a los morados se les antoja “insuficiente”, lo cual no implica que se enroquen en un ‘no’. Incluso se abre una vía a la negociación con el PSOE, sabiéndose de su posición de fuerza en otra votación de infarto.
Fernández ha dejado claro que la cruzada arancelaria de Trump requiere una “respuesta mucho más contundente” que la que ofrece el Gobierno con el real decreto para salvaguardar la soberanía económica del país. Incluso ha deslizado que Moncloa ha caído en la genuflexión a Washington en lo relativo al plan para aumentar el gasto militar. Reprocha a Sánchez, además, que no actuara como un “patriota” y se decantara por “lamer las botas a Estados Unidos”. Asimismo, el dirigente de Podemos ha confirmado que su formación decidirá en las próximas horas el sentido de su voto, que podría condicionar la viabilidad del real decreto tras el rechazo de un PP más pendiente del “cálculo electoral” que del blindaje a la ciudadanía.