En el cuartel general del PSOE se respira calma a escasas horas del cuarto cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Desde el entorno del presidente del Gobierno se sacuden todo ápice de presión impuesta extramuros de Moncloa y Ferraz. No es el jefe el Ejecutivo quien “tiene algo que demostrar”, sino el líder de la oposición. Voces autorizadas próximas a la dirección socialista ahondan en el desfallecimiento popular en las encuestas y el subyacente estado de “nerviosismo” que se respira en Génova, donde auguran una rebelión cocinada a fuego lento por Isabel Díaz Ayuso. Creen que la presidenta de la Comunidad de Madrid “espera turno” y el gallego lo sabe.

La Cámara Alta vivirá un debate que ya ha empezado a tensionar el líder del Partido Popular. Feijóo, flanqueado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco y bajo la atenta mirada de Ayuso, ha cargado las tintas contra Sánchez, avivando las llamas de lo que será su cuarto cara a cara. “Sánchez trabaja para los okupas, los populistas y los violadores”, ha espetado durante un desayuno informativo organizado por Europa Press.

El discurso incendiario de Feijóo no es sino una evidencia, a ojos de Ferraz, del estado de depresión instalado en Génova desde la vuelta de las vacaciones. De hecho, estiman que esta intervención “denota nerviosismo”. El primer toque de atención lo proporcionó la demoscopia, toda vez concluyó el efecto luna de miel propio de un cambio de liderazgo. Fuentes socialistas consultadas por ElPlural.com justifican que su hundimiento en las sucesivas valoraciones de líderes es “fiel reflejo de la decepción” que se extiende por el organigrama conservador. Es más, creen que los debates en la Cámara Alta “no escapan a esa sensación”.

En las entrañas del PSOE dan por amortizado el impostado aura de moderación que se construyó en los primeros pasos de su mandato, contraponiendo un sosiego avalado por cuatro mayorías absolutas a la impulsividad de un Pablo Casado sin rumbo fijo y abonado a la derrota en el cuerpo a cuerpo parlamentario.

Ayuso acecha

El mensaje que se trasladada del PSOE remarca la atrofia del liderazgo de Feijóo pasados nueve meses de su coronación. Los contrapesos orgánicos marcan el camino al líder de la oposición, a quien incluso han forzado a volar todos los puentes con el Gobierno de Sánchez, aferrándose al clavo ardiendo de la sedición, para liquidar el “último intento” de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En aquella ocasión, desde Ferraz se aludió por primera vez a su debilidad frente a la derecha mediática y, sobre todo, ante Isabel Díaz Ayuso, que ya firmó la sentencia de muerte de Casado.

En Génova aún hay quien espera una señal de que “no volvieron a equivocarse” con la elección de Feijóo como sustituto de un bisoño Casado. Precisamente, en Sol merodean la figuran del renqueante líder de la oposición, a la espera del más mínimo signo de duda, para abalanzarse sobre él y cobrarse una nueva víctima. “Ayuso espera turno”, resuelven en el entorno de la cúpula de socialista, desde donde aún conservan una esperanza cada vez más erosionada de que el PP se divorcie del “insulto” y apueste por un “tono” que sintonice con un partido democristiano europeo.

Feijóo enciende el cara a cara

Las esperanzas de un debate exento de palabras gruesas se empiezan a diluir tras la intervención de Feijóo en un desayuno informativo organizado por Europa Press. El líder gallego asume la línea dura discursiva de Ayuso, que le analizaba cada gesto desde su mesa, con ataques que bien podrían llevar la firma de Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta regional.

Feijóo ha señalado a Moncloa y a Sánchez, acusándolo de ponerse al servicio de “independentistas, populistas, okupas y violadores”. Precisamente sobre estas líneas pivotará la estrategia del gallego en el cara a cara del Senado. Sedición, malversación y Ley del ‘solo sí es sí’. Esos serán los puntos de presión escogidos por el equipo del líder de la oposición para pelearle el relato al PSOE.

“Un Gobierno que enlaza disparate tras disparate no es un bueno gobierno”, ha destacado el presidente del Partido Popular, que también ha afeado a la coalición de no orientar su acción de gobierno “para la mayoría de los españoles”. Resaltó la capacidad de escucha de la formación conservadora y enfatizó la importancia de la “convivencia”, para acto seguido hacer hincapié en la fractura.