ElPlural.com estrena colaboración con Electomanía. Desde este viernes, ofreceremos en nuestra página web, completamente en abierto, un Electo Panel sobre las elecciones de Andalucía.

Con motivo de esta unión, ElPlural.com entrevista a Rodrigo Panero y Miguel Díaz, codirectores de Electomanía, con el objetivo de indagar sobre su método de trabajo, la diferencia de sus análisis respecto a las tradicionales encuestas o la evolución imparable de su proyecto.

PREGUNTA: ¿Cuándo se os ocurrió la idea de fundar Electomanía?

RESPUESTA: Se creó en el año 2013. La idea de fundar Electomanía surgió en un momento en el que nos pareció interesante buscar entre las estadísticas que se publicaban en Eurostat, que normalmente los medios de comunicación en España tocaban, pero no con mucha profundidad.

La intención era buscar en esas estadísticas datos curiosos que llamaran la atención y representarlos de una forma infográfica, que fuera interactiva. Es así como arrancó el proyecto de Electomanía, que inicialmente se llamaba El Mundo en cifras.

En aquel momento también empezamos a recoger los datos de intención de voto de las encuestas que hasta ese momento no se estaban recopilando. Cada medio de comunicación publicaba su encuesta pero no estaban centralizadas en ningún lugar.

Era la época del auge de Izquierda Unida y UPyD. Fuimos viendo que poco a poco iba despertando cada vez más interés la política y menos el resto de la información. Quizás por el contexto en el que nos movíamos: con un bipartidismo que estaba fuerte pero que apuntaba que se podía desinflar. Entonces decidimos centrarnos más en la política y en las encuestas. Y fue cuando El Mundo en Cifras se convirtió en Electomanía.

A partir de ahí, como sabréis, el proyecto empezó a tener cada vez más difusión. Muchos políticos y agentes de la política empezaron a hacerse eco de las publicaciones de nuestra cuenta, porque estaba todo centralizado en nuestro Twitter y de un vistazo se podía tener acceso a toda la información política.

Eso fue creciendo cada vez más. La evolución es que hace tres años estábamos en unos 12.000 seguidores y ahora mismo estamos en torno a los 112.000. El crecimiento ha sido exponencial según se han ido celebrando elecciones.

P: ¿Cuándo pusisteis en marcha Electomanía pensabais que el proyecto iba a tener tanto éxito?

R: No. Inicialmente se hizo más por hobby que por otra cosa.

Originariamente no había ninguna pretensión de que Electomanía fuera una comunidad política ni nada parecido. Lo que pasa es que cada vez había más interés y se empezó a crear una comunidad detrás, sobre todo de muchos politólogos y de gente muy ducha en el tema.

Vimos que en la web, los artículos directamente relacionados con la demoscopia empezaron a tener una cantidad increíble de comentarios y se creó como una especie de foro. Vimos que se iba creando esa comunidad y al final fue lo que nos llevó a ir eligiendo caminos.

En las elecciones municipales y autonómicas del 2015 hicimos entrevistas a muchos candidatos que por aquel entonces no ostentaban ningún gobierno y que después, muchos de ellos sí que llegaron a alcanzar el poder en todos los ámbitos políticos y de todos los espectros ideológicos. Eso también nos fue dando mayor difusión, porque dimos mucha participación al lector evitando teledirigir las preguntas o la entrevista.

P: ¿Cuál es vuestra metodología a diferencia de otras encuestas?

R: En el año 2019 es cuando nos constituimos como una empresa de análisis de datos y aprovechamos el panel, que ya estaba funcionando, para incorporarlo a nuevos productos y servicios. Después, seguimos puliendo poco a poco la metodología. La que tenemos ahora mismo es justo la opuesta a la casas encuestadoras tradicionales.

Lo que hacemos es un sondeo en el que lanzamos las preguntas a un público en abierto. Esto es posible gracias a la gran comunidad que tiene Electomanía, creada hace tantos años. Conseguimos una cantidad inmensa de respuestas a nuestros paneles en cuestión de horas y después nosotros seleccionamos la que va a ser la muestra válida para ya hacer los cálculos y extrapolarlos al resto de circunscripciones de cada provincia.

Pero no sólo preguntamos por temas políticos, sino que también tenemos un SocioPanel en el que vamos preguntando de temas de interés y tomándole el pulso, semana a semana, a la sociedad española.

Al final, nuestro método, en lo que difiere con el resto de encuestadoras es, en primer lugar, que no hay una selección de una muestra representativa inicial. Nuestro modelo es completamente opuesto a esa forma de trabajar. Nosotros lo que hacemos es intentar fomentar la mayor participación posible y una vez que cerramos el formulario, analizamos esa muestra y vemos dónde puede tener deficiencias para corregirlas. Obviamente hacemos un paso previo de eliminación de sesgos, detección de intrusiones, etc.

¿Por qué lo hacemos así? Porque al ser un método online es muy difícil garantizar la representatividad de la encuesta. Eso también ocurre con encuestas telefónicas, porque al final tienes que confiar en la palabra del que te responde. Pero al ser online es más fácil que intenten adulterarte esa muestra. Y conseguir una muestra representativa de origen por medios online puede llevar mucho tiempo. No hay ningún problema porque lo que hacemos es contrastar la imagen que nosotros obtenemos en el panel, con la imagen fidedigna del universo que tenemos que explorar. Bien sea el conjunto de todo el país, bien sea un una ciudad o una comunidad autónoma.

Luego hacemos la famosa cocina, que no es más que analizar esa muestra y ver dónde hay segmentos sobreponderados.

Al final, esa muestra tratada ya sí que es representativa, con un nivel de aproximación en torno a tres puntos. Eso contrasta mucho con la forma en la que se está trabajando ahora mismo por parte de las encuestadoras tradicionales, especialmente de alguna de ellas.

En nuestro país, desde hace tres o cuatro años, las encuestas han ido afinando muchísimo y su nivel de acierto está muy alto para lo que era tradicional en España. En cualquier caso, encontramos en la paradoja de que tenemos gurús demoscópicos que están trabajando con métodos completamente desactualizados.

Estamos en el siglo XXI, en la era digital, y todavía hay encuestadoras que se resisten a tener al menos un modelo híbrido entre llamadas telefónicas y panelistas online. Encuestadoras que no incorporan esa sociedad de la información a su muestreo. Esto, lo que provoca, en primer lugar, es que también existan esos sesgos y esas deficiencias en sus muestras. ¿Quién hoy en día que no tenga más de 45 o 50 años utiliza el teléfono fijo en sus casas? Me atrevería a decir que prácticamente nadie lo utiliza y muchas encuestas se hacen por esta vía.

Por otro lado, hay una enorme diferencia de tiempo entre que se inicia la búsqueda de esa muestra representativa, se cierra la obtención de esos datos, se procesa y se publica. Algo que las empresas encuestadoras también están intentando corregir últimamente.

La ventaja de nuestro modelo es que tenemos una ventana muy corta de tiempo porque ya tenemos una herramienta elaborada, que procesa automáticamente esos sesgos, esos datos, esas cocinas y que incorpora autoaprendizaje en cada cita electoral. No solamente se basa en los datos que nos ofrece la gente en sus formularios, sino que tiene un aprendizaje del comportamiento electoral histórico en todas y cada una de las circunscripciones de España desde hace años, con lo cual es muy fácil ver un poco por dónde pueden ir los tiros, ya no a nivel general, sino a nivel regional, provincial e, incluso, nos atrevemos a hacer pronósticos por municipios. Esto llama mucho la atención y es muy criticado.

Pese a esas críticas, en Castilla y León vimos que la imagen que nosotros ofrecimos del posible ganador por municipio y la imagen final fue muy elevada.

La principal ventaja de nuestro método es la velocidad y la certeza es que los resultados que ofrecimos han sido los que después se han dado en cada una de las elecciones. Además, aunque nosotros sí que fuimos pioneros introduciendo los paneles online en España, cada día más casas encuestadoras tradicionales lo van incorporando, solo que no tienen todavía la ventaja de llevar tantos años como nosotros con el mismo método.

P: ¿Sois por tanto conscientes de las fuertes críticas que recibís por parte de las encuestadoras tradicionales?

R: Sí, somos totalmente conscientes de las críticas. En Castilla y León fueron especialmente arduos. Suponemos que en parte era porque nuestro panel anticipaba una situación que fue la que finalmente se produjo en la cita electoral, totalmente opuesta a la que daban el grueso de las encuestadoras.

Pero también es cierto que muchas encuestadoras han puesto en valor nuestro trabajo desde el primer día. Sería injusto no decirlo. Y también nos consta que varias encuestadoras nos miran de reojo para ver qué variables vamos incorporando e intentar hacer algo parecido.

Lo hemos visto con el mapa de partido ganador por provincias que nadie ofrecía. Empezamos nosotros en el 2019. Ahora, por ejemplo, el ABC ya lo incorpora… Hay también encuestadoras como 40dB para El País que están intentando hacer un esfuerzo de transparencia, pero que aún se resisten a ofrecer este tipo de información. Y luego siempre está ese pique sano de ver quién afina más.

Pero es cierto que el panel de Electomanía ha anticipado todas las tendencias desde la irrupción de Vox en Andalucía en 2018 con una ventana de diferencia de más o menos de un mes y medio respecto a otras casas encuestadoras.

En cualquier caso, somos conscientes de las deficiencias o los puntos flacos que pueda tener nuestro modelo. Por eso nunca nos hemos considerado una casa encuestadora ni hemos calificado el panel como una encuesta. Son estimaciones, porque la diferencia técnica es que la encuesta se basa en esa muestra representativa previa que hemos comentado. En ningún momento hemos querido engañar a nadie.

Otra cosa es entrar en la discusión de qué afina más: una encuesta tradicional al uso o un modelo como el que planteamos nosotros. Esa es la lucha en la que estamos.