La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, está empezando a tener demasiados frentes abiertos al mismo tiempo que reman a la contra de los intereses y posicionamientos del Partido Popular. La dirigente madrileña siempre se ha caracterizado por ser un verso libre y por no comulgar, en muchas ocasiones, con la dirección nacional del partido en ciertas cuestiones, pero el contexto actual ha llevado esa excepcionalidad al extremo y ha abierto varias brechas entre Madrid y Génova. 

En primer lugar, uno de los asuntos que peor le viene al PP nacional es la situación de su pareja, Alberto González Amador, al que la magistrada instructora del juzgado 19 de Madrid ha abierto este lunes juicio oral por cuatro delitos: dos por fraude fiscal, delito continuado contable y pertenencia a organización criminal, haciendo que suba la petición de condena al empresario en este juicio que se concentra en la principal pieza de la causa de investigación, sin olvidarse de que aún queda pendiente el cierre de la pieza separada por la que se acusa a González Amador de corrupción en los negocios.

En este punto, la Fiscalía pide tres años y nueve meses de cárcel para el novio de Ayuso por el fraude fiscal de 350.910 euros en facturas falsas entre 2020 y 2021. González Amador también está procesado por la presunción de un delito de falsedad documental después de haberse presentado facturas que no se corresponden con servicios que realmente prestó y que fueron aportados con el fin de minorar la cuota tributaria. Esta cuestión es especialmente delicada para un Partido Popular que ha estado azuzando, durante meses, la situación judicial de los familiares de Pedro Sánchez (Begoña Gómez, su mujer, y David Sánchez, su hermano, ambos bajo procedimientos judiciales) para hacer política, ya que el discurso incurre rápidamente en la hipocresía y en las contradicciones con el caso de la pareja de la dirigente capitalina.

Barones del PP manifiestan su apoyo a Palestina

En segundo lugar, está la cuestión israelí y del genocidio palestino. Ayuso se ha erigido, especialmente durante las últimas semanas, como una firme defensora de la operación sionista en la Franja de Gaza, llegando a cuestionar una masacre que ya ha dejado 65.000 víctimas mortales. Los motivos por los que Ayuso ha decidido tomar esta posición no son únicamente ideológicos, sino que también obedecen a los intereses empresariales, económicos y lobistas del sionismo en la capital española. Sea como fuere, la madrileña se queda cada vez más sola en el PP en esta cuestión: el Parlamento de Galicia, con mayoría absoluta del PP de Alfonso Rueda, guardó un minuto de silencio por las víctimas del genocidio en Gaza, a propuesta del PSdeG y con el apoyo de Democracia Ourensana y del Bloque Nacionalista Galego. 

En el mismo sentido, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, también ha hablado de lo que está ocurriendo en Gaza en términos de genocidio. "Si usted lo que quiere es una discusión semántica para poner límites y muros entre españoles y andaluces no la va a encontrar conmigo. ¿Usted quiere que reconozca genocidio? Yo se lo reconozco", dijo Moreno Bonilla interpelando a Inmaculada Nieto (Por Andalucía). Tanto Bonilla como Rueda se suman a Feijóo, que hace unos días ya hablaba de "masacre" y calificaba de "inaceptable" la ofensiva israelí sobre Gaza. De momento, han sido dos los barones del PP (más su líder) que se han pronunciado en este sentido, pero a vista de la intervención del rey Felipe VI en la Cumbre de Naciones Unidas, en la que reconoció la viabilidad de la creación de un Estado palestino y pidió detener la masacre, es probable que otros dirigentes del partido se sumen a Galicia y Andalucía.

La postura de la Casa Real, también a la contra de Ayuso

Certificando el carácter de verso libre de Ayuso dentro del Partido Popular en cuanto al genocidio en Gaza, los términos en los que se pronunció el líder del PP son parecidos a los de la Casa Real. Felipe VI recordó en la citada cumbre "lo peor de lo que es capaz" la humanidad, reivindicando que la ONU parte de "una convivencia en paz" y que está basada en el respeto a los Derechos Humanos.

"El final de la guerra más devastadora dio paso al nacimiento de Naciones Unidas: un pacto entre naciones, una promesa solemne a las generaciones futuras de que nunca más se permitiría que el miedo, la violencia y las amenazas marcaran nuestro destino común”, señaló. Con palabras más concretas sobre Gaza, defendió el fin de la masacre y la solución de los dos Estados. En estos momentos, parece que ya solo Ayuso y Vox se niegan a pronunciarse en tono contundente para referirse a los ataques perpetrados por el ente sionista.

La extrema derecha no quiso entrar a valorar las palabras de Felipe VI sobre la destrucción de la Franja y el reconocimiento del pueblo palestino, solamente cargó contra Sánchez, acusándole de intentar "asaltar todas las instituciones", incluso la Corona, responsabilizándole también del discurso del monarca.

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