Nach vuelve con Destino, un disco que nace de la duda, del desgaste y de la necesidad de reencontrarse con la chispa creativa tras más de dos décadas de carrera. El rapero alicantino, referente indiscutible del hip hop en español, abre el álbum con una confesión sin filtros: el cansancio, la desconexión y la sensación de no reconocerse como artista después de la pandemia. Pero en ese diálogo interno ganó la voz que quería seguir, y de ahí surge un trabajo en el que combina la introspección con la reivindicación de todo lo que ha construido.
En estas nuevas canciones habla del miedo, del dolor y de cómo la escritura puede ser un refugio; reivindica su vínculo con Latinoamérica, donde su rap se multiplica en auditorios multitudinarios; y se rodea de nombres como Akapellah, Trueno, Nampa Básico, Micro TDH o Eladio Carrión, llevando a su terreno a una nueva generación de raperos. También sobre cómo vivió la aparición del trap y convertirse en diana. A punto de cumplir 51 años, Nach se siente en uno de sus mejores momentos vitales y artísticos, convencido de que su rap sigue siendo necesario para explicar quién es y cómo entiende el mundo.
Pregunta: Destino comienza intenso: "Estuve sin rumbo, sin fuerza, sin fe ni energía. Fuera veía este mundo, más ciego de lo que quizás debería, y sí, también me cansé".
Respuesta: Esta vida es agotadora y la música quema mucho. Tienes que estar siempre conectado e inspirado, hay mucha gente que te mira, te pide y tienes la obligación de dar. Además, llegó un momento a nivel personal en el que necesitaba desconectar. Tenía que apartarme de la industria porque llegué a no saber cuál era mi lugar. Tras el covid tuve la sensación de dejar de sentirme artista. No encontraba la chispa para poder crear y tampoco tenía muy claro qué contar. Este primer tema es explicar de una manera honesta dónde me había metido.
P: Me imagino que la sensación de no sentirte artista tras 30 años de carrera debe ser traumática.
R: Fue extraña. Empiezas a no saber dónde ubicarte y ves que los discursos de otros artistas van por otro lado. Es todo demasiado rápido e inmediato y el algortimo no te hace ni puto caso. Quizás magnifiqué un poco esa sensación y llegué a pensar que lo dejaba. Sentí que no podía seguir así y me pregunté qué había en mi cabeza. ¿Qué parte de mí quiere abandonar y qué parte quiere seguir?. Tuve que dialogar mucho y menos mal que ganó la de seguir.
P: Pides al público que crea en ti. ¿Necesitas reivindicarte?
R: Aunque no tengo nada que demostrar porque ya me he reivindicado bastante en mi carrera, es importante el amor de la gente. Al final es lo que te hace sentirte artista.
No hice mucho caso al hate recibido
P: En Pájaro sin cielo hablas miedo, dolor y la forma de superarlos. ¿Esto lo consigue el rap?
R: Para mí el rap ha sido orden y desorden. Recomiendo escribir como terapia porque a mí me ha servido para ordenar ideas embarulladas que tenía en la cabeza. Miedos, dudas, ilusiones, emociones. También aprender a manejarte en el desorden que provoca esta vida. Hay meses en los que no paras y otros en los que no tienes nada que hacer. Hay que saber gestionarlo porque te puedes volver loco.
P: Latinoamérica está muy presente en el álbum.
R: Me ha dado muchísimo. En España hacía conciertos dentro de un circuito undeground y allí ya eran multitudinarios. He recibido mucho amor de Latinoamérica, he conocido a muchos artistas y he crecido mucho en todos los ámbitos gracias a ella.
P: Akapella, Trueno, Nampa Básico, Micro TDH y Eladio Carrión son raperos latinoamericanos y más jóvenes que tú. ¿Sientes haber tenido más influencia sobre la nueva escena latinoamericana antes que la española?
R: Para algunos españoles también he sido influyente porque me lo han dicho. Llama la atención porque es lo que se ha dado en este disco, quizás en otro salgan más artistas de aquí. Me apetecía ver que sucedía al colaborar concretamente ellos y llevarlos a mi universo. También hay artistas españoles con los que he hablado para colaborar. Siempre hay proyectos donde se pueden hacer mil cosas.
Pensé en dejar el rap
P. En Orgulloso vemos a un Nach beligerante.
R: Es una sensación de orgullo por todo lo que he hecho y vivido. Por haber evitado determinadas conductas y determinadas movidas que sé que no me hubieran hecho bien. También me siento orgulloso de toda la gente que me ha acompañado y por haber sido fiel a mí mismo.
P: El próximo 1 de octubre cumples 51 años.
R: Gracías por recordármelo (ríe). Con 20 años pensaba que a los 30 ya estaría mayor para rapear. Con 30 decía que a los 40 ya sería demasiado mayor. Y a esa edad pensaba que a los 50 estaría retirado. Pero aquí estoy. Ves a gente como Ice Cube o ICe T que ahí siguen con 60 años. Estoy en un buen momento físico y mental. De hecho, solo siento la edad que tengo cuando alguien me lo recuerda. Tengo ganas de seguir y ver qué sucede.
P: A vuestra generación le ha tocado abrir camino constantemente y ser siempre los veteranos.
R: Ha sido difícil y apasionante al mismo tiempo. Cuando tienes que abrir camino tienes la obligación de dignificar algo que mucha gente desconocía y banalizaba. También tienes que aprender sobre la marcha muchísimas cosas a nivel industria. Mi manager y yo entramos ahí sin tener ni idea. Hacíamos conciertos sin ningún tipo de preparación, donde nadie que te ayudaba a nivel musical. Nunca tuve quien me dijera cómo calentar o modular la voz. Autodidacta 100%. Sin embargo, cuando deseas algo, avanzas. Y eso lo convierte en una aventura increíble. Soy de los pocos de mi edad que sigue haciendo esto y siento el respeto de mucha gente. También me motiva que me digan que estoy demasiado mayor.
P: La eclosión del trap en España provocó una ruptura con vuestra generación. Se dio el proceso de matar al padre y os tocó recibir bastate hate. Incluso alusiones directas a ti en canciones.
R: No hice mucho caso. En 30 años da tiempo a que te tiren hate y la gente diga cosas. Al final, la mayoría de ellos, han desaparecido. Y eso habla por sí solo. Ese "apartad de aquí que venimos nosotros" es normal y humano. Pero si vienes con esa actitud inmadura, no vas a durar mucho. Así que tampoco le presto demasiada atención, ya que dársela es inútil. La adulación extrema también se diluye rápidamente. Alrededor de todo esto hay mucha mierda y ruido. No puedo controlar lo que dice un 1% y teniendo a un 99% que me da amor.
P: Recuerdo perfectamente ir al instituto escuchado Mi País. ¿Cómo ves a España 20 años más tarde?
R: En algunas cosas ha cambiado y otras no. Pero no es algo nuestro, es una cuestión global. Pretendemos tener las cosas buenas de la globalización y rechazar las malas. Lo peor que tenemos es el juego político donde la verdad no importa. Solo el interés por captar votos, donde no cuenta la moderación y alejados de posiciones de centro. Importa lo que gritas, cuando pones verde al otro, generar atención en redes sociales, manipularnos... Todo esto me deja trastocado porque no veo muy bien cómo solucionarlo. Me genera una sensación bastante triste.
Soy de los pocos de mi edad que sigue haciendo esto
P: Analizas todo eso en Ruido.
R: Es un topicazo pero estamos desinformados. Ahora toda la ultraderecha de EEUU dice que el asesino de Charlie Kirk es un izquierdista. Y no es así. Las mentiras se van repitiendo hasta que la gente se lo cree. Dependemos del movil como una máquina tragaperras generadora de dopamina barata. Es una especie de diabetes que nos impide reflexionar. Solo miramos para fuera para ver qué piensan de nosotros, cuántos likes nos dan, cuánto nos quieren... Y todo de una manera muy superficial.
P: El scroll infinito es algo muy peligroso.
R: Todo eso confunde a nuestro cerebro primitivo. Nos volvemos locos, se genera una gran ansiedad ansiedad y el sentimiento de no saber quiénes somos.
P: Además de rapero, eres sociólogo. ¿Qué opinión te merece ver que hay raperos fachas?
R: Me resulta bastante dificil de entender. Todo ello tiene que ver con esto que estamos hablando. Sobre esa información constante que se da sobre la inmigración, entre otras cosas. Una parte de mi intenta comprender por qué pasa esto. Analizo las causas y sus razones. La otra parte siente mucha pena. Creo en la empàtía y en ponerte en la piel de otro. No termino de entenderlo. Es algo en lo estoy todavía en ello.