Este domingo han sonado los móviles en Valencia a las 15:28. Era un Es-Alert. Los corazones y los estómagos de los valencianos están absolutamente encogidos por la alerta roja de la Aemet, pero ese sonido en el móvil directamente ha hecho a miles de valencianos recordar el peor momento de sus vidas, cuando una riada de agua y barro arrasó con todo a su paso. De hecho, se han suspendido las clases para este lunes. Eso sí, dos cosas no han cambiado en un año: la primera, no se ha convocado el Cecopi sino una reunión informativa. La segunda, la que más duele, el presidente de la Generalitat se ha vuelto a borrar del mapa como ya hiciera en la DANA de 2024. Esta vez no ha escogido el Ventorro, sino el estar en Murcia junto a Alberto Núñez Feijóo lanzando besos, tal y como ha recogido Gabriel Rufián en un tuit, mientras su gente, una vez, se siente abandonada.
Como valenciana y vecina de L’Horta Sud me siento no solo engañada, sino dejada absolutamente de lado por mis dirigentes. Sí, lectores, mis dirigentes, pues da lo mismo si les he votado o no. Mazón y los suyos gobiernan para todos. Y mientras mis vecinos, mi padre, mis conocidos y mis amigos están encerrados en casa con el alma en vilo, él, nuestro presidente, está de fiesta con su amado líder en Murcia. Si el 29 de octubre se escondió en el Ventorro, este domingo se ha pasado por el forro la alerta roja y el miedo de sus ciudadanos y ha preferido quedarse con el resto de líderes populares y salir en la foto. Indecente es poco.
Y no me extraña, mal que me pese, lo sucedido. Asumo que está en modo genuflexión ante Feijóo tratando de que no le den la patada de cara a las elecciones autonómicas de 2027. Por todo lo anterior hoy hago mías las palabras que el ministro de Transportes, Óscar Puente, le ha dedicado en X: “Mazón no ha tenido ni la decencia, ni el decoro, ni la vergüenza torera de HOY, AL MENOS HOY, aparecer por allí. Les importa todo un carajo. Se ríen en la cara de la gente sin el menor pudor”.
“Ni la decencia, ni el decoro, ni la vergüenza torera”. Sabias palabras si tenemos en cuenta la sarta de mentiras que dijo en Les Corts no hace ni una semana donde aseguró que él y la Generalitat han estado ahí desde el minuto cero. Me reitero, indecente.
De verdad que espero que esta noche, o mañana, no suceda nada, pero si sucede yo no dejo de preguntarme qué vamos a hacer con este ser inmoral que no aprende ni por las buenas ni por las malas. Esta semana pasada, Dolores, que vio morir a su marido y a sus dos hijos ante sus ojos me explicaba que ahora le tiene pánico a la lluvia.
Se me encoge el corazón de pensar en ella cuando este domingo le haya sonado el movil con el Es-Alert. Pero directamente se me revuelve el estómago de pensar que mientras ella habrá estado en shock, hiperventilando mientras todos los recuerdos la bombardeaban, el vil de Carlos Mazón estaba de ‘fiesta’. Otra vez de ‘fiesta’ mientras los suyos le necesitaban.