España y Marruecos habrían ultimado la reapertura de la aduana en Melilla, medida que los gobiernos de ambos países pactaron en abril de 2022 con la visita del responsable del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a Rabat después de la llegada masiva de personas migrantes a las costas españolas un año antes.
Este jueves la delegada de Gobierno en la Ciudad Autónoma, Sabrina Moh, aseguraba la disposición de ambos territorios en hacer efectiva la decisión “a la mayor velocidad posible”. Algunos medios locales hablan de que podría ser una realidad en los próximos días.
Moh reafirmó ante los periodistas su compromiso de trabajar para reabrir la aduana comercial “con todas las garantías” desde que se cerró en 2018 a la vez que lamentaba la propagación de publicaciones “no contrastadas” después de que varios medios dijeran que la delegada de Gobierno había estado llamando de manera selectiva en los últimos días a determinados empresarios locales para anunciarles la mencionada reapertura.
Una aduana adaptada al siglo XXI
La representante primera del Ejecutivo en Melilla ha subrayado en las últimas horas el trabajo conjunto para poder poner en marcha una “serie de actuaciones coordinadas entre ambos países”, si bien ha avisado que la aduana comercial experimentará algunos cambios y no será como la que se conocía hasta que se echara el candado. Así las cosas, Moh ha aseverado que se trata de una aduana adaptada al siglo XXI.
De esta manera, agregaba que ella y su equipo, así como el conjunto del Gobierno de España han ido “siempre dando pasos con el objetivo de conseguir un trabajo bien hecho y unos resultados óptimos”. “Se hará de manera progresiva hasta alcanzar la plena normalización”, ha querido dejar claro.
Parte detractora
La noticia no ha sido igual de bien recibida por todas las partes. El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, ha arremetido contra el Ejecutivo liderado por el PSOE acusándole de hacer a la ciudad autónoma “perder la soberanía” y hacer que Melilla pase a considerarse “una ciudad marroquí más”.
El líder del PP ha reseñado que se opondrá a la decisión con todas sus fuerzas y herramientas legales. Incluso amenaza con acudir a los tribunales a tenor de que cree que la ciudad “será la gran perjudicada” ya que, según lo pactado con Rabat “los comerciantes de Melilla no podrían vender a Marrueco sus productos importados, solamente los que se fabriquen en Melilla”. “Es decir, ninguno, ya que no hay fábricas ni nada por el estilo”.
Amenaza con los tribunales
“Iremos a cualquier instancia, bien parlamentaria nacional, bien juzgado, inclusive veremos cómo está la Fiscalía de Melilla para poder también trabajar con ella y defender la economía de la ciudad", ha definido.
De esta forma, el presidente melillense ha centrado la vista en el Gobierno, al que ha acusado de querer vender sus productos en detrimento del comercio local: “Mientras los comerciantes de Melilla no podrían vender sus productos a Marruecos, este país podría vender a Melilla áridos o alimentos, por lo que el comercio local no va a beneficiarse en nada”.
Imbroda insiste en que lo pactado provocará que la aduana comercial con Europa “quede completamente anulada” ya que “se le podrán vender a Marruecos los productos que ellos quisieran y se les podrían comprar los productos que quisieran”. Ante eso, el barón del PP ha exigido a Moncloa y la Delegada de Gobierne que hablen con los representantes legítimos de la ciudad autónoma: “La Constitución lo dice y han votado (los ciudadanos) para actuar en este tipo de asunto”.
El presidente de Melilla ha ido más allá y ha indicado que el Ejecutivo debería “quedarse quieto y no hacer nada” porque esto es, a su juicio, un “disparate colosal”: “Al Gobierno no se le podría haber ocurrido una medida peor contra Melilla”.
El acuerdo llega después de la postura adoptada por parte del Ejecutivo español sobre el Sáhara Occidental, a favor de las tesis marroquíes sobre esta excolonia, desde que España abandonara los territorios en 1975.
Situación de Ceuta
En lo que respecta a Ceuta, el Ministerio de Exteriores emplazaba el pasado mes de marzo que las “aduanas” sí que estaban abiertas y que continuaban “acomodándolas a las diferentes necesidades” que habían detectado durante las pruebas. Sin embargo, el propio José Manuel Albares definiría después que el paso “No funciona al completo ni de forma definitiva en el ámbito comercial”.
Cabe destacar que en Melilla el caso es distinto, porque la aduana comercial sí que existía con anterioridad, pero se cerró en agosto de 2018, lo cual supuso, según datos de la CEOE, una fractura de hasta 40 millones de euros.