España continúa aún sin Gobierno. Tras el fracaso de Alberto Núñez Feijóo, la pelota está ahora en el tejado de Pedro Sánchez. Los socialistas lideran las conversaciones para reeditar la mayoría progresista, buscando incansablemente el apoyo de Junts y de ERC mientras lidian con el encaje de la amnistía. En este escenario, y a pesar de que el líder del Partido Popular ratificara su aislamiento parlamentario, las encuestas lo mantienen en la primera posición. Los conservadores crecen ligeramente y lo hacen a costa de Vox, que se hunde tras Sumar. Sin embargo, este tímido repunte no provoca un distanciamiento del Partido Socialista, que sigue de cerca la estela de sus adversarios.

Este escenario lo dibujan los datos recabados por Simple Lógica en su barómetro del mes de octubre para elDiario.es. La fotografía es similar a la del 23 de julio. Todo está en un puño, aunque el camino hacia la Moncloa estaría algo más cerca para el PSOE y, por ende, al bloque progresista. Los dos principales partidos del arco parlamentario experimentan tenues repuntes y lo hacen a costa de sus aliados, que padecen una merma de apoyos que, en el caso de Vox, es más reseñable.

El sondeo deja al Partido Popular como vencedor de unas eventuales elecciones si celebrasen a día de hoy. Tal y como ocurrió el pasado mes de julio. Los de Génova se alzaron con el triunfo en las urnas, pero sus oportunidades de ahormar una mayoría alternativa a lo que llaman el sanchismo eran ínfimas, por no decir nulas. Lo mismo sucedería en este escenario. La formación capitaneada por Alberto Núñez Feijóo aglutinaría un 34,1% de los sufragios emitidos, lo que supone un punto más que el 23J y cinco décimas por encima del resultado cosechado en el barómetro del mes de septiembre. La fuerza conservadora, tras decaer en agosto, ha recuperado cierto lustre pasados casi 90 días después de los comicios.

Sin embargo, el crecimiento del Partido Popular es prácticamente inocuo en la fotografía general. No sólo porque éste se explica, en parte, con la caída en barrena de la ultraderecha, sino porque el PSOE mantiene el ritmo alcista de sus adversarios. El Partido Socialista mejora medio punto sus perspectivas con respecto a las elecciones generales. También registraron un decaimiento en agosto, pero han recuperado terreno y replicado las tendencias de los conservadores. En resumen, los de Pedro Sánchez cosecharían un 32,3% de los votos, con una mejoría de medio punto con respecto a septiembre, lo que les permite mantenerse a rebufo de la fuerza liderada por Núñez Feijóo.

Caída de los aliados

El crecimiento de las dos grandes fuerzas políticas se debe, en buena parte, al frenazo de sus respectivos socios. Sumar mantiene la tercera posición, como ya lo hizo en el mes de septiembre. La plataforma de Yolanda Díaz registra una tenue caída que no le impide aumentar las distancias con el partido de extrema derecha que dirige Santiago Abascal. La fuerza a la izquierda del Partido Socialista se detendría en los 12 puntos, lo que supone unas tres décimas menos que hace un mes y que el 23J.

Sin embargo, la caída de la ultraderecha permite a Díaz respirar con relativa holgura. Vox es la formación que más sufre en la fotografía captada por este barómetro. El partido de Santiago Abascal ha padecido una crisis política de calado, llevándolo a uno de sus momentos más delicados desde su irrupción en 2019. La ruptura en Gijón, la dimisión de su consejera de Extremadura y la pérdida de peso de la línea menos dura en el organigrama ultra han lastrado las opciones de la extrema derecha española. Este escenario deja a Vox en una tendencia descendente que le ha llevado a perder un punto de estimación de voto en 30 días. Cosechan un 10,7%, muy lejos del 12,2 del 23J y, por supuesto, más distanciado aún de los números de los años de bonanza.

El votante de Vox, el menos fiel

Los resultados de Vox no sólo se explican con la subida del Partido Popular, dado que los conservadores ganan menos de lo que pierden sus socios de la ultraderecha. Lo cierto es que, según estos datos, la fuerza de Abascal ha dejado de ostentar la vitola de tener al electorado más fiel. En este apartado, el partido de extrema derecha cosecha sus peores datos. Tan sólo un 69,3% de sus votantes depositarían de nuevo su confianza en la formación, frente a un 21,4% que se decantarían por la opción de Alberto Núñez Feijóo.

Populares y socialistas son las formaciones que mejor retienen a sus electores, situándose ambos por encima del 78% de fidelidad. En cambio, en otro apartado se sitúa Sumar, que retiene a tres de cada cuatro votantes; lo cual no implica que un 10% de ellos se alejen hacia la papeleta de Pedro Sánchez.