El conductor del tren que descarriló el pasado miércoles, en Santiago de Compostela es trasladado en un coche de la Policía Nacional desde la comisaría de Santiago a la sede de los juzgados de la capital gallega. EFE



Poco a poco se van conociendo detalles de testigos del accidente de Santiago, recogidos en el atestado policial, entre ellos las declaraciones del otro maquinista, Javier Illanes Álvarez, de 47 años, que condujo el tren Alvia siniestrado desde Medina del Campo, en Valladolid, hasta Ourense. Según declaró, cuando dio el relevo a Francisco José Garzón fue a comprobar un fallo en el aire acondicionado y después, como “todo estaba bien”, se fue a la cafetería.

En el momento del descarrilamiento comprobaba la avería, otra vez
Según la declaración de Illanes Álvarez, recogida en el atestado, al que ha tenido acceso El País, cuando se dio cuenta de que estaban llegando a Santiago, regresó al lugar donde había reparado la avería y vio que de nuevo había saltado el interruptor. Fue en ese momento cuando se produjo el descarrilamiento del tren.

Un tramo "delicado" en el que él reduce la velocidad cuatro kilómetros antes
Este maquinista afirmó a la policía que el tramo donde ocurrió el accidente es “delicado porque hay que reducir mucho la velocidad del vehículo. Estás circulando a 200 kilómetros por hora y antes de llegar a un punto kilométrico determinado, que ahora mismo no podría decir cuál es, hay que ir reduciendo para pasar por ese punto a 80 por hora”. Este conductor aseguró que él suele reducir la velocidad tres o cuatro kilómetros antes de llegar al punto donde se produjo la catástrofe.

El Libro Horario
Illanes Álvarez apuntó que los maquinistas cuentan con el Libro Horario, que es un libro que hay que llevar en la cabina por normativa y que hay que estar viendo continuamente. En éste aparece reflejado las características del tramo del siniestro y que hay que reducir la velocidad en un punto determinado.

Francisco José Garzón no abandonó la cabina
Las conclusiones policiales descartan que Francisco José Garzón se ausentara de la cabina, como apuntaba alguna información periodística, ya que, según se explica en el atestado, el maquinista presionó todo el tiempo el pedal conocido como 'hombre muerto', un dispositivo de seguridad que detiene automáticamente el tren en caso de que el conductor se desvanezca o se ausente de la cabina durante un período superior a los 27,5 segundos, informa El Mundo.

Lo que dijo el maquinista al comisario
El atestado policial recoge, además, las narraciones de varios testigos que hablaron con Francisco José Garzón tras el accidente. Uno de ellos fue el comisario jefe de la Brigada Judicial de A Coruña, que narró que “al ver que [el maquinista] tenía una herida en la cara, le invité a sentarse en un banco del puesto de mando”.

A la pregunta del comisario de si estaba bien, Francisco José Garzón respondió: “Estoy herido leve. Pero yo no soy lo importante, lo importante son los pasajeros”. A continuación, añadió: “La he jodido”. Entonces, el comisario le preguntó qué había ocurrido y el conductor explicó que “circulaba a 190 kilómetros por hora”.

No se opuso a que le realizaran una analítica
Otro de los policías, que ayudó a Francisco José Garzón a salir de la cabina del tren narró que el maquinista no se opuso a someterse a una analítica y que le aseguró que no había bebido.

Algunos testigos comentaron que escucharon al maquinista afirmar lo que ya se ha recogido con anterioridad, que se lamentaba de no haber muerto: “Me quiero morir, me quiero morir, no quiero ver esto. Hubiera sido mejor que hubiera muerto yo antes de ver esto”.

"Esto ya lo tengo yo denunciado"
“Esto ya lo tengo yo denunciado. No se puede circular por esta vía a esta velocidad sin un protocolo…si pillo al de seguridad, lo mato…no quiero ver esto. Cuánta gente muerta... ¿por qué no habré muerto yo?”. Son las palabras del maquinista dichas a un vecino de Angrois, que le acompañó al puesto de socorro.

Renfe y Adif revisan sus protocolos de seguridad
Renfe y Adif, que es la empresa de Fomento encargada de la administración de las Infraestructuras Ferroviarias, han adelantado que están revisando todos sus protocolos y normativas de seguridad tras la tragedia, aunque han insistido en que los sistemas de seguridad son correctos. Algunos maquinistas han considerado que los sistemas de seguridad en el tramo del siniestro no son suficientes.