Jacobo González-Robatto ha encontrado acomodo en Vox. El otrora jefe de campaña de Macarena Olona en Andalucía, señalado por muchos como uno de los culpables del corto resultado de la extrema derecha en una tierra que consideraban fetiche, ha recalado en la sede nacional del partido para “apagar fuegos” a Santiago Abascal, según adelanta Ok Diario.

Este es un paso más en la normalización de las relaciones entre la dirección nacional y aquellos que encabezaron el diseño de la campaña de Olona en Andalucía. Cabe recordar que Robatto, alías ‘coco el del Pescanova- como empezaron a referirse a él compañeros de partido-, es uno de los grandes señalados por la pésima campaña que tuvo Vox en Andalucía. El otro culpable tiene nombres y apellidos: Álvaro Zancajo.

Robatto sonó incluso para ser senador por designación autonómica, pero la obligatoria paridad de sexos alejó esta posibilidad en beneficio de su compañera Pepa Millán. Sin embargo, según fuentes consultadas del medio previamente mencionado, esto no vino del todo mal: “Ha venido bien para que Coco de un paso atrás y se mantenga un tiempo en la sombra. En su lugar han puesto a Pepa Millán que nunca había estado en primera fila y a la que han dado una oportunidad para que destaque”.

Sobre el futuro de ‘Coco’, estas mismas fuentes se atreven a lanzar predicciones, al menos de las voluntades del ex jefe de campaña andaluz: “Coco quiere que le llamen para nacional, para el Congreso de los Diputados, aunque todavía no hay nada decidido desde el partido. De momento ayuda a Abascal desde la sede nacional de Madrid”, sentencian.

Olona, en proceso de reinvención

Por su parte, Macarena Olona, ya recuperada de las dolencias que alegó para apartarse de la política, se encuentra en pleno proceso de renovación. Son muchas las voces que piden abiertamente que la excandidata vuelva a ser recuperada, algo que también se pide desde las bases del partido.

Sin embargo, por el momento poco se conoce de los futuros pasos de Olona después de realizar el Camino de Santiago acompañado de un sinfín de feligreses que tenían la sensación de que desde Madrid se había traicionado a su líder.