El Partido Popular ha negado cualquier tipo de contacto con Vox. Más bien, lo ha hecho su secretaria general, Cuca Gamarra. Ante los medios de comunicación, la número dos de Alberto Núñez Feijóo ha restado importancia a un careo que el líder conservador y el presidente de Vox, Santiago Abascal, mantuvieron en secreto, a pesar de que los ultraderechistas insisten en que se produjo la semana pasada en el marco de relaciones “cordiales” que mantienen con el jefe de los populares desde que desembarcó en la séptima planta de Génova. Sin embargo, la hasta ahora portavoz parlamentaria del PP ha despejado todos los balones que le llegaban para mantener el encuentro fuera del radar de los periodistas y evitar, así, una nueva ofensiva de sus adversarios por los coqueteos con la extrema derecha.

Génova se pone de perfil y lo niega, pero en Vox insisten: Alberto Núñez Feijóo sí se ha reunido con Santiago Abascal. Desde la órbita ultraderechista confirman el encuentro entre ambos líderes. Un ‘cara a cara’ que se produjo la semana pasada para analizar los resultados electorales y que en el partido de extrema derecha enmarcan en los márgenes de las “cordiales relaciones” de ambos dirigentes, máxime desde que el ex presidente de la Xunta de Galicia consumara la decapitación -política- de Pablo Casado en marzo del año pasado. Sin embargo, en el Partido Popular han negado la mayor con absoluta rotundidad.

Génova niega contactos

“No hay novedad”, verbalizaba Cuca Gamarra este lunes en rueda de prensa. La número dos en el escalafón conservador fue interrogada por los periodistas sobre esta presunta reunión, aunque se apresuró a atajar la filtración de los ultras. La ex portavoz parlamentaria del PP en el Congreso de los Diputados no quiso despachar el asunto y se limitó a comentar que “cuando haya algo que trasladar”, lo harán con “absoluta transparencia”. Hasta entonces, en Génova se ha dado la orden de esquivar las balas de los ultraderechistas como buenamente pueden y ocultan la primera toma de contacto con la formación que comanda Santiago Abascal.

No obstante, no es la primera comunicación de la que se tiene constancia entre Feijóo y Abascal. Sendos líderes se telefonearon la misma noche del 23 de julio, para diseccionar los resultados y las posibilidades reales de conformar una alternativa real al “sanchismo”. Sin embargo, el líder del Partido Popular se ha dado contra la pared en esta primera semana después de la gran cita electoral, pues ni Coalición Canaria y ni mucho menos el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se han mostrado dispuestos a allanar su investidura. Es más, entre las filas jeltzales incluso se ha reivindicado su posición de fuerza con respecto a los conservadores, con declaraciones que evidencian la situación de aislamiento parlamentario por la que pasa el presidente del PP.

Y es que las elecciones del pasado 23 de julio dibujaron un escenario apretado y arrojaron unos números insuficientes para lo que las encuestas esbozaban como el retrato final. Es decir, una coalición de PP y Vox sin la necesidad de apoyos de fuerzas regionalistas o nacionalistas. Ni siquiera el voto CERA ha desatado el seísmo que cantaban los augures de Génova, dado que el único corrimiento de tierras se produjo en Madrid, donde sí obtuvieron un escaño más a pesar de que el Partido Socialista se aferra a la vida tras elevar su denuncia para revisar los votos nulos ante la Junta Electoral Central (JEC), previa desestimación de la Junta Provincial.

En estas navega a la deriva un Feijóo, sobre el que la espada de Damocles pende sobre su cuello. Los conservadores han neutralizado -por el momento- la posibilidad de una rebelión a pesar de los intentos de Esperanza Aguirre por azuzar, de nuevo, a Isabel Díaz Ayuso para torpedear al líder del Partido Popular. En cualquier caso, los populares tan solo han recabado el apoyo de Unión del Pueblo Navarro, quienes, a pesar de todo, instan a sus potenciales socios a “no mentir” a la gente ante la imposibilidad de cuadrar números.

Entre tanto, el líder gallego se ha pronunciado. Lo ha hecho a través de Twitter, donde ha hablado en calidad de “ganador de las elecciones” y ha destacado que su “deber” pasa por “escuchar al resto de los partidos”. “No voy a aceptar en ningún caso que se pretenda convertir en minoría a la mitad de los españoles. Marginar a millones de ciudadanos no es conformar mayorías, sino dividir al país”, sentencia en sus redes sociales tras el portazo de Pedro Sánchez a reunirse con él antes de la constitución de las Cortes.

Ferraz afea la reunión secreta y pide transparencia

A la contra, voces socialistas han instado al líder de los populares a ser transparente ante los españoles dando explicaciones sobre esta reunión postelectoral junto al presidente del partido de extrema derecha. En palabras de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, insta a que no se "esconda": "Sabemos que se avergüenza de las fotos con su aliado Abascal, pero luego acuerdan recortes de derechos allí donde gobiernan sin contemplación ni rubor", ha reprochado a través de sus redes sociales. 

Eva Granados, por su parte, otra de las voces fuertes del PSOE, apunta a que ambos líderes de derechas se reúnen porque tienen "muchas alianzas por tejer", con los ejemplos de fondo de los acuerdos de gobierno tras los resultados del 28M y los que están por aclararse, como es el caso de la Región de Murcia, que aún sigue en el aire.