Con la vista en un 2024 cargado de connotación política, el 2025 se prevé, por parte de Moncloa, con un comienzo en positivo, pero abogando por la “autocrítica” en aquellas tareas pendientes que generan preocupación y desazón a la ciudadanía de a pie: vivienda, con especial énfasis en las generaciones jóvenes, o medidas de impulso de los servicios públicos. En su balance anual del curso político, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió en que la tarea ha venido siendo fructífera, pero queda mucho por hacer.
En términos de políticas sectoriales situó el jefe del Ejecutivo central el epicentro de esta autocrítica, la cual vendría por acometer más avances y medidas en beneficio de la clase media trabajadora: “Vivienda, empleo, paro juvenil, la educación o formación profesional” serían algunos de los ejes vertebradores para dar los primeros pasos hacia este horizonte.
“Hemos ejecutado más de 200 reformas administrativas para cambiar el rumbo del país, en 2024 estuvimos empeñados en legislar y aplicarlas. Es un número inferior al que teníamos en la anterior legislatura, pero creo que no es la forma de medirlo. Medir la acción del Ejecutivo en base a las leyes es una costumbre que tenemos, lo importante no es cuántas leyes se aprueban, sino los resultados que se obtienen”, vino defendiendo Sánchez este lunes desde Moncloa.
En clave de contraposición al conjunto del argumentario defendido por la oposición a su Gobierno, Sánchez quiso dar énfasis a los puntos de mejoría que ha experimentado el país desde que asumió el mando en 2018: “España ha mejorado en un 70% de los parámetros, se ha mantenido en un 20% y ha retrocedido en un 10%”, expandiendo la vista a su vez a los distintos balances de crecimiento económico y social que pueden haber mostrado otras economías europeas, apuntando así las favorables valoraciones internacionales, como es el caso de The Economist. "Hoy se habla de una España que lidera, no se habla de que España se rompe, sino de los récords que España rompe. Eso es lo que exportamos y de lo que nos podemos sentir orgullosos”, ensalzó.
Fortalecimiento del Estado del bienestar como eje de acción
Señalizando distintos sectores en los que se deben continuar acometiendo mejoras sociales, Sánchez englobó en el índice del Estado del bienestar, con todos aquellos ejes vertebradores en forma de servicios sociales y públicos que lo componen, la hoja de ruta sobre la que seguir actuando desde el Estado para favorecer a las economías familiares y de clase trabajadora.
Con el punto de partida de un trazo económico en positivo, como España como “una de las principales economías del mundo” y un horizonte de legislatura de largo hasta 2027, el presidente del Gobierno dibujó un escenario prolongado para ir construyendo mejoras estructurales en sanidad y educación pública, así como un sistema que favorezca el empleo juvenil y erradique la brecha de género laboral, aun reconociendo a su vez los avances en estas distintas materias desde 2018. Asimismo, abogó ante los medios de comunicación por no caer en el “pesimismo”: “Soltemos el lastre de quienes nunca creyeron en España”, remarcó.
Como medidas concretas, el principal mandatario de Moncloa vino desgranando algunas ya aplicadas, como el aumento sustancial de las becas educativas o de las plazas de formación sanitaria especializada; así como ejemplos que se materializarán en 2025 como la subida progresiva de las pensiones en un 2,8%, así como otros que han venido acometiéndose y que han dejado resultados como la reducción de la brecha de género en el ámbito laboral, tres veces menor ahora en comparación a la anterior administración popular. “Eso es lo que hacemos, con errores pero también con muchos aciertos. Ahí estamos sudando la camiseta para que las votaciones salgan", señaló Sánchez.
En la misma dirección, con el foco en el Estado de las autonomías, Sánchez vino mencionando las diferencias de calado con algunos presidentes territoriales, como es el caso más conocido de la Comunidad en Madrid en distintas materias –la última de ellas, sobre el programa nacional en universidades-, pero fuera de ello quiso ensalzar los avances en Cataluña con la Ley de Amnistía, poniendo en valor a su vez la imagen de “unidad” en la Conferencia de Presidentes: “El Gobierno logra un nivel de cooperación que no se veía desde hace mucho tiempo”.
La vivienda, una problemática candente
Sin olvidar la cuestión que más preocupa a los españoles, independientemente de su edad, incluso de su renta media, Sánchez se refirió en su balance a la problemática estructural que supone acceder a una vivienda asequible ya que, en los últimos tiempos, su precios se ha disparado por las nubes y ni los salarios ni las desigualdades sociales dan tregua a una realidad cada vez más compleja. Con un paquete de medidas ya impulsado a lo largo de este 2024 en materia de vivienda, Sánchez reconoció la urgencia de continuar legislando en esta dirección: “No podemos caer en la autocomplacencia, quedan tareas pendientes, pensamos en la vivienda, hay debilidades estructurales por corregir”, urgió.
La Ley de Vivienda, así como la paralizada Ley del Suelo, entre otras cuestiones de este calado, han sido motivo de fricciones políticas –especialmente entre Estado y administraciones autonómicas dado el reparto de competencias- a lo largo de este curso político y, pese a los avances, aún no se vislumbra un horizonte de desahogo para su acceso.
Sin ir más lejos, en el último Congreso Federal del PSOE, Sánchez ensalzó el anuncio de una empresa pública de vivienda –el cual obtuvo luz verde en este último Consejo de Ministros-, así como el reciente impulso de un Real Decreto para registrar como únicos arrendamientos de corta duración en aras de frenar posibles fraudes urbanísticos: “Hemos aprobado nuevas políticas vinculadas a la rehabilitación de viviendas, una de las asignaturas pendientes de un país que tiene un parque de vivienda muy antiguo”, añadió a este respecto.
Desde el ámbito parlamentario sobre esta problemática, también se ha ido avanzando con la tramitación de una ley sobre alquileres de temporada para continuar achicando las desigualdades en este aspecto.
Un “tornado de crispación” que dificulta avances
Pese a no mencionarlo en estos términos, otra de las tareas pendientes de Sánchez es la ‘batalla’ verbal y política constante con la oposición conformada por los populares de Alberto Núñez Feijóo, así como con Vox y también desde el ámbito autonómico de Díaz Ayuso, entre otros actores. Sobre esta realidad, que aviva el debate político y suscita fricciones en la opinión pública, el presidente del Gobierno se mostró conocedor del distanciamiento que esto genera en la ciudadanía: “Con el ruido actual resulta difícil conocer los datos o que puedan resultar verosímiles. Vivimos en un tornado de crispación y bulos que una parte del ecosistema político y mediático transmite sin cesar para decir que España se rompe y hunde”, lamentó.
Pese a estas diferencias que siempre marcarán la disyuntiva entre Gobierno y oposición, Sánchez volvió a tender la mano a todos los colores políticos –excepto a Vox- para continuar la senda constructiva: “Ojalá lleguemos a acuerdos y a la normalización de las relaciones”, concluyó en la recta final de su balance anual.