El Senado se ha convertido este lunes en un escenario de un aquelarre intercontinental de la extrema derecha ultracatólica. El cónclave, organizado por la Red Política por los Valores (Network for Values) bajo el lema Por la libertad y la cultura de la vida, ha contado con el visto bueno del Partido Popular, que ha permitido que se celebre en la Cámara Alta pese a ser rechazado por las fuerzas de izquierda e incluso de las derechas más tradicionales como el PNV.

En concreto, el Senado ha acogido la VI Cumbre Transatlántica contra el aborto que impulsa la organización internacional de ultraderecha y reúne a unos 200 políticos de varios países de ideología conservadora. Network for Values se define en su página web como “una coalición transatlántica de líderes políticos comprometidos con la defensa de los derechos humanos, especialmente los referidos a la protección de la vida, la familia y las libertades fundamentales”.

El encargado de abrir las ponencias de la cumbre como presidente de honor de la organización ha sido el exministro del Interior del PP Jaime Mayor Oreja. No solo se opone al aborto, sino también al matrimonio entre personas del mismo sexo y a la eutanasia, y ello lo ha plasmado en su intervención.

Mayor Oreja ha llamado a no tener “ningún temor” por defender el derecho a la vida: “Nosotros no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosa y enfadada con nosotros”. Y ha comparado el derecho al aborto con la esclavitud, asegurando que “fue también durante siglos una moda dominante especialmente en los países anglosajones”.

También ha lanzado un mensaje de apoyo al creacionismo frente a la evolución: “Acabo de estar en París en un acto de la Federación en defensa de la vida y he podido comprobar que la mayoría de los filósofos franceses hoy defienden básicamente nuestras posiciones. Y que, entre los científicos, fundamentalmente están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución”.

“Nosotros estamos señalando el corazón del debate del mundo occidental. Por tanto, no debe sorprendernos que, además de llamarnos fundamentalistas, nos llamen ultras simplemente por defender el derecho a la vida, simplemente por defender un concepto de la persona basado en la antropología cristiana”, ha continuado Mayor Oreja, defendiendo a su vez el derecho a la vida como “pilar de todas las posiciones dentro de este debate cultural que algunos les ha llevado a defender la eutanasia, el género, el trashumanismo y la diversidad familiar”.

En las puertas de la Cámara Alta, el vicepresidente y secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha señalado que parece que al Ejecutivo de Pedro Sánchez le incomoda “que se exalte la cultura de la vida frente a la cultura de la muerte que está impulsando este Gobierno” y ha advertido que no van a tolerar que la izquierda “impulse esa cultura de la cancelación”.

“Un invierno demográfico nos asola en España porque no nacen niños y en Europa fomentan la inmigración ilegal”, ha aseverado Ignacio Garriga, expresando de la misma forma su agradecimiento a los organizadores de la cumbre por escoger España para su celebración.

Por su parte, el fundador del ultraderechista Partido Republicano chileno, José Antonio Kast, ha aplaudido la celebración del evento “a pesar del intento minoritario de cancelación”, que ha tenido lugar, según ha afirmado, “a pesar de esa intolerancia y a pesar de las descalificaciones que hoy día se oían ahí a la distancia”: “Quienes nos han intentado cancelar, quienes nos caricaturizan en la prensa, quienes desparraman el odio a través de las redes sociales en nuestra contra, son aquellos que nos temen, y nos temen porque nos saben irreductibles. Saben que somos valientes, y que nunca vamos a claudicar en la defensa de estos valores. Ellos tienen claro que seguiremos adelante, aquí en España, en Hungría, en Colombia, en Chile, en cualquiera de los países que ustedes representan, porque esta red ha ido creciendo, y seguirá creciendo".

Neydy Casillas, del Centro Global de Derechos Humanos de México y moderadora de la mesa, también ha denunciado el papel de los medios de comunicación, argumentando que muchos de ellos no representan la vida de manera justa. Según Casillas, se está viviendo una época en la que el aborto y la eutanasia se debaten en numerosos parlamentos alrededor del mundo: “Hemos llegado a un punto donde el debate ha ido más allá (…) Ya no es sobre el derecho al aborto, sino sobre declararlo como algo fundamental”.

Una línea similar la seguida por Krzysztof Bosak, vicepresidente del Parlamento de Polonia y defensor de los no nacidos, que ha asegurado que siempre ha apoyado las políticas provida y profamilia en su país. “En Polonia tenemos muchos estereotipos”, ha dicho sobre los valores conservadores y católicos, insistiendo en que esto “no es del todo cierto”.

Señalar también el discurso de Gregor Puppinck, director del Centro Europeo de Derecho y Justicia de Francia, que ha señalado que “la cultura de la muerte” representa una voluntad de poder que pretende moldear la sociedad, mientras que la cultura de la vida implica devolver “la vitalidad a la existencia”; y el de Valerie Huber, presidenta del Instituto para la Salud de la Mujer de Estados Unidos, que ha asegurado que con la reciente victoria de Donald Trump se pueden revertir las políticas del aborto y eutanasia.

Rechazo generalizado

Frente a la misa a la que asistieron varios de los asistentes en el Real Monasterio de la Encarnación antes del comienzo de la cumbre se han manifestado una veintena de personas en defensa del aborto y al grito de “fuera fascistas de las instituciones”, “aborto libre, seguro y gratuito”, “fuera rosarios de nuestros ovarios” y “fuera antielección del Senado”. Asimismo, en sus pancartas se han podido leer lemas como “el aborto es sagrado”, “anticonceptivos para no abortar” y “son mis ovarios”.

Esta concentración ha tenido lugar en la madrileña calle de la Encarnación, próxima al Senado. Marta, una de las participantes en la concentración, ha denunciado en declaraciones a medios que nadie haya hecho “nada” por impedir que la cumbre se celebrase en la Cámara Alta, “cuando además el aborto es legal en España”. También ha destacado que hay medidas que tienen que garantizar el derecho al aborto y “no apoyar a este tipo de actos y mucho menos acogerlos en una institución pública como el Senado”.

Desde Femen han ido protagonizando protestas ante este acto en las últimas semanas, como cuando dos activistas interrumpieron semidesnudas la sesión de control al Gobierno. No solo esta organización, sino también otras de familias LGTBIQ+, como Crezco Familias LGTBI+ de Andalucía y el Colectivo LGTB+ de Madrid, que hicieron llamamiento para que no se celebrara esta cumbre.

Por su parte, Ana Redondo, ministra de Igualdad, ya antes había calificado de “intolerable” que el Senado se convierta en “un parque temático de la extrema derecha frente a los derechos productivos y sexuales de las mujeres”. “No vamos a consentir que la extrema derecha en el Senado pretenda devolvernos a la caverna”, subrayaba, añadiendo que esto va “contra el progreso y avance en derechos, no solo de las mujeres, también del colectivo LGTBI”.

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