Poder para hacerlo, lo sigue teniendo. De hecho, todo el Gobierno valenciano sigue estando formando por hombres y mujeres que él aupó a sus puestos. El actual presidente, Alberto Fabra no tiene ni un solo conseller ‘propio’. En el PP valenciano no se ha vivido ni el más mínimo cambio. Tan sólo ha desaparecido del círculo del poder en la Generalitat Paula Sánchez de León, verdadera “mano derecha” de Camps, que Fabra logró sacarse de encima “recolocándola” como Delegada del Gobierno.

El gobierno valenciano sigue siendo el que puso Camps
Una identificación ésta, la de los consejeros con su viejo mentor, que ellos no han dudado en dejar de manifiesto durante la celebración de la vista por el caso de los trajes. No ha habido ni un solo día en el que alguno de los ‘consellers’ no estuviera en la sala del juicio, mostrando su apoyo a quien ‘el Bigotes’ y los demás ‘gurtel’ llamaban ‘el curita’ ¿Cómo reaccionarán, y qué presión pondrán sobre Fabra, en caso de que Camps reclame su peso en el partido?

Tampoco entre las familias del PP, que tanto control tienen sobre la vida del partido, conserva el actual presidente Albert Fabra gran poder. Ni siquiera en Castellón, su provincia de origen, aún bajo dominio de ‘el otro Fabra’, Carlos, cuenta el president con gran capacidad de maniobra. Mucho menos en Valencia, donde Alfonso Rus sigue removiendo las aguas, descontento porque como decía hace unos días “me entero por la prensa de las decisiones que toma la Generalitat”; ni en Alicante, donde hasta los zaplanistas han cogido algo de aire. En resumen, la vida política valenciana está expectante a la espera de que el expresident decida pedir por su boca para descoser lo que se mantiene, aparentemente, sujeto con hilos.

Barberá y Cotino piden calma a Camps, pero no le ‘jubilan’
Rita Barberá, personaje de máxima confianza’ de Camps, y que no se habla con Fabra porque se siente, como Rus, ninguneada e incluso traicionada por él por haber consentido que se investigue alguna empresa pública controlada por ella, ha hecho unas declaraciones que están siendo muy comentadas: “El agua de los ríos nunca vuelve atrás, pero puede regar otros campos”. Parece un consejo a su amigo para que no reclame la ‘reinstauración’ en sus cargos anteriores, pero también una advertencia de que su carrera está lejos de haberse acabado.

El otro personaje de máxima influencia sobre Camps en el PP valenciano, Juan Cotino, con el que el expresidente de la Generalitat mantiene tantas identificaciones políticas y personales, ha dejado caer otro mensaje igual de ambiguo, y le ha pedido al exreo que tras el lío de los trajes se tome “un año sabático”. Pero quienes conocen a Camps dudan de que esté un año sin manifestarse y reclamar una ‘reparación’ pública por parte de quienes le hicieron un favor.

Camps rumia su decisión con su mujer
En este sentido lo que apuntan a ELPLURAL.COM es que la persona con la que realmente Camps está rumiando cómo dar su siguiente paso es su esposa, Isabel Bas ¿Qué considerará el matrimonio lo mejor para ellos? Hacer predicciones con un personaje con una idiosincrasia tan peculiar como la de Camps resulta realmente difícil.

Desde Génova mientras, observan con temor. Durante los años de vino y rosas para Camps, las escapadas de Mariano Rajoy a Valencia menudeaban hasta ser casi semanales. Los dos personajes eran amigos con mucho en común. Es bien sabido que, aunque tuvo que desfilar por la alfombra roja que le pusieron ‘los gurtel’, a Camps y su entorno debe Mariano Rajoy mucho de su triunfo en el Congreso de 2008 que le valió para triunfar sobre Esperanza Aguirre y otros aspirantes al trono ‘popular’. Y que también a Camps y el PP del País Valenciano debe Rajoy el mayor aporte de votos en las pasadas elecciones generales, más de un millón doscientos mil.  Dos deudas que en la dirección del PP nacional están a la espera, no sin temor, que Francisco Camps decida que ha llegado el momento de cobrarse.

Ni un solo dirigente valenciano en el gobierno Rajoy
¿Por qué ese temor? La trama del ‘gurtel valenciano’ está aún por juzgarse. Y lo que salga de ahí resulta en estos momentos impredecible. Tanto que, a pesar de ser una comunidad básica para su victoria, a la hora de formar el Gobierno Rajoy no ha elegido ni a uno sólo de los dirigentes valencianos no ya para ministro, sino tan siquiera para algún algo cargo de segundo o tercer escalón.

Francisco Camps, decía a ELPLURAL.COM un viejo militante valenciano del PP, es un personaje que muchos prefieren tener “como parapeto”. Un personaje que si dejara de ser muro de contención podría permitir que la riada se lleve a muchos otros.