En un intento de hacer patente su descontento por los Presupuestos, Alberto Fabra apostó fuerte y perdió al anunciar en sede parlamentaria que enmendaría las cuentas del Estado para corregir la discriminación que supone la inversión que realizará el Estado en la Comunidad Valenciana en 2013, que se reduce en un 35% en relación a 2012 y en un 57% a la del último año de Zapatero. El gasto supone un 6,1% del total frente al 11% que representa la población valenciana. Fabra jugó tan fuerte que ni siquiera pactó previamente las enmiendas con el PP del Congreso antes de hacerlas públicas.

Un menosprecio de cien mil euros
De los 144 millones en los que Fabra cifró el dinero que lograría con sus enmiendas, tan solo recibirá cien mil euros para una línea férrea regional. Un ninguneo en toda regla por el que el Gobierno valenciano ve rechazada la petición de 76 millones más para el Corredor Mediterráneo, cuando el PP del Congreso sí aceptó tramitar las enmiendas de otros gobiernos populares que reportarán 85’4 millones adicionales a Aragón, 7’1 a Galicia, 6 a Castilla y León, 3 a Murcia y 1,4 a Madrid. Fuera del debate político quedan los 73 millones destinados a paliar los daños causados por la reciente riada en Murcia.

Los sapos que se tragó Rajoy
El malestar en el seno del PP valenciano es patente por el menosprecio con que, desde que asumiera la Presidencia del Gobierno, Rajoy trata a la Comunidad Valenciana, -uno de los principales granero de votos populares- que no ha vuelto a pisar desde la campaña electoral de noviembre pasado. El inquilino de La Moncloa parece estar haciendole pagar a Fabra los sapos que se ha tenido que tragar a cuenta de los casos de corrupción en que está inmerso el partido. Así, el presidente valenciano mantiene en el parlamento autonómico a diez diputados imputados por temor a perder su actual cómoda mayoría.

Rajoy no ha debido olvidar la proclama con la que tuvo que defender a un enrocado Camps en la abarrotada plaza de toros de Valencia: “¡Paco, estamos contigo. Yo siempre estaré detrás de ti, o delante o al lado, me es igual”! Hasta que pudo deshacerse de él. Por lo visto hasta ahora, Rajoy no está ya ni delante, ni al lado, ni detrás, sino en contra de los populares valencianos.

Desconcierto por las afrentas
ÇEn la dirección del Partido Popular valenciano se entienden mal las afrentas que el Gobierno valenciano recibe desde Madrid, por cuanto fue el mismo Rajoy quien impuso a Fabra como sustituto de Camps. Porque al bofetón de los Presupuestos habría que añadir el retraso en la aprobación del Fondo de Liquidez Autonómico con que levantar la situación de quiebra actual de la Generalitat y pagar a los proveedores o la negativa a revisar el sistema de financiación autonómico, que castiga gravemente a los valencianos.

El reto de Alfonso Rus
Solo Alfonso Rus, presidente de la Diputación de Valencia, ha tenido el valor de hacer públicas las quejas que en el seno del partido se extienden de puertas para adentro y, con el estilo propio que le caracteriza, ha plantado cara “a Mariano o a quien sea” responsable de la falta de inversiones. Con su proclama, el también presidente provincial del PP no hace sino reclamar de Fabra que ejerza el liderazgo que le exigen tantos dirigentes y militantes de base con un mensaje más reivindicativo.

Liderazgo o dimisión
Fabra tiene ante sí el dilema de ejercer su liderazgo, movilizar al partido frente al despropósito de los Presupuestos y demás ofensas, defendiendo los intereses de la sociedad valenciana, o bien reconocer su incapacidad y nulo peso político en Madrid y renunciar al cargo por dignidad política y personal. Claro que también puede optar por la solución más sencilla: ser un militante disciplinado, agachar la cabeza ante los agravios de la Moncloa y mantener su gobierno bloqueado y sin una acción política con que afrontar la crisis económica.

“Agraviado” pero disciplinado
Por lo visto hasta hora, el presidente valenciano ha optado por ser disciplinado y esta mañana, tras reconocer que se sentía “agraviado”, culpó a la “herencia socialista” de las dificultades económicas del Gobierno para satisfacer sus peticiones. Fabra hizo además un brindis al sol al anunciar que su gobierno “seguirá trabajando con los distintos ministerios para ir resolviendo, a lo largo del año, esas carencias que creemos que tienen los presupuestos”, cuando bien sabe que nada podrá “rascar” de los ministerios sin una dotación en los Presupuestos para sus reclamaciones. El presidente de la Generalitat reconoció además que no había hablado con Rajoy desde que se rechazaron sus enmiendas, aunque sí con la vicepresidenta y algunos ministros.

Propuesta envenenada
Mientras, los tres grupos de la oposición han pedido la dimisión del presidente de la Generalitat “si no es capaz de defender los intereses de los valencianos”. Tanto los socialistas como los nacionalistas de Compromís le han pedido a Fabra que ordene a los diputados valencianos del PP que rompan la disciplina de voto y que “para salvar la dignidad de la Generalitat” respalden sus enmiendas por las que el PSPV-PSOE reclama 150 millones y los nacionalistas 700.