El independentismo no ha avanzado en la Diada de este año. Carles Puigdemont se presenta ahora mucho  más cauto que Artur Mas,  quien  no deja de ser un  producto de Jordi Pujol  y su  extraña   familia. Y,  sobre todo, porque Mas  se quemó en la caldera de la derrota  y de  sueños, tal vez, en el que se convertía en  el  redentor de la  Catalunya, perseguida de cuando en cuando,  por  españoles malvados.

En todo caso, y cambiando de  ritmos políticos,  conviene recuperar  aquella frase histórica que dijo Galileo Galilei:  “Eppur si Muove”. “Pues sí, se mueve”. Pues sí, algo se mueve en las bases socialistas. Leído en El País: “El no a Rajoy crece entre los votantes del PSOE”. Algo más: “Sánchez suma apoyos a su no a la investidura de Rajoy”. El presidente actual parece tambalearse. Y puede encontrarse  Don Mariano con que su rival, Sánchez, comienza a crecer en apoyos antes no previstos.

En casa propia, los que hacían cuentas para descabalgar al secretario general socialista tendrán que anotar este nuevo dato de la situación. Si ahora, más del 50%  de sus votantes son partidarios de mantener el no rotundo a Rajoy, difícilmente el Comité Federal se permitirá mover la silla de quien mantiene su negativa contra viento y marea.

Y tanto se mueven las cosas, también para el Gobierno, que aquellas contundentes promesas que garantizaban que los ciudadanos no pagarían ni un euro del millonario rescate a los bancos, se han convertido en agua de borrajas. No pagarán los bancos esa inmensa deuda pendiente de 26.300 millones de euros. Lo pagarán los contribuyentes.

Esta tarde, el ministro de Economía Luis de Guindos podrá desgañitarse ante la Comisión de Economía del Congreso sobre la razonable situación del déficit, pero las mentiras sobre el rescate del sistema financiero no serán fáciles de olvidar. Y, ¡ah!, a punto está de empezar la ronde de juicios por corrupción vinculada al PP. Esto se mueve. Y mucho.