“Vox no ha venido a la política española a calentar sillones. Ante la constancia de que los que parecían socios no son de fiar, nuestro Comité Ejecutivo rechaza ocupar ningún cargo de responsabilidad, de ningún tipo, en todos aquellos lugares en los que se haya incumplido nuestro pacto”. Categórico y sin dejar punto a la inflexión, al menos de momento, Iván Espinosa de los Monteros ha comparecido en la sala de prensa del Congreso de los Diputados para aclarar el nuevo rumbo adoptado por su formación en lo que a política de pactos se refiere.

Madrid se ha convertido en el foco de todas las miradas. Las conversaciones permanecen enquistadas y es de interés público saber cómo avanzan las conversaciones entre las partes. Sin embargo, utilizar la sala de prensa del Congreso (reservada para aclarar cuestionen que afecten al día a día de esta Cámara) para este tipo de cuestiones no es usual.

En Vox, sabedores de la congregación de medios asistentes y las facilidades que otorga el espacio, han decidido convertir en propia y de forma sistemática, ante la incredulidad del resto de grupos parlamentarios, esta sala en espacio reservado para expresar todo aquello que envuelve a su partido.

Gabriel Rufián, en declaraciones a ElPlural.com, avisa de que “lo hacen habitualmente”. “Usan la sala de prensa como si fuera su propia sede”, insiste, antes de rematar alegando que espera “que no usen sus escaños como si fueran un bar”. Pero el dirigente de ERC no es el único que muestra su repulsa sobre el uso interesado y partidista que la extrema derecha hace de una estancia común y con un propósito firme.

El diputado de Compromís Joan Baldoví también ha querido contestar a la cuestión que le hemos planteado y ha pedido que la extrema derecha deje de hacer un uso inadecuado de las instalaciones: "Puedo entender la bisoñez de los nuevos diputados de Vox, pero ya han pasado unos días y tienen que entender qué cuestiones son internas y cuáles son de competencia parlamentaria. Deberían aprender de una vez a diferenciar entre las dos”.

Líderes políticos aparte, son muchos los jefes de prensa que insisten en que ellos no cuentan con ese trato y que en cuantiosas ocasiones se les han puesto impedimentos para hacer sus propias valoraciones. Consideran “inaceptable que permitan a Vox hacer un uso excesivo de la sala de prensa como si fuera propia para hablar de temas que transcienden más allá del Congreso”.

A pesar de ello, comentan que la responsabilidad recae sobre Meritxell Batet, presidenta de la Mesa de la Cámara Baja. “Hay que preguntarse por qué tienen autorización para utilizar este servicio de forma reiterada”, comentan.