Cayetana Álvarez de Toledo propuso a Teodoro García Egea ser ministro de un Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Así se desprende de las palabras del secretario general del Partido Popular, quien en una entrevista en Antena 3, ha valorado las críticas de la parlamentaria argentina.

Al ser preguntado por el fuego prendido por la política argentina con motivo de su libro Políticamente indeseable y las sucesivas entrevistas de la promoción, Egea ha sostenido que “los solistas en las orquestas, y se lo digo yo que tengo una extensa formación musical, tienen que tocar la misma tonalidad de la orquesta. Si no, suena desafinado. Disonante. En el PP tenemos que sonar como una orquesta afinada”.

Tras este apunte inicial, el número dos de Pablo Casado, desvela que Álvarez de Toledo “me propone ser ministro de Sánchez” cuando ésta le traslada la idea de articular un Gobierno de concentración entre PSOE y PP. “¿Qué pensaríamos hoy si el PP hubiera aceptado esa propuesta?”, se ha preguntado.

“Un libro para criticar al PP en lugar de a Sánchez le da alas a Sánchez”, ha continuado Egea, quien ha apostillado que “las polémicas internas y las críticas a compañeros no las podemos permitir”.

La Ejecutiva de la ruptura

Álvarez de Toledo, quien ya ha avanzado que no tiene intención alguna de abandonar su escaño, propuso a Casado pactar con el PP un Ejecutivo que integrara ministros de Génova para evitar un Gobierno en solitario de Sánchez o “una coalición integrada por comunistas y apoyada por fuerzas sediciosas e irremediablemente desleales”.

En su libro, admite que le comentó a Casado que “si no ganamos, creo que deberías adelantarse y ofrecerle a Sánchez un Gobierno de concentración constitucionalista para evitar un pacto con Podemos y ERC”. Se apoya en que “antes y durante la campaña, Sánchez había negado enfáticamente que fuera a pactar nada con Iglesias”.

“Pablo me contestó: ‘Vamos a ganar’”, dice Álvarez de Toledo.

Los resultados electorales distaron mucho del augurio del líder popular. “Todas las opciones eran malas”, dice en su obra, “pero había una que para España era algo menos mala que las demás: un Gobierno de concentración constitucionalista”. “Le dije a Pablo: ‘Llámalo a Sánchez y ofréceselo.  A ver qué hace’. Pero Pablo volvió a despejar el balón y me remitió a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del día siguiente. ‘No lo veo. En todo caso, mañana hablamos’”.

En la cita, Álvarez de Toledo levantó la mano para intervenir y explicar la propuesta que ya había comentado con Casado. Un Gobierno de concentración constitucionalista era la oportunidad de iniciar una etapa distinta en España. De ensayar, ahora sí, una nueva política de verdad”.

La idea fue desterrada, entre otras cosas, porque Sánchez ya había llegado a un acuerdo con Iglesias.