Cuando Zapatero declaró que podría ser el Pacto un instrumento adecuado para combatir con mayor eficacia a los etarras, Mariano Rajoy bromeó con notable mal gusto: “Ésta es una ocurrencia de Zapatero al ver que ya se le habían acabado los conejos de su chistera o de su manga”. Sin embargo, y a pesar de Rajoy, el Pacto tiró adelante y hubo al respecto consenso entre los dos grandes partidos.

Ni se acordó ni se quiso acordar
Pero Aznar ni se acordó ni quiso acordarse, el 11-M y durante los días siguientes, del Pacto citado. Aznar sí concentró todas sus energías en encontrar a ETA como fuere. Intuyó, con razón, que si ETA fuera la autora o coautora de tamaño crimen, las elecciones las ganaría Rajoy. En cambio, si se demostraba que los autores eran los islamistas próximos a Al Qaeda, serían los socialistas los que ganarían en las urnas.

Infamias y falsedades
Pues bien, el ex presidente ultraconservador, este pasado viernes, en la COPE –siempre juntos los capellanes y los políticos reaccionarios-, acusó al Gobierno de haber “destruido la política antiterrorista”, acordada entre el PP y el PSOE. Con 190 muertos y centenares de heridos en una mañana, al jefe del Ejecutivo popular, Aznar, se le olvidó el Pacto antiterrorista. Con ni un solo muerto por ETA –más de un año sin matar y, además, con numerosas detenciones-, Aznar se atrevió el viernes a lanzar todo tipo de infamias y de falsedades contra el Gobierno Zapatero y, más en concreto, implícita o explícitamente, contra el candidato Alfredo Pérez Rubalcaba.

“Lamentable paréntesis”
Vomitó Aznar su inquina con frases como éstas: Los ocho años de Zapatero han sido una “pesadilla” y un “lamentable paréntesis que ha tenido la peor de sus consecuencias la vuelta del terrorismo a las instituciones”. La presencia de Bildu en Ayuntamientos y otros organismos vascos y navarros forma parte de “un proceso de legitimación del terrorismo” que está en marcha y que cumple “el libro de ruta de ETA” “Hoy no podemos decir que ETA se sienta derrotada”. Y, como colofón, esto: “Bildu es un peaje que se paga para que ETA no mate”.

Escenario de provocación
El presidente que denominó a ETA -como fórmula de no se sabe qué cortesía- Movimiento Nacional de Liberación Vasco, MNLV; que negoció con ETA, aunque él y sus palmeros se empeñen en negar una evidencia, y que esperaba convertirse en el Príncipe de la Paz, ha regresado a su escenario de provocación y de falsificación objetiva de la realidad. Aznar fue un pésimo presidente y un ultramontano, ubicado en la derecha extrema. Él nombró sucesor a Rajoy. ¿Debe España soportar que Aznar regrese a la Moncloa disfrazado de Rajoy?

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM