El pasado 8 de octubre, justo el día en que Susana Díaz firmaba el decreto de convocatoria de elecciones, el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, citaba a la prensa ante el edificio del antiguo prostíbulo Don Ángelo, de Sevilla.

Allí, el dirigente del PP se servía de un atestado de la Guardia Civil que investiga el uso de tarjetas de crédito ligadas a una fundación de la Junta para propagar la idea de que el PSOE de Andalucía gasta dinero público en prostitución.

A la puertas del prostíbulo, el PP convertía en sentencia lo que hasta ahora no son más que unas pesquisas de la Benemérita. Juan Manuel Moreno daba así por probado el gasto de 32.000 euros -a través de 13 visitas- en ‘puticlubs’. Inmediatamente, el Partido Popular activaba la ‘máquina del fango’.

Pablo Casado aprovechaba el pasado 14 de octubre su visita a Málaga para elevar el tono de las acusaciones. El presidente del Partido Popular convertía los 32.000 euros en pesetas para así poder hablar de 5 millones. Los medios de comunicación afines compraban su idea de “la perversidad de la administración pública andaluza” y marcaba a la par el camino a sus compañeros de partido.

En una errática y desconcertante intervención en el Congreso de los Diputados, la diputada Dolors Montserrat hablaba el 17 de octubre de “prostitutas desconcertadas” y generalizaba acusando al conjunto de los socialistas andaluces (45.848 repartidos entre las ocho provincias andaluzas, según datos de mayo de 2017) de “frecuentar con dinero público la prostitución”.

Un día después, el número dos de Casado, Teodoro García, mentía ya sin pudor alguno al afirmar que “el Gobierno andaluz gasta más en prostitutas que en educación” -partida a la que la Junta destina 6.329 millones de euros anuales.

Es el recorrido de una infamia en solo diez días: primero dieron por probado el gasto de 32.000 euros en prostitución. Después lo convirtieron en pesetas. Acto seguido dijeron que todos los socialistas andaluces iban a ‘puticlubs’ para acabar cifrando el gasto en prostitución en más de 6.000 millones de euros. Y todo ello lo dice un partido, el PP, que acumula no pocos escándalos relacionados con la prostitución.

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