Hubo un tiempo en el que el PP criticaba que la izquierda saliera a la calle. Exactamente igual que ahora la derecha protesta contra la amnistía que permite que Sánchez sea investido la próxima semana, la izquierda ha salido a la calle en varias ocasiones entre críticas del PP por considerar lo que consideraba legítimo.

Una de las últimas fue hace un año, cuando el plan de las urgencias extrahospitalarias de Isabel Díaz Ayuso fracasó. Un millón de personas partieron de diferentes puntos de Madrid para converger en la plaza de Cibeles. Por entonces, el mensaje trasladado desde Sol era que era una manifestación "política". "Cuando me llamaron asesina, supe que no eran sólo médicos", indicó Isabel Díaz Ayuso, que acabó modificando el plan en las urgencias por la presión social. "La manifestación de ayer no fue en defensa de la Sanidad Pública, sino para defender un nuevo liderazgo de izquierdas, en este caso de ultraizquierdas, debido a la debacle que va a sufrir el PSOE. Si hubiera sido una manifestación por la sanidad pública hubieran acudido dos millones de madrileños, no conozco un solo madrileño que no esté orgulloso de su sanidad pública", indicó. A día de hoy sigue costando encontrar un centro de estas características con médico provocando que se saturen las urgencias de los hospitales con pacientes con patologías menores que no pueden esperar a que abra su centro de salud o encuentran una cita con su médico de familia.

En 2016, miles de personas participaron en la manifestación "Rodea el Congreso", convocada por la Coordinadora 25-S, para protestar contra lo que consideraban una "investidura ilegítima" de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El evento transcurrió de manera pacífica hasta que, al concluir la protesta en Sol, algunos manifestantes lanzaron objetos e insultaron a diputados.

Antes de eso, la protesta contra la "mafia golpista" que, según ellos, facilitó la investidura del candidato del PP, fue recibida con abucheos y cánticos de "sí se puede" cuando Rajoy fue proclamado presidente del Gobierno después de las 20:15h. En ese momento, la manifestación, que había comenzado en la plaza de Neptuno, llegó a la Puerta del Sol sin incidentes.

Fue después de levantar parcialmente las restricciones de circulación cerca del Congreso que un grupo de manifestantes se trasladó al acceso a la Cámara Baja desde la calle de Cedaceros. A la salida de diputados, especialmente de Ciudadanos, alrededor de un centenar de manifestantes los abuchearon, insultaron y lanzaron objetos, incluso alcanzando a periodistas.

La diputada de Ciudadanos Patricia Reyes compartió en Twitter: "Hoy a la salida del Congreso me han llamado puta y me han tirado una lata de cerveza. Me quedo con la democracia y no con la violencia."

Antes de estos incidentes, la manifestación, que según el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, contó con alrededor de 6.000 personas (3.000 según él y 150.000 según los convocantes), vio al PP y a los "traidores" del PSOE recibir cánticos de rechazo por lo que consideraban una legislatura "ilegítima".

El expresidente del Gobierno Felipe González y la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, fueron objeto de señalamientos. Entre carteles con el 'NO' mayúsculo "a la mafia golpista", se produjeron abucheos frecuentes a la Policía, intensificándose cuando el helicóptero de este Cuerpo sobrevolaba a los manifestantes.

Las críticas al Rodea el Congreso siguen en pleno 2023. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo comparó a principios de este 2023 con el intento de golpe de Estado en Brasil tras la victoria electoral de Lula da Silva.

Unos años antes, el expresidente del Gobierno, José María Aznar, expresó su percepción del movimiento 15M como una "extrema izquierda marginal antisistema". Aznar, aludiendo a la situación española afectada por una crisis intensa, señaló que aunque la democracia española tiene áreas de mejora, está consolidada y tiene sus propios cauces.

En sus declaraciones, Aznar caracterizó al 15M como un movimiento marginal antisistema vinculado a grupos de extrema izquierda, subrayando que su representatividad no era significativa en la vida española. El exmandatario reconoció la existencia de aspectos a mejorar en la democracia española, pero enfatizó que la naturaleza del 15M era más bien una expresión periférica, con diversas participaciones, que no tenía un impacto relevante en la dinámica política del país.

Aznar y su gobierno fueron partícipes también de cómo tras el 11-M y la versión falsa de que los atentados fueron cometidos por ETA, sus sedes se llenaron de manifestantes pidiendo que se contara la verdad. Quedaban días para las elecciones y Aznar culpó a ETA como autor del peor atentado que se ha vivido en España para ocultar que fue un ataque yihaidista. 

La autoría islámica era ya la única en la que trabajaban los investigadores a las veinticuatro horas del atentado. Pese a ello, el por entonces portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana, señaló en público que ETA seguía siendo la principal teoría. Esta misma tesis fue sostenida por los medios de comunicación afines al Ejecutivo de Aznar en los informativos de ese día.

El PP reaccionó con virulencia ante lo que consideró un ataque a sus sedes tras la mentira contada por Aznar y Mariano Rajoy compareció en la sede nacional del PP, donde dijo que las manifestaciones eran “ilegales e ilegítimas”, y reclamó que se disolvieran por ser “antidemocráticos actos de presión sobre las elecciones” previstas para el día siguiente.

Rajoy también pidió que nadie acudiera a las concentraciones que se estaban produciendo hablando de “manifestación ilegal e ilegítima que rodea todas nuestras sedes imputando graves delitos”. De hecho, calificó los hechos de “gravemente antidemocráticos”.

Ahora, casi veinte años después, el PP acusa al PSOE de "obligar” a la Policía a “tratar como CDR” y de forma “injusta” a los manifestantes en la sede del PSOE en Madrid. De hecho, comparan ambas concentraciones en las sedes, tanto las de 2004 como las de 2023. "Es posible que algunas de las personas que se concentraron ayer delante la sede del PSOE, en noviembre de 2023, lo hiciera también ante la sede del PP en marzo de 2004”. Y de hecho señalan que "fue el PSOE quien mandó a la gente a protestar a Génova diciendo 'España no merece un Gobierno que le mienta”, en referencia a las palabras de Alfredo Pérez Rubalcaba. No obstante, omiten y mienten en que aquella frase ya se produjo cuando miles de personas se manifestaban ya contra el PP tras una de las mayores mentiras de la democracia.