Los peores presagios son finalmente una realidad. Cataluña entra este jueves en fase de emergencia como consecuencia de la intensa sequía que afecta a la región desde el verano del año 2022. Serán unos 200 municipios los afectados por esta nueva situación, que se suman a los 37 que ya lo estaban. La caída casi estructural del nivel de los embalses del Ter y Llobregat -los más importantes de la Comunidad Autónoma- está afectando a todas las esferas, y es que se encuentran por debajo del umbral de máxima alerta, situada en los 100 hectómetros cúbicos.

El Govern que lidera Pere Aragonès ha convocado este jueves una reunión de la Comisión Interdepartamental de Sequía extraordinaria ya no para volver a evaluar la situación, sino para decretar la alarma en las zonas que se sirven de estos dos embalses, principalmente en las regiones de Barcelona y Girona. Una decisión que implica fuertes recortes de agua tanto para la industria y la agricultura como para los hogares. De hecho, esta medida da luz verde a los ayuntamientos para limitar sus usos en el ámbito doméstico.

Emergencia por sequía en Cataluña

Los embalses del Ter y Llobregat han marcado este miércoles la devaluada cifra de 99,89 hm3, por debajo de los 100 que marca el límite máximo para entrar en emergencia por sequía, mientras rondan tan solo el 16% de su capacidad. Es por eso que, aunque el Ejecutivo de ERC ha estirado al máximo los tiempos, finalmente este jueves será una decisión firme. A partir de este momento la cantidad de agua que la Generalitat va a servir a los municipios de Barcelona y Girona se reducirá a 200 litros por persona y día para el conjunto de los usos públicos.

Esta fase de emergencia implica una intensificación de las restricciones de agua que comenzaron en noviembre del pasado año 2023 para intentar paliar la peor sequía de los últimos 100 años que está experimentando buena parte de Cataluña. En concreto, se van a aumentar los límites para la agricultura hasta el 80%, para los ganaderos del 50%, los industriales un 25% y otros usos recreativos hasta un 25%, así como la prohibición de estos últimos que impliquen el riego.

200 municipios afectados

En cuanto a los hogares, serán los ayuntamientos de los más de 200 municipios afectados quienes tengan que definir las restricciones para los usos domésticos. Las administraciones locales podrán reducir los consumos bajando la presión del agua o implementando cortes con tramos horarios en función de sus necesidades y planes municipales. En total, son 202 localidades de la región de Barcelona y parte de Girona los que entran dentro de la conocida como unidad hidrológica del Ter y Llobregat.

La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha avisado este mismo martes: "Las altas temperaturas de la semana pasada tuvieron un impacto relevante en el estado de los embalses. La entrada en emergencia será una realidad en los próximos días, con todas las restricciones que esto conlleva", ha dicho en rueda de prensa.

Con todo, todavía falta concreción y confirmación final. Será el Ejecutivo en la reunión de la Comisión Interdepartamental de Sequía la que sentencie la entrada de esta fase de emergencia "en los próximos días". Por su parte, tanto portavoz del Govern como el conseller d'Acció Climàtica, David Mascort, serán los encargados de informar en torno al medio día de este jueves de los acuerdos alcanzados durante este encuentro institucional.

Tres niveles de reducción de agua

Así, la fase de emergencia contempla tres niveles o estadios de reducciones en las dotaciones de agua por parte del Govern: el primero marca la rebaja a 200 litros por día y habitante para todos los usos -también doméstico-; la segunda hasta 180 litros cuando los embalses caigan a los 76 hm3; y la tercera en 160 litros, cuando las balsas marquen la cifra preocupante de 33 hm3. Pero no son las únicas limitaciones.

También queda prohibido el llenado total o parcial de todo tipo de piscinas, lo que incluye las de hoteles, campings y otros centros. Es por eso que, ya desde el mismo momento en el que se comenzó a hablar de esta posibilidad, esta medida ha causado un gran revuelo y preocupación en el sector turístico, que apela a las pérdidas que puede experimentar de cara a las festividades o fines de semana próximos. También se prohíbe lavar los coches en casa o los juegos de agua como la conocida fiesta de la espuma.

Piscinas y deporte

Con todo, el Govern quiere amparar la práctica de deporte, por lo que permitirá en las fases de emergencia uno y dos el relleno parcial de aquellas piscinas cubiertas que estén inscritas en el censo de equipamientos deportivos de la Generalitat y las descubiertas destinadas a la actividad federada siempre que dispongan de un sistema de recirculación del agua. Sí estará contemplado el cierre de las duchas en el segundo nivel.

En estas excepciones entran el llenado y relleno de piscinas de uso terapéutico de hospitales, residencias y centros de educación especial, y los de centros de la Red de Servicios Sociales de Atención Pública, así como las piscinas para personas con un grado de discapacidad que sufran alteraciones de la conducta. Las que cuenten con agua de mar sí se podrán llenar totalmente o parcialmente siempre que tengan unas redes de abastecimiento al margen del servicio público.

Jardines y árboles

Situación parecida ocurre con los campos para realizar deporte. El Govern ya flexibilizó hace unas semanas las restricciones inicialmente previstas para la primera fase, por lo que ahora el riego del césped para actividades federadas -como fútbol o rugby- podrá desarrollarse con agua regenerada o freática -aquella acumulada en un nivel subterráneo-. Eso sí, tendrán que impulsar medidas de ahorro de consumo, como el cierre de duchas. En la segunda fase se podrá regar de la misma forma pero con la obligatoriedad de esta última disposición.

Cosa distinta es para jardines, zonas verdes y árboles, para los que se mantienen la prohibición de riego tanto los públicos como los privados. Los primeros sí cuentan con una excepción, y es que el riego de supervivencia de arbolado y jardines botánicos se podrá llevar a cabo si se hace con aguas regeneradas que vengan de depuradora o freáticas, siempre que no afecte a la disponibilidad para el abastecimiento domiciliario. Todo eso con un gasto mínimo de agua, lo indispensable para arboles estrictamente necesarios.

Reducción de la presión

Ya en el ámbito doméstico, la principal demanda va a ser la reducción de la presión en los grifos. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que organiza el servicio del agua en 36 municipios del entorno de la capital, ha aprobado el plan para reducir la presión y cumplir con las restricciones de la Generalitat. Se comenzará por aquellos municipios que superan los 200 litros por persona y día, que son cinco: Cervelló, la Palma de Cervelló, Corbera de Llobregat, Sant Vicens dels Horts y Begues, según los datos del pasado mes de noviembre.

Barcelona cuenta con un consumo medio de 173 litros por persona y día, por debajo de los 200, por lo que la previsión es que se acometa una reducción de la presión en la tercera fase de la emergencia. Parece lejano pero podría suceder en unos meses si continúa sin llover lo suficiente. Con todo, la intención de las autoridades metropolitanas es no cortar el agua, ya que esto causa muchas complicaciones, pero sí disminuir la presión poco a poco para intentar afectar a la mínima cantidad de personas.

Quienes se verán más afectados con este plan serán aquellos que residen en los pisos más altos por una cuestión de gravedad, por lo que se ha previsto regular tanto la presión nocturna como la diurna "para que la afectación sea mínima". Además, ya se han identificado 73 puntos de suministro crítico -que contemplan a hospitales o residencias- cuyo abastecimiento debe preservarse sin modificaciones para garantizar su actividad normal.

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