Decir que el Partido Popular ha incumplido, casi sistemáticamente, las líneas escritas en su programa electoral no es una novedad. Durante los últimos cuatro años del Gobierno de Mariano Rajoy, los populares han ido descomponiendo poco a poco lo prometido en campaña para conseguir votos. Ahora, cuando todavía no ha llegado a La Moncloa, Rajoy ya se ve viviendo de nuevo en ella e incumpliendo otra vez su programa, pero… esta vez es por culpa de la oposición.

Para no romper la rutina, durante la campaña del 26J prometieron bajar los impuestos. “Bajaremos el IRPF, el Impuesto de Sociedades y bajadas en la cotización de la Seguridad Social”, decía el PP en su cuenta de Twitter. Menos de un mes después, el 12 de julio, anunciaron una subida.

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, anunció que se recaudarían 6.000 millones de euros para ajustar el déficit. ¿Cómo? Muy fácil, modificando el tipo del pago a cuenta del Impuesto de Sociedades. Hasta estando en funciones dicen aquello de “donde dije digo, digo Diego”.

Rajoy ya no tiene mayoría absoluta

"Como no tenemos mayoría absoluta, tengo que asumir que muchos de los planteamientos que iban en nuestro programa no podrán salir adelante". Así se ha expresado este viernes Rajoy en Bruselas. De sus palabras podemos sacar dos conclusiones: tiene claro que volverá a ser investido como presidente y ya da por hecho que su programa volverá a quedar en el olvido.

Eso sí, con una gran diferencia. Si esta vez no pueden hacer todo lo que propusieron será culpa de la oposición que no les apoya. Y es que, es mucho más fácil gobernar cuando se tiene mayoría absoluta.

Pero esta posibilidad aún está por ver. Primero tiene que celebrarse este fin de semana el Comité Federal del PSOE en el que se decidirá si los socialistas se abstienen para facilitar la investidura de Rajoy.

Ya está escribiendo su discurso

"Si pretendo tener más apoyos, bien por la vía del sí, que es difícil, o la de la abstención, tendré que adecuar mi discurso a la nueva situación", ha dicho dejando caer que ya está preparando su discurso de investidura.

"Efectivamente, hay un Comité Federal del Partido Socialista en el que se tomará la decisión de qué harán en la investidura ¿Yo voy a presentarme sea cual sea el resultado de la decisión? Es muy difícil poder posicionarse. Yo lo que tengo que hacer es ver lo que hace el Rey. El Rey puede proponer a alguien o no, y no me corresponde decir cuáles son los criterios para plantearlo. Tendré que ver qué hace. Yo ya me he presentado hace menos de dos meses, tuve 170 votos a favor y 180 en contra y esa es la situación a día de hoy". Pero por si acaso, por ir adelantando trabajo, ya piensa en cómo serán sus palabras para convencer a los diputados y volver a ser presidente.

Trabajando por la abstención

Es más, Rajoy ha reconocido que estaría dispuesto a hacer concesiones para facilitar una abstención del PSOE. "Es una legislatura en la que tendremos que hacer todos más esfuerzos para entendernos, lograr acuerdos, y todos tenemos que ceder en nuestros planteamientos de máximos. Y si hay buena voluntad por parte de todos hay que incidir en los asuntos en los que hay posibilidad de acuerdo y dejar de lado los asuntos en los que no vaya a haberlo".

Todo por conseguir ese gran Gobierno de coalición por el que tanto ha abogado desde las elecciones del 20D. "Lo que prefiero lo sabe todo el mundo porque llevo diciéndolo desde el 21 de diciembre y lo reiteré el 27 de junio: un Gobierno de coalición”.

Y si no, pues intentará hacer de la adversidad una oposición porque, según ha dicho, gobernar en minoría, “a lo mejor, por difícil, se puede convertir en una gran oportunidad para dejar resueltos los retos de futuro de España".