La Guardia Civil no es un cuerpo militarizado obsoleto y cerrado a la sociedad gracias a la labor de agentes que se jugaron incluso su plaza y su libertad por reclamar derechos que el resto de españoles conquistaron con la democracia, ausente en los cuarteles, y en esa batalla de varias décadas la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha jugado un liderazgo indiscutible, reconocido este martes incluso por los directores generales que en su momento estuvieron en el lado de los inamovibles.

La AUGC celebró sus 25 años de vida con un acto en el Auditorio Marcelino Camacho, de Comisiones Obreras, en Madrid, al que asistieron los exdirectores generales de la Guardia Civil Joan Mesquida (2006-2008, durante el Gobierno de Zapatero) y Arsenio Fernández de Mesa (2011-2016, con Mariano Rajoy); e Ignacio Cosidó, jefe de gabinete del director general de la Guardia Civil, Santiago López (con José María Aznar). Sentados en el escenario, ante un auditorio repleto de guardias civiles, los tres cargos políticos defendieron su legado en su paso por el Cuerpo para, al final, reconocer que  "cada uno de nosotros hizo lo que pudo, de la mejor manera posible, pero no fue suficiente".

Guardias encarcelados por defender derechos

En un ambiente entre relajado y tenso por momentos, con comentarios ácidos que salían de manera espontánea de entre el público mientras intervenían los exdirectores generales, el portavoz de la AUGC, Juan Fernández, puso el acento en la represalias contra representantes de la asociación por defender derechos laborales, expedientes disciplinarios que son juzgados con el Código Militar. "Hemos acompañado a compañeros hasta las puertas de la prisión, esas a donde los guardias civiles encierran a los infractores de la ley. Sabemos el daño moral y psicológico que sufren. Cada vez que un guardia sancionado traspasa esa puerta, la sociedad española pierde a un servidor público", afirmó Fernández.

Las guardias, sin uniformes y chalecos adecuados

Las representantes de las mujeres en la Guardia Civil, como Alicia Sánchez, secretaria nacional de la Mujer de la AUGC y su predecesoraPilar Villacortatomaron la palabra para denunciar la discriminación que sufren dentro del Cuerpo y la indolencia de los gobiernos ante sus peculiaridades en aspectos como los chalecos antibala inadecuados para su fisonomía, la falta de uniformes femeninos, el acoso laboral y sexual y la discriminación machista.

Joan Mesquida, director general de la Guardia Civil con Zapatero, y ahora militante de Ciudadanos, recordó que durante su mandato se aprobó la Ley Orgánica 11/2007 reguladora de los derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil y la Ley Orgánica 12/2007 del Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, que reconocieron por vez primera los derechos de asociación profesional de los miembros del Cuerpo, así como su participación en un órgano de nueva creación, el Consejo de la Guardia Civil, y se establece para ellos un régimen disciplinario específico respecto del militar.

"Llamaron a Rubalcaba para que parara la ley"

Una apertura a la que se resiste la cúpula de generales de la Guardia Civil, expuesta en una anécdota con el ministro del Interior fallecido Alfredo Pérez Rucabalcaba de protagonista. "Cuando Rubalcaba iba hacia el Consejo de Ministros que aprobaría la ley recibió una llamada para instarle a que no se aprobara. El ministro se negó y respondió que ya estaba decidida", reveló el portavoz de la AUGC.

Vista del auditorio donde se celebró el acto de la AUGC. Fuente AUGC

Vista del auditorio donde se celebró el acto de la AUGC. Fuente; AUGC

Zapatero reconoce en su prólogo tiranteces con las asociaciones

Con motivo de la presentación, la AUGC ha presentado un libro que narra anécdotas como ésta, desconocidas para la mayoría de los españoles, que lleva por título  "Guardias civiles, ciudadanos uniformados en busca de derechos", escrito por el periodista Ildefonso García Ruiz, y cuyo prólogo escribió José Luis Rodríguez Zapatero. El expresidente socialista, que no escapa a las críticas en el libro, reconoce que "la relación de un Gobierno con las asociaciones profesionales no siempre es fácil. Y que si bien debemos congratularnos de que fuera posible entonces consagrar las conquistas esenciales para el Cuerpo, también hubo discrepancias en relación con algunas demandas y de ellas se da asimismo cuenta en estas páginas".

"Por esta razón, me parece también de justicia aprovechar esta oportunidad para dejar constancia de que los Ministros del Interior que me prestaron su colaboración no solo tuvieron siempre muy presente, y en mi opinión acertaron a transmitir, el papel vertebrador que desempeña la Guardia Civil para la sociedad española, para todos los ciudadanos, en el disfrute de sus derechos, en su sentimiento de seguridad acerca de los mismos, sino el propio papel vertebrador de las asociaciones del Cuerpo en su tarea de aglutinar a sus miembros y de servir de cauce para hacer llegar sus necesidades", añadió Zapatero en el prólogo.

Al acto asistieron, además, el secretario general de la AUGC, Alberto Moya, y otros líderes regionales de la asociación procedentes de toda España, periodistas y representantes de los grupos políticos. Fue especialmente emotiva la intervención de dos guardias ciiviles expulsados del Cuerpo, líderes históricos del sindicalismo, José Morata y José Luis Bargados. La celebración se inició con la proyección de un vídeo que recuerda los hitos de la asociación durante un cuarto de siglo.