El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha dibujado las lineas maestras de su futura estrategia política tras las elecciones del 14F con el objetivo de que el sorpasso en Cataluña a Partido Popular y Ciudadanos se materialice también en otras regiones de España. Y su primer paso ha sido invitar a naranjas y populares a fusionarse.

Abascal no encuentra motivos "para que no haya una mayor colaboración entre ellos, salvo de carácter personal". A su juicio, las "pequeñas ambiciones personales" pueden aclarar las "dificultades" que PP y Ciudadanos encuentran para no fusionarse. "Sólo la ambición personal explica que no se haga", ha subrayado.

Abascal ha explicado que cree que el adelanto a Pablo Casado cogió impulso “el mismo día de la moción de censura”, pues “los medios mintieron” al ofrecer “como victoria lo que fue una profunda decepción”, haciendo referencia a los ataques del líder del PP: “La estrategia fue suicida y a ni me dejó perplejo. En su discurso iba mucho más allá de tomar distancia con Vox, era la demonización de Vox”.

También considera que las declaraciones de Casado sobre las cargas policiales del 1-O “provocaron gran zozobra”. No obstante, en este punto dice estar preocupado ya que “no puedo alegrarme del resultado electoral” porque “globalmente son malos resultados para España”.

Santiago Abascal ha reconocido que en más de una ocasión ha sentido la tentación de entrar en el cuerpo a cuerpo con Casado: “Soy una persona de sangre caliente”. Si no lo ha hecho ha sido porque “he pensado que había que superar esas tentaciones y mi equipo me ha ayudado. Ha habido momento donde yo quería contestar e hincar el diente”.

Con respecto a la mudanza de Génova 13 del PP, el líder ultra ha asegurado que no la comprará y que, además, no le gustó en absoluto “el mensaje de Ciudadanos riéndose del cambio de sede”.