Soraya Sáenz de Santamaría, la ganadora de las supuestas primarias del PP, no tiene territorio; no es baronesa y carece de un espacio geográfico concreto donde “reinar”. Un tanto de lo mismo le pasa a Pablo Casado, revelación del “got talent genovés”, que a pesar de ostentar la vicesecretaría de comunicación, tampoco ejerce de presidente del partido en comunidad autónoma alguna, aunque su influencia en Madrid se ha dejado notar, y de qué forma.

La que sí tiene un espacio acotado, con corte incluida y aduladores en las esquinas, es la gran perdedora del cónclave popular, María Dolores de Cospedal, ama y señora de Castilla-La Mancha (región que gobernó durante cuatro años, 2011-2015), al menos hasta la noche del jueves, donde quedó patente que un tercio de los 4.851 inscritos no la votaron y prefirieron las opciones de Casado (1.113) o de Santamaría (423); o lo que es lo mismo, sólo el 65,5% de los votantes (2.922) arroparon a la exsecretaria general, cuando lo lógico hubiera sido que ese porcentaje no bajara nunca del 85%, siempre y cuando fuera apreciada en sus “reinos”, algo que queda demostrado que no ha sido así.

“La gran perdedora de las primarias”

Así, al menos, lo entienden los socialistas castellano-manchegos, que en palabras de su secretario de Organización, Sergio Gutiérrez, asegura que María Dolores de Cospedal “es la gran perdedora de las primarias del PP” ya que, a su juicio, “queda bien claro que allá donde más la conocen, menos la quieren”, para añadir que, “los ciudadanos consiguieron echarla de la presidencia regional”, tras “cuatro años de recortes, y ahora después de diez años siendo la secretaria general del PP, con apenas un escaso 20 por ciento, los militantes también la echan del PP nacional”, ha aseverado, al tiempo que ha dicho que esto es “una mala noticia para Cospedal”, ya que “aquellos que más la conocen, menos la quieren y menos la votan””.

Gutiérrez ha indicado que “después del espectáculo que lleva dando el PP las últimas semanas sobre sus primarias”, debe “hacer algo básico y respetar al que ha ganado”, añade, “deben evitar ese choque de legitimidades entre la democracia directa y el chanchullo de los delegados del Congreso”.

Cospedal, obligada a presentarse en CLM

Para el socialista, si el PP cree en las primarias “tiene que respetar el resultado y respetar a aquel que ha convencido a la mayoría de los militantes”, criticando al mismo tiempo a aquellos que “siempre hablan de respetar al más votado, y ahora están haciendo pactos entre bambalinas para no respetar la voluntad de los afiliados”.

Por otra parte, Gutiérrez ha señalado que María Dolores de Cospedal “tiene la responsabilidad de presentarse” a las elecciones a la Presidencia de Castilla-La Mancha, “ya que dice que es la líder de la oposición”. Para el también eurodiputado, a Cospedal “le han cerrado las puertas de la política nacional”, por lo que ahora “no tiene ninguna excusa para rehuir de su responsabilidad como candidata a la Presidencia de la región”, concluye, “la ambición rompe el saco”.

La ceguera de M. Rajoy

Y es que los afiliados lo dejaron claro en febrero de 2017: no querían que María Dolores de Cospedal concentrara en su persona hasta cuatro cargos políticos, todos remunerados o acompañados de dietas y desplazamientos (diputada del PP por Toledo, ministra de Defensa, presidenta del partido en Castilla-La Mancha y secretaria general de los populares), mientras que M. Rajoy miraba para otro lado y contra la opinión de la mayoría de los barones mantuvo a Cospedal en la secretaría general del partido en el XVIII congreso nacional del PP, donde como no podía ser de otra forma se produjo más debate del previsible, removiendo las aguas tranquilas que hasta ese momento había bajado por el río del partido de la gaviota.

Moción “anti-Cospedal”

Cómo sería la cosa, que el coordinador del partido, Fernando Martínez-Maillo, no supo fajarse del escándalo que supuso el “pucherazo” de la votación de la conocida como moción “anti-Cospedal”, que buscaba la supresión de acumulación de cargos y el reparto de responsabilidades entre la militancia. Debate que acabó en una sonora y mediática bronca, sobre todo porque la enmienda presentada procedía de la localidad de San Clemente (Cuenca), territorio castellano-manchego donde Cospedal reina desde 2006. El concejal sanclementino que propuso la moción, Francisco Risueño, habló en su día de “pucherazo”, ya que hubo que repetir en numerosas ocasiones la votación a mano alzada porque el resultado no estaba nada claro.

Finalmente, la enmienda presentada por el edil castellano-manchego fue derrotada por 328 compromisarios frente a otros 303 que la apoyaron y después de que algunos afiliados (había presentes más de 3.000) cambiaran de opinión al ver el lío en que iban a meter a la secretaria general del PP.

Hoy queda demostrado que se confundieron, porque nunca antes la derecha había tenido un segundo de abordo con una gestión tan desastrosa.