Gabriel Rufián apelando a todas sus muletillas tuiteras habituales, interpeló al PSOE a aprobar la despenalización de las injurias al rey, dicendo que las verdaderas injurias eran "rescatar a la banca" y estar en manos de "gángsters". Rufián apeló "al mejor PSOE", sin saber que posiblemente eso era lo que se iba a encontrar. "Salgan del bloque del 155", dijo Rufián, "aléjense de Ankara y acérquense a Estrasburgo". 

Le replicó el diputado socialista por Málaga José Andrés Torres Mora. Torres Mora, es sociólogo, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y el introductor en España de la doctrina del republicanismo cívico (formulada por el filósofo irlandés Philip Petit) que fue parte fundamental de las ideas detrás del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Torres Mora expresó la necesidad de aclarar los términos y dio un repaso de conceptos básicos de republicanismo y democracia a un incrédulo Rufián, que meneaba la cabeza perplejo.

Ser antimonárquico no es lo mismo que ser republicano

Torres Mora explicó a Rufián que la libertad de expresión no puede confundirse con difamar, dado que la difamación es una interferencia arbitraria en la vida de los otros y, por lo tanto, una forma de opresión. "¿Acaso la violencia verbal no es violencia?" Preguntó el socialista a Rufián. "¿No es un arma la palabra? ¿Es que no hieren las palabras? ¿No marginan, no destruyen las reputaciones, no arruinan las vidas las palabras? La calumnia, la injuria y el ultraje tienen todas la misma venenosa raíz: la mentira, y combatir la mentira no es ir en contra de la libertad de expresión, sino a favor de la verdad que nos hace libres". 

Torres Mora expresó su convencimiento de que la idea de despenalizar las injurias no es abogar por la libertad, sino una idea neoliberal, comparable a la "libertad" de comprar armas en los Estados Unidos

"Hace tiempo que los socialistas, los buenos socialistas, la tradición socialista y republicana" recordó Torres Mora, "comprendimos que ser antifascista no te convierte necesariamente en un demócrata. También comprendimos que ser antimonárquico no es lo mismo que ser republicano".