El Partido Popular valenciano se enfrenta a su particular viacrucis judicial este 2018. Si se tratase de un deporte, estaríamos sin duda ante la escalada de una de las montañas más temidas del mundo, el K2. La presidenta de la formación, Isabel Bonig, tiene que hacer frente, el año antes de las elecciones autonómicas, a varios juicios históricos que afectan a su partido, al final de varias instrucciones judiciales y a las sentencias de los juicios celebrados que 2017. La oposición también espera, pero en este caso ‘con el cuchillo entre los dientes’.

Gürtel

El año empieza fuerte, muy fuerte. El primer tramo de escalada se celebra ni más ni menos que en la Audiencia Nacional. El PP tiene las portadas aseguradas. La lideresa valenciana también. El 15 de enero se sienta la excúpula del PP valenciano, excepto el expresidente Francisco Camps, en el banquillo de los acusados por la pieza de Gürtel de la financiación irregular del PP de la época Camps. Aunque en su caso, Camps, escalará por otra vertiente la particular montaña de la corrupción ya que el 24 de enero declara como imputado por la Fórmula 1.

Pero volviendo a Gürtel, entre los ilustres nombres que deberán responder a las acusaciones que les piden casi ocho años de cárcel están el exvicepresidente del Gobierno valenciano, Vicente Rambla, el ex secretario general del PPCV, Ricardo Costa (absuelto en los trajes), la mano derecha de éste, David Serra, la exgerente del partido, Cristina Ibáñez, y 16 personas más entre las que se encuentran varios empresarios que han llegado a acuerdos de menos de dos años con la Fiscalía Anticorrupción para no pisar la cárcel a cambio de asumir que financiaron al partido de Camps durante las campañas electorales. Entre los empresarios que han confesado se encuentra Vicente Cotino Escrivà, sobrino del expresidente de Las Cortes valencianas e imputado en Gürtel, Juan Cotino.

Grau y Blasco

Otros dos pesos pesados del PP que deberán acudir a juicio acusados por casos de corrupción en 2018 son el exvicealcalde de Valencia y mano derecha de Rita Barberá durante casi 20 años, Alfonso Grau, y el exconsejero de Camps, Rafael Blasco. Grau está acusado de cohecho y blanqueo de capitales por aceptar, presuntamente, varios relojes de un empresario que se supone que cambiaba por otros más caros para así blanquear dinero. La Fiscalía Anticorrupción solicita para él seis años de cárcel. Además, Grau, tiene pendiente la pieza del ‘pitufeo’ de Taula y la revisión de la Sentencia del caso Noos, donde fue absuelto, por parte del Tribunal Supremo.

El otro gran nombre de los populares que responderá ante la Justicia este 2018 es el siete veces consejero, Rafael Blasco, en el marco del caso Cooperación. En el caso de Blasco acudirá al juicio en furgón policial, ya que se encuentra cumpliendo condena por otra de las piezas que ya fue juzgada. La Fiscalía solicita 16 años de cárcel para el exconsejero por los delitos de malversación, prevaricación, falsedad y asociación ilícita dentro de dos de las piezas separadas de las que se compone el caso Cooperación por presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones a ONG's y en la construcción de un hospital en Haití.

Además de Blasco, y a su lado, se sentará en el banquillo la anterior cúpula de la Consejería de Inmigración: el exjefe de área de Solidaridad, Marc Llinares; la exsecretaria general, Tina Sanjuán; el exdirector general, José María Felip, el empresario César Augusto Tauroni y su hermano Arturo, además de una funcionaria de la Generalitat Valenciana, trabajadores de las empresas de Tauroni, personas vinculadas a las mercantiles que emitieron facturas falsas y responsables de evaluar y puntuar los proyectos solidarios que concurrían a las convocatorias para la obtención de subvenciones.

Palau

En otro gran juicio previsto para este año que empieza es el conocido como caso Palau. En el se juzgará el presunto saqueo del coliseo valenciano. Los acusados son la exintendente, Helga Schmidt, que se enfrenta a siete años y medio de prisión, el director financiero del coliseo, Ernesto Moreno al que piden ocho años que, junto con otros tres acusados están acusados de prevaricación, malversación de caudales públicos y falsedad documental.

Las sentencias

Continuando con la particular ascensión del PPCV, como en toda escalada hay tramos más peligrosos que otros. El cuello de botella es la parte más expuesta del K2, la montaña asesina, una de las partes más peligrosas que hay que ascender para coronar los 8.611 metros del coloso. El particular ‘cuello de botella’ que el PP de Bonig deberá atravesar son las sentencias pendientes que le lloverán en 2018 entre juicio y juicio y que le acarrearán no solo portadas en los medios, sino críticas salvajes por parte de los partidos de izquierdas. No hay nada más jugoso y más rentable políticamente hablando que una sentencia condenatoria al enemigo.

La más esperada en las tierras valencianas es sin duda la del caso Emarsa. Durante más de seis meses se ha juzgado a una veintena de personas por el presunto saqueo de más de 23 millones de euros dentro la depuradora de Pinedo.

Entre los acusados se encuentra algunos tan mediáticos como Esteban Cuesta o el expresidente de Emarsa, ex vicepresidente de la Diputación de Valencia y exalcalde de Manises, Enrique Crespo. La Fiscalía, en sus conclusiones, varió la petición de penas de 14 a 24 y 20 años de prisión para los dos principales imputados.

Otras sentencias pendientes y que la oposición utilizará como arma arrojadiza contra el PP de Bonig son las que tiene pendientes el Tribunal Supremo que debe resolver los recursos de las partes y convertirlas en sentencias firmes. En este caso hay tres: Terra Mítica, Fitur y Noos.

En Terra Mítica se juzgó y condenó a penas que superan los 300 años de cárcel a 22 personas por estafa agravada, fraude fiscal y falsedad documental en la construcción del parque temático de Benidorm. 

En el caso de Fitur, otra de las piezas de Gürtel, fueron condenados, entre otros, la exconsejera de Turismo de Camps y expresidenta de Las Cortes valencianas, Milagrosa Martínez, y los cabecillas de la Gürtel. Martínez fue condenada a nueve años de cárcel, Francisco Correa a 13, Pablo Crespo a 13 y tres meses y Álvaro Pérez, alias El Bigotes, a 12 por asociación ilícita, prevaricación administrativa, tráfico de influencias, malversación, falsedad y cohecho.

La cumbre: Taula

Pero si hay algo que todo escalador ansía cuando se enfrenta a un 8.000 es coronar. Alcanzar la cima es un sueño. Sin embargo, en este caso, la cima de la montaña de la corrupción popular supondrá una pesadilla, al menos, para una parte del PP valenciano y para Génova. La guinda del pastel, el fin de fiesta, el cénit del peor año judicial para el PP será el final de la instrucción de la parte del pitufeo en el caso Taula.

En esta pieza está imputado todo el grupo municipal popular de la anterior legislatura, excepto cuatro testigos, además de la tesorera del PP nacional, Carmen Navarro. Esta pieza tiene dos vertientes. Por un lado, están imputadas por blanqueo de capitales cincuenta personas, entre las que se encuentran todos los concejales del PP actual salvo uno, y por otro está la financiación irregular del PP de la ciudad de Valencia durante las últimas tres campañas electorales. Es en esa parte donde Navarro está como investigada junto a Alfonso Grau y a la secretaria del grupo municipal, Mari Carmen García-Fuster.

Esta parte, es la que más preocupa a Génova y la que con mayor ansia espera Isabel Bonig. Los primeros ven como Navarro pasa a engrosar la larga lista de tesoreros imputados. Al igual que el alpinismo, ese puesto es deporte de riesgo. Además, Génova ha hecho la vista gorda con el hecho de que los concejales y asesores imputados no hayan dimitido y sigan cobrando del erario, todo pese a las constantes broncas de Bonig con Madrid para conseguir que la apoyen en su particular ‘cruzada’ contra la corrupción.

La lideresa valenciana ha sido sistemáticamente desautorizada por Génova, pero el horizonte judicial parece que le dará la razón a Bonig y terminará con toda una generación de políticos que fueron dirigidos durante 20 años con mano de hierro por Rita Barberá sentados en el banquillo. El fin de esta instrucción es lo único favorable para Bonig.

Descenso

Una vez coronada cualquier montaña comienza el descenso. Históricamente, algunos de las mayores catástrofes en alpinismo se han producido bajando. Parece sencillo, pero no lo es. Así, el PP de Valencia, además de lo más mediático tienen que hacer frente a la posible imputación de un diputado aforado dentro del caso Púnica, el resto de la instrucción de Taula, y hasta una decena de casos más de corrupción que siguen en instrucción y que, pese a no ser tan mediáticos como los otros desgastan la imagen de los populares en la misma medida. Y como no, es posible que la UCO o la UDEF nos deleiten con algún caso nuevo del que todavía no sabemos nada, quién sabe.