Además de a las palabras de Felipe VI, todo el mundo estaba atento a los discursos de los tres líderes de las principales instituciones europeas, que acudían a Oviedo a recoger el Premio Princesa de Asturias de la Concordia, otorgado a la Unión Europea, ante cualquier referencia, velado o no, al desafío independentista en Cataluña.

Ha sido el tercero de ellos en intervenir, Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, el que, sin nombrar en ningún momento la crisis territorial, ha hecho en su discurso una defensa cerrada del Estado de derecho como uno de los valores principales que han hecho posible la creación de la UE y “el mayor periodo de paz en el continente” en toda la historia.

Tajani ha dicho que “cuando algunos siembran la discordia ignorando las leyes, creo que es necesario recordar el respeto al estado de derecho” ya que “a nadie se le ocurre en la UE saltarse las normas aprobadas entre todos” y “cuando un tribunal europeo dicta una sentencia se aplica y punto”.

El político italiano ha reconocido que “las normas se pueden cambiar” pero, mientras tanto, “su respeto no es una opción, es una obligación”, algo que no se debe olvidar en estos momentos en los que “los movimientos nacionalistas salen a flote” en todo el continente, corrientes que considera “mejorarían en trabajar por la concordia”.

Es esta concordia, por la que la Unión Europea ha recibido el premio, la que considera más se debe aplicar en estos momentos, cuyo núcleo es “tender siempre la mano al entendimiento”.

El presidente del Parlamento Europeo, al igual que sus dos compañeros, ha hecho un alegato a lo conseguido todos los países juntos en Europa, algo que  “no podemos poner en riesgo”, asegurando también que “la prosperidad de todos beneficia igualmente a los que más aportan”.

Tajani ha terminado pidiendo “no levantar fronteras entre los europeos” ya que “demasiadas veces se nos ha ofrecido el paraíso levantando fronteras” a lo largo de la historia.

Su discurso ha sido el más aplaudido de la noche, con todo el teatro en pie cuando ha concluido afirmando: “Viva Asturias, viva España, viva Europa y viva el Rey”.