Tras 12 exitosos años en Ilustres Ignorantes, Pepe Colubi se ha convertido en una destacada figura del humor patrio sin ser humorista. A través de ironía, sarcasmo y una gran rapidez mental, Colubi es mucho más que el humor croquetas de lefa. Una dilatada carrera en medios de comunicación avalan a un tipo culto cuyos conocimientos de música rozan lo académico. De hecho, presenta un programa de radio sobre reggae, un tipo de música que en un mundo sin coronavirus, también pincha en locales.

Además, Pepe Colubi es uno de los tipos que más saben de televisión en España. Y a todo esto, hay que sumar que acaba de publicar su tercera novela, Dispersión (Espasa), continuando así las historias de su alter ego, Pipi, narradas previamente en Chorromoco 81 y California 83.

Pregunta: Dispersión ​se ambienta en los años noventa. ¿Qué recuerdas de esa década? Quizás la tenga idealizada, pero ¿molaba tanto como mis recuerdos me dicen?

Respuesta: Todas las décadas tienen su encanto y su parte más oscura. Los noventa se han quedado en una etapa de transición entre los coloristas ochenta y los, presuntamente, futuristas 2000. Arrancaron con el grunge, que es una seña de identidad en el terreno musical. Posteriormente con el suicidio de Kurt Cobain, se constató a una generación perdida, de cordial desidia y a la vez, gran hedonismo. También fueron los últimos coletazos de la etapa analógica antes de que llegara internet. Yo era 20 años más joven, con lo cual quizás también la tenga idealizada. Pero como cualquier otra década de mi vida.

P: “A todos nos habita un cerdo cordial”. Una frase tuya que define un poco tu humor en Ilustres Ignorantes y con la que todos debemos sentirnos un poco identificados.

R: Hay cierto tabú todavía con lo escatológico y lo sexual. De manera natural, todos tenemos la posibilidad de jugar con la imaginación, con los líquidos y las secreciones. Con el impulso sexual. El simple ejercicio alrededor del sexo tiene un aire de tabú que es bastante absurdo porque a todos nos habita esa pulsión que si no reprimimos, nos permite dar rienda suelta a nuestras fantasías. Siempre con consentimiento mutuo, claro.

P: ¿Siempre has sido de bromas de este tipo?

R: No especialmente. Siempre he sido irónico y sarcástico. El sexo es solo uno de tantos temas que he tratado en mi carrera profesional en la escritura. También están las relaciones familiares, el trabajo o la muerte. Todo siempre visto desde una distancia irónica que lo tamice todo. Porque yo no soy humorista, lo que pasa es que he caído en Ilustres Ignorantes con mucha suerte. 

P: Estar en el salón. En familia. Tranquilamente viendo Ilustres Ignorantes y Pepe Colubi está a punto de hacer un comentario. Se avecina un momento incómodo.

R: Pero no es algo premeditado. No hay un plan de soltar lo que suelto. Es cierto que cuando dices algo sexual tiene mucha más repercusión que cuando bromeas con otro tipo de temas.

P: Te he escuchado decir que tienes “fascinación por lo cutre”. Es curioso eso de que algo se puede convertir en obra maestra de tal nivel de cutrez que puede llegar a alcanzar.

R: Es muy comprensible desde el punto de vista de espectador. Pero sin ningún tipo de petulancia ni superioridad moral porque es una fascinación real. Me viene siempre a la cabeza el ejemplo de la Teletienda. Es un formato en sí mismo perfecto. Mecanismos de repetición y sublimación. De cómo vender un producto y exagerar sus virtudes y ocultar sus defectos. De hacerte sentir que estás comprando algo único. Parece cutre pero juegan también a eso. Es bastante hipnótico.

P: ¿Tu admiración por Luis Aguilé es real?

R: Tiene una colección de hits apabullante. Te pones a mirar La Chatunga, Cuando salí de Cuba o Es una lata el trabajar. Tenía una estética anclada en lo kitch. De todas formas, me cuesta mucho denominar un acto musical como cutre.

P: Hay un grupo, Fecal Coproboys, que se dedican a hacer música emitiendo sonido de eructos y pedos. Versionan incluso el Je T'aime,...Moi Non Plus de Jane Birkin y Serge Gainsbourg.

R: Eso ya es abiertamente provocación. Pero claro, luego hay otros artistas como la señora Miller. No tenía banda, cantaba fatal, desafinaba abiertamente y sin embargo, Capitol le grabó dos discos con orquesta y arreglos perfectos. Y así, se acaba convirtiendo en una especie de rareza con una voz puede incluso molestar. ¿Es cutre? Técnicamente sí. Pero también es fascinante.

P: Pink Flamingos es un poco la unión de ambos conceptos. La mezcla de la escatología con lo cutre y que con el tiempo se haya convertido en producto de culto.

R: Alcanza un nivel de underground que es un icono pop en sí mismo. Divine tiene identidad propia y se ha convertido en un acto nostálgico. Pero sigue teniendo la misma fuerza. John Waters siempre estará en nuestros corazones.

P: Seguro que tú lo sabes. ¿Es real lo que se come Divine al final?

R: Me alegra que me hagas esa pregunta. Yo me quedo en que es real. Si la leyenda me lo tira abajo, seguiré pensando que es real.

P: ¿Qué y quién te hace descojonarte?

R: Hay muchos matices en eso. A veces una leve sonrisa que te hace reflexionar, tiene mucha más potencia que la carcajada. Estoy muy atento a Bill Maher y John Oliver como mantra de enterarme sobre qué sucede en la vida a través de su mezcla de dato-chiste. De todas formas, me considero una persona de risa fácil. Me encantan los memes y los vídeos cortos.

P: Mi cómico preferido es Federico Jímenez Losantos. Y no lo digo irónicamente.

R: Hubo una temporada de mi vida en la que le escuchaba mucho más. Casi de forma diaria. Pero desde luego el ingenio que desarrolla en el insulto es notable. Se puede no estar en absoluto de acuerdo con sus planteamientos políticos pero sí me parece un gran dominador del lenguaje. Y del insulto como arte.

P: Le veo en Ilustres Ignorantes.

R: Me gustaría ver por qué tangente saldría. En temas genéricos que tratamos en Ilustres, como la muerte, por ejemplo. Me encantaría ver que bagaje tiene, aparte de toda la cultura que atesora, que es tremenda.

P: ¿Has escuchado a Pablo Hasel alguna vez?

R: Musicalmente no puedo valorarle pero su canción sobre los borbones ha adquirido una identidad propia por motivos extramusicales. Y nos ha llevado a una situación absolutamente absurda, ridícula, revanchista y vengativa. Veo totalmente injusto que un delito por injurias a la corona le lleve a esta situación. Y más aún cuando tenemos una corona que se está injuriando a sí misma constantemente.

P: España a veces parece un manicomio. Ahora hemos hecho famosa a una pija neonazi.

R: Esto también sirve para ver las varas de medir. Una neonazi puede expresarse cuando en otros países su mensaje es delito. Y aquí, Hasel está en la cárcel. Hay miradas distintas desde el propio sistema.

P: De todas formas es curioso. Viajas por España y es difícil que haya un sitio mejor, con gente más maja y hábitos de vida más divertidos.

R: Tenemos un sistema político y periodístico que vive y necesita la polaridad absoluta. Muchas veces pones la tele y se vive un enfrentamiento que en realidad no existe en la calle. Ese país que venden no está reflejado en el día a día ni en esos informativos que priman tener una imagen sobre un contenido. Además de toda esa imaginería del telediario espectáculo. Que tiene que servir para todos los públicos perdiendo así la objetividad y evitando que posteriormente el espectador saque sus propias conclusiones.

P: El otro día una empresa replanteó la organización territorial de España y optaba por la unificación de Cantabria y Asturias, nuestras comunidades autónomas.

R: ¿Cuál es la necesidad?

P: Personalmente creo que ninguna. Ellos lo basaban en un tema de ahorro.

R: Como están juntas, ¿unirlas?

P: El único lado bueno sería unir al mejor grupo de rap de España, Chinatown, con el mejor rockero, Jorge Ilegal.

R: (Ríe) De manera tácita ya estamos unidos pero cada uno tiene sus particularidades. Y no sobran. Me parece una boutade.

P: Dice Revilla que Don Pelayo es cántabro.

R: El tono de voz de Revilla me molesta muchísimo. No puedo con él. Si estoy en casa y empieza a sonar Revilla es como si me sangraran los oídos. Es un rechazo físico a su voz y su tono. Con todos los respetos, pero no lo soporto.

P: ¿Te consideras un patriota de tu terruño?

R: Soy asturiano pero no lo exagero. Tiene sus pros y contras; pero como todas las tierras. Estoy contento de haber nacido y crecido en Asturias y de volver en cuanto puedo, que llevo sin poder hacerlo desde agosto. Qué voy a decir de mi entorno. Pero no siento una morriña dolorosa e invalidante.

P: En cuestión musical, ¿qué estas escuchando últimamente?

R: Soy muy revisionista. Hago The Bucket, un programa de reggae en Radio Primavera Sound y no me preocupo en ordenar las cosas cronológicamente. Estoy bastante centrado en el reggae jamaicano de los sesenta. De todas formas, algo que me ha gustado mucho es Comerte Entera, el tema de C. Tangana con Toquinho.

P: El tío va a conseguir ser una estrella del pop.

R: Es difícil pero está en ello. La estrategia que lleva de colaboraciones, ese crear expectación antes de los estrenos... Es la nueva manera de llegar a públicos amplios. Ahora también lo que ha hecho con Andrés Calamaro y Jorge Drexler. Lo está logrando.

P: Eres de las personas que más sabe de televisión en España. ¿Cómo ves la inclusión de nuevos formatos, Twitch por ejemplo, que rivalizan con la tv tradicional?

R: Estamos inmersos en un cambio de paradigma. A pesar de que la evolución tecnológica es un campo de cadáveres (Fotolog, Second Life, Vine...) sí creo en el auge de Twitch. Se está nutriendo de la generación que creció con Youtube y puede ser realmente una alternativa.

P: ¿Sigues a alguien en concreto?

R: Sigo a varios. El otro día me entrevistó Kapo 013, por ejemplo. También vi el otro día la entrevista de Ibai a El Xokas y me encantó. Cómo hablaron sobre la ansiedad y la depresión. Algo interesantísimo viendo el target que tienen. Tratan temas que la tv generalista ni por asomo consigue abordar de esa manera. Sin embargo, soy gran consumidor de Youtube y creo que me quedo ahí. Por la música, básicamente. Porque está todo. Si alguien encuentra un single rarísimo, lo graba del tocadiscos con su móvil y lo sube. Y ahí lo tienes.

P: 2021. Pandemia. ¿Qué esperas de este año?

R: Hemos aprendido todos a no hacer planes a largo plazo. Teníamos la impresión de que serían dos meses malos. Se abrió la ventana del verano y luego volvió de forma aplastante la segunda ola. Creo que la situación nos está obligando a una especie de carpe diem que está sociedad no está preparada para vivir. Los bolos, por ejemplo, no los esperamos. Hicimos uno en enero pero se volvió a parar todo. Tenemos uno por mes programado en Madrid pero no hay ni fecha de regreso. Estamos aprendiendo todos a asimilar que los planes cuestan mucho hacerlos y se deshacen solos. Podría elucubrar pero sería totalmente intuitivo y no aportaría nada.

P: Al menos sigue Ilustres.

R: Sin público pero sigue. Al principio fue muy raro hacerlo sin público en un teatro gigante. Sin ese feedback que tienes siempre en directo. Pero nos adaptamos haciéndolo desde casa y lo estamos haciendo ahora también. Pero notamos la falta del público ya que es fundamental en el desarrollo y consolidación de las grabaciones.

P: Qué raro todo.

R: Destaco cómo nos hemos acostumbrado a cosas, como la mascarilla, que antes nos sonarían a ciencia ficción. El otro día escuché en Saturday Night Live una frase que me encantó: “Se ve luz al final del túnel pero esa pequeña y débil luz nos ayuda a ver la mierda del túnel en la que estamos metidos”. Hay que quedarse con que al menos hay una luz.