Elvis lo era al Rock, Michael al Pop y J.R. lo fue al Country. Johnny Cash cumpliría 88 años este 26 de febrero de no ser por las complicaciones que sufrió con la diabetes que acabó con él el 15 de mayo de 2003. El Hombre de Negro, ferviente bautista, llevó una vida repleta de polémica, pero eso no le privó de ser recordado como uno de las más grandes figuras de la música.

A Johnny Cash lo conocían en casa como J.R., que fueron las iniciales que sus padres registraron al no haber acordado un nombre para este pequeño de Arkansas que traspasaría todas las fronteras habidas y por haber.

Con apenas seis años, Cash tuvo que ponerse a trabajar en la pequeña granja de sus padres. El pequeño ayudaba a sus progenitores en la recogida del algodón. A pesar de las labores en el hogar, J.R. comenzó a desarrollar un gusto especial por la música que su madre despertaba en él al cantar himnos baptistas con una guitarra en el salón de su casa.

Fe y música. Dos aspectos que marcaron la vida de Johnny Cash desde prácticamente su nacimiento. Es posible que no se hubiera convertido en el mito que fue si su madre no le alimentara su espíritu artístico a base de música. De hecho, fue su propia progenitora la que empujó a su hijo al mundo de la canción.

“Tienes un don para cantar. Dios ha puesto su mano sobre ti para llevar el mensaje de Jesucristo”, le replicó su madre tras comprobar con asombro la voz de un Johnny Cash adolescente. Pero los himnos baptistas que escuchaba en casa y en la Iglesia no fueron los únicos motivos que despertaron su inquietud melómana. El joven descubrió los éxitos del folk gracias a la radio de su hermano Jack.

Durante su adolescencia, los problemas familiares crecían. Su hermano falleció como consecuencia de un accidente con una sierra. Un hecho que se grabaría a fuego en la memoria del joven Johnny.

El dolor en el fuero interno de aquel adolescente crecía y crecía, pues a esta pérdida hay que sumarle los comportamientos violentos y manipuladores de su padre. De hecho, en cuanto pudo abandonó su hogar para alejarse de su progenitor. Primero, Johnny acabó en Michigan para trabajar en una fábrica de coches y, de ahí, pasaría a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.

En el Ejército se convirtió en un maestro descifrador, desentramando los mensajes soviéticos gracias a su capacidad intelectual. Sus compañeros decían que su cociente intelectual rondaba los 160.

Genio problemático

Sus problemas familiares no acabaron al salir de casa, pues cuando se casó, Johnny Cash volvería a las andadas. Esta vez, sin embargo, él sería el causante de todo. A su primera mujer, Vivian, la humilló durante años a base de infidelidades.

Sus cambios de humor debido a su adicción a las anfetaminas y al whiskey le convirtieron en un ser problemático. Tanto es así que, a su segunda mujer, June, la maltrató. Un hombre de blancos o negros. No había término medio.

De hecho, según cuenta Robert Hillburn, biógrafo de Johnny Cash, el artista perdió la virginidad violando a una joven discapacitada con sus amigos a los 15 años. Lo que también se impondría en su personalidad. Una leyenda de la música con un comportamiento deplorable que le llevó incluso a estar en la cárcel tras ser pillado con un cargamento de pastillas en El Paso.

Tras sus años en prisión, Johnny Cash encontró su acomodo en el mundo. La redención llegaría para el Hombre de Negro en 1994, tras un gigantesco bache. En ese año, Cash descubriría su voz ante infinidad de jóvenes que no la habían escuchado y lo hizo gracias a las versiones de algunos de los grupos del momento, como U2.

Abandonando el lado más personal, Johnny Cash dejó un legado imborrable para la música, convirtiéndose en la voz del Country por antonomasia. Por este motivo, recordamos sus diez mejores piezas musicales en el día en el que debería cumplir 88 años

1. Johnny Cash parodiando a Elvis

2. Folsom Prison Blues

3. Ring of fire

4. I walk in the line

5. Cocaine Blues

6. Man in black

7. The man comes around

8. Gods gonna cut you down

9. Hurt

10. Jackson