Antes de nada, pido perdón. No me gustan Los Planetas. Lo he intentado muchas veces. Mi primo Santi ha insistido mucho, pero no ha sido suficiente. Me dan una pereza terrible y no los aguanto. Pero cómo he disfrutado viendo Segundo Premio, la película producida por La Terraza Films y que cuenta cómo la mítica banda granadina grabó Una semana en el motor de un autobús, uno de sus discos más icónicos. No me importa la opinión de los puristas de Los Planetas porque son excesivamente pelmazos, pero conozco unos cuantos y les ha flipado. Segundo Premio es buen cine con un elenco de actores que consiguen introducirte en su universo de humo, rayas, guitarras, baquetas y papel de plata. Casi dos horas inmersos en Granada, esa ciudad-patria-universo hija del misterio. Segundo Premio también se parece al apéndice de la enigmática Sierra Nevada. Si esa montaña ha parido a Lorca, Enrique Morente, El Niño de las PinturasDellafuente y Yung Beef es por algo. Realismo mágico granadino, compae.

Las actuaciones son muy creíbles. Más aún, cuando, durante la proyección de la cinta, tocan en directo los 15 temas de la banda que suenan en la película, tal y como pasó en la presentación en los cines Capitol de Madrid. Daniel Ibáñez, que se da un aire al también granadino Ayax Pedrosa, canta mejor como Jota que el propio Jota. Al menos, se le entiende. Cristalino, El Guitarrista, es un personaje que se come la pantalla bajo una atmósfera de obsesión, lentitud, brillantez y violencia con toda su cara de Spud. Jamás me olvidaré de Cristalino buceando por el underground neoyorquino como Renton por el océano del peor baño de Escocia. Mafo hace de Eric y dan ganas de tomarse con él un anís del mono con coca cola, limón y MDMA. May, interpretada por Stéphanie Magnina, a pesar de no formar parte del disco, en la película ejerce de hilo conductor, creando un trío de tóxica inspiración (pero inspiración) con Jota y Florent. Es brillante la forma en cómo se plasma la relación telepática entre El Cantante y El Guitarrista. Todavía sigo pensando en la escena del autobús.

 

Estimula ver a un grupo de yonkis siendo tan productivos. No sé cómo alguien puede rentabilizar tan hábilmente el consumo de drogas. Se ve que Los Planetas lo hiceron. Quizás, sin ellas, habría sido imposible la publicación del álbum. El filme, dirigido por Isaki Lacuesta, bebe de Trainspotting y Un perro andaluz. Baila entre la crudeza y lo onírico. La escena de la aparición del cocodrilo mientras suena Manhattan de Omega, álbum de Enrique Morente con Lagartija Nick, traslada al espectador a un viaje introspectivo ante el universo creado por Lorca, que se queda en la retina como la escena del ojo en la pieza de Buñuel. El Nueva York como Sion. Todos tenemos nuestra obsesiónLos Planetas tuvieron Una semana en el motor de un autobús y La Terraza Films, Segundo Premio. Tú tendrás el tuyo y yo el mío. Primero, conquistaremos Manhattan. Después, conquistaremos Berlín.

Qué Segundo Premio se haya estrenado roza el milagro porque los miembros de Los Planetas lo han puesto muy difícil. Un delirio que ha terminado por ver la luz. Un embarazo de siete años con muchas complicaciones que, finalmente, ha desembocado en un querubín de rizos rubios y ojos azules. También pasó con Una semana en el motor de un autobús, su álbum, que es bueno aunque no te gusten los niños con el pelo rubio y los ojos azules. Este lustro con tiempo extra ha desembocado en el respeto de la industria cultural. En marzo se hizo con la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga. Mejor película, mejor Dirección y mejor Montaje para Javier Frutos. La bendición de la industria, la tiene. Solo queda la del público. Al final, Segundo Premio no es una película sobre Los Planetas. ¿Qué mejor halago que ese?

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