James Gunn está en el centro de la mayor batalla del cine de superhéroes. El director que llevó a los Guardianes de la Galaxia al estrellato en Marvel, y que ahora ha dirigido  Superman en DC, es el protagonista de una guerra soterrada entre las dos mayores franquicias del género. ¿Cómo pasó de ser despedido por Disney a liderar el renacimiento de DC Studios? ¿Y por qué su figura es tan importante en el tablero de Hollywood?

El director irreverente que lo cambió todo

Cuando James Gunn dirigió Guardianes de la Galaxia en 2014, pocos esperaban que una película sobre un grupo de personajes poco conocidos —un mapache parlante y un árbol que solo dice “yo soy Groot”— se convirtiera en uno de los mayores éxitos de Marvel. Pero Gunn lo logró. Con humor ácido, sensibilidad pop y una dirección brillante, redefinió lo que podía ser una película de superhéroes: irreverente, emocional y profundamente humana.

Su sello personal, mezcla de cultura alternativa, comedia negra y nostalgia ochentera, transformó el tono del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM) y dejó una huella que aún se siente.

El escándalo, el despido… y la oferta de DC

Todo cambió en 2018, cuando salieron a la luz antiguos tuits de Gunn con bromas de mal gusto. En plena era del #MeToo y bajo presión mediática, Disney lo despidió fulminantemente de Guardianes de la Galaxia Vol. 3, provocando una ola de indignación entre fans y actores.

Pero DC vio una oportunidad de oro. Warner Bros fichó a Gunn para escribir y dirigir The Suicide Squad (2021), un reboot salvaje y ultra violento que revitalizó la franquicia tras el fracaso de la primera versión. La película no arrasó en taquilla por la pandemia, pero sí convenció a la crítica… y demostró que Gunn podía trabajar fuera de Marvel y seguir dejando su sello.

Marvel lo recupera… pero DC contraataca

En 2019, Disney rectificó y volvió a contratar a James Gunn para que finalizara su trilogía con Guardianes de la Galaxia Vol. 3, estrenada en 2023. Pero la semilla ya estaba plantada: Gunn había demostrado que no pertenecía a una sola marca. Era un autor capaz de navegar entre universos… y de romper las reglas de ambos.

Mientras terminaba su compromiso con Marvel, Warner hizo una jugada maestra: ofreció a Gunn no solo dirigir más películas, sino convertirse en el nuevo jefe creativo de DC Studios, junto a Peter Safran. Y Gunn aceptó.

Desde entonces, la batalla Marvel vs DC ha adquirido una nueva dimensión.

El nuevo Superman y el renacimiento de DC

Ahora, James Gunn está trabajando en lo que podría ser el mayor reto de su carrera: reescribir desde cero el universo cinematográfico de DC, que lleva años de fracasos, cambios de rumbo y decisiones polémicas. Su primera gran apuesta es Superman, con un nuevo actor (David Corenswet) y un enfoque más luminoso, clásico y emocional.

Además, Gunn ha anunciado todo un plan de películas y series interconectadas (el llamado DC Universe: Capítulo 1 - Dioses y Monstruos), que incluye nuevos proyectos sobre Batman, Supergirl, Green Lantern o Swamp Thing.

Es decir: DC le ha dado a James Gunn las llaves del reino.

¿Un traidor o un puente entre dos mundos?

El fichaje de Gunn por DC no sentó bien a todos en Marvel. Aunque Kevin Feige —presidente de Marvel Studios— ha declarado públicamente que le desea lo mejor, es evidente que la pérdida de uno de sus directores estrella ha dejado una grieta difícil de tapar. Sobre todo cuando Guardianes de la Galaxia Vol. 3 fue uno de los últimos grandes éxitos en una fase del UCM marcada por críticas irregulares y fatiga de superhéroes.

La pregunta ahora es: ¿puede Gunn salvar el universo DC del caos y ofrecer algo distinto al agotado modelo Marvel?

La guerra entre Marvel y DC nunca fue solo de taquilla. Es una lucha por la imaginación del espectador. Y James Gunn, con su talento para lo marginal, lo emotivo y lo cómico, se ha convertido en el comodín más valioso del tablero.

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