Las pequeñas salas de concierto emblemáticas de Madrid, como Café La Palma y Moby Dick Club, son un mundo aparte en la esfera del ocio español. Son el punto de partida de artistas como Pereza y han permitido que grupos como Cariño accedan al escenario internacional. La pandemia enterró algunos negocios, pero los datos señalan que las ventas no solo se han recuperado, sino que están aumentando. España es uno de los países que más ha comprado entradas para eventos musicales en vivo, con un 26% en el último año, según Statista.

Existen muchos estereotipos sobre las audiencias que acuden a las salas de conciertos; algunos dicen que son solo personas jóvenes, otros que son conciertos para personas jubiladas. La realidad es que son frecuentadas mayoritariamente por personas de entre 35 y 44 años, pero seguido de cerca por franjas más jóvenes y mayores. El programador de Café La Palma, Nabor Raposo, ha apuntado al surgimiento de “nuevas franjas de audiencia que tienen que ver con los nuevos estilos musicales”.

La “simbiosis” entre las salas y los artistas

La sensación sobresaliente es que las salas se ayudan entre sí y buscan generar comunidad. Depende del circuito, pero generalmente, las salas ponen mucho valor en las relaciones que tienen con sus artistas. 

En el caso de la Sala BUT, Medias Puri y Uñas Chung Lee, la planificación está asignada a la empresa Letsgo y Ocho y Medio. Dado que sus salas reúnen audiencias más grandes (entre 700 y 1.050 personas), su sistema de programación tiene un toque más distante del artista. Los promotores de los músicos contactan con la empresa, se les manda un dossier de la sala junto con las fechas disponibles demás del presupuesto y se cierra un acuerdo, según cuenta Kika Flores de Letsgo.

La relación entre artistas y promotores en salas con menor tamaño es más personal. La programadora de El Sótano, Carolina Pasero, comentó en relación con este tema: “Nos necesitamos mutuamente”. Para El Sótano, los artistas proporcionan la audiencia que necesitan para subexistir mientras que la sala proporciona para los músicos una plataforma de lanzamiento de su carrera; por ello, viven “una simbiosis total”. Hugo García del Moby Dick Club comentó que, para los artistas: "Las pequeñas salas es donde se presentan, se dan a conocer, crecen, se curten en el directo, adquieren experiencia y solvencia para en un futuro afrontar retos y experiencias mayores". Añadió que, en cuanto a la programación: "La sala tiene un criterio y se enfoca al indie-pop-rock, por lo que generalmente se programan esos géneros. No obstante, si el artista nos parece interesante, hacemos concesiones al folk, canción de autor, jazz, soul o urbano". 

Café La Palma experimenta una alianza similar, cuyo objetivo es crear un espacio “donde los artistas puedan empezar a desarrollarse”. Además, esta relación se ve reflejada en que, en muchas ocasiones, los artistas acuden a las salas como audiencia. “Muchos de ellos vienen de fiesta a la sala como clientes, o a ver conciertos. Esto es muy habitual”, comentó el programador de Café La Palma

Raposo explicó que, en el caso de que él estime que una banda pueda vender más o menos entradas en comparación con el aforo de la sala, les facilita con el contacto de otros programadores de salas más acorde con el aforo que requieren para que “continúen con ese crecimiento orgánico exponencial”. Esta forma de trabajar se está valorando cada vez más “entre la nueva generación de programadores, bookers o programadores de sala” dado que “la honestidad es capital a la hora de establecer un trato con los artistas y sus agencias”. Para la programadora de El Sótano, la prioridad de su sala es abrir las puertas a todo tipo de artista, tanto emergente como conocido, para garantizar la pluralidad de estilos: “Damos gran importancia a que la agenda sea paritaria”.

Salas como el germen de carreras musicales

El origen de muchos artistas españoles exitosos está en las pequeñas salas que rodean la ciudad de Madrid. “Te asombrarías de lo importante que ha sido el tejido de salas para todas esas carreras”, amplió Raposo. Atribuye el éxito de artistas como Carolina Durante, Pereza y Niña Polaca a estas salas. En el caso de Carolina Durante, presentaron su primer EP a principios de 2018 en Café La Palma: “Yo mismo abrí su paquete de vinilos retractilados –que su mánager había dejado en la barra durante la prueba de sonido– y les pedí que me firmaran una copia. Es el primer disco que firmaron en su historia como banda”.

Al preguntarle a Hugo García sobre este fenómeno, confirma que: "La trayectoria de la mayoría de las bandas y artistas hoy consolidados, está generalmente muy estrechamente ligada al nombre de una sala pequeña. Somos el primer eslabón de la cadena".

Otro ejemplo es la historia de Cariño en el verano de 2018. Raposo, que en su momento era encargado de comunicación de la sala, junto con su programador, escucharon Canción de Pop de Amor y sabían que “allí había algo”. Resulta que, en un concierto de El Buen Hijo en Café La Palma, Paola Rivero y María Talaverao conocieron a Alicia Ros. Llenaron esa misma sala en diciembre de 2018 dos veces y tres años después, tocaron en Coachella; "Muy loco", comentó Raposo.

El auge de los conciertos locales tras el Covid

La recuperación para las salas ha sido “lenta pero buena”, según Pasero, cuyo puesto en su momento era de programadora de la sala Moby Dick Club antes de trasladarse a El Sótano. En 2019, la industria de eventos en vivo estaba en aumento, con más de 91.000 conciertos y 28 millones de espectadores; en 2023, la audiencia superó los 25 millones de personas tras cuatro años de recuperación, de acuerdo con el Anuario de la Música en Vivo de la Asociación de Promotores Musicales (APM).

Hugo García, en el caso de su sala, ha afirmado: "Podríamos decir que la actividad se ha recuperado al 100%. La agenda está completa a más de 6 meses vista y hay mucha actividad". La programadora de El Sótano atribuye este crecimiento a la “necesidad de experimentar la música en directo de forma presencial” para los amantes de la música. También permite que los artistas presenten sus nuevos discos en vivo en vez de depender únicamente en las redes sociales, algo que su sala hace los fines de semana.

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