El mundo editorial recibe miles de manuscritos cada año y, según reconoce el editor Roger Domingo, “más del 90% se descartan”. No porque carezcan de potencial, sino porque “les falta tiempo de cocción”. Muchos parten de una idea interesante, pero no llegan a convertirse en obras listas para publicar.

Domingo, que dirige varios sellos en Grupo Planeta, admite que los editores están saturados y no pueden acompañar a cada autor en el proceso de reescritura: “No tenemos tiempo material para mentorizar a cada autor, para ayudarle a pulir su estructura o mejorar su texto”, asegura en un texto publicado en su perfil en LinkedIn.

En consecuencia, solo se publican aquellos manuscritos realmente terminados, lo que deja fuera cientos de proyectos con buenas premisas pero mal desarrollados.

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El problema no es el talento en el sector editorial, según Roger Domingo

Para Domingo, la causa no está en la falta de creatividad: “El problema no es la falta de talento de los autores. El problema es la falta de guía”. Muchos escritores desconocen los códigos literarios o cómo funciona la industria editorial, lo que dificulta que su obra avance más allá de la bandeja de entrada de un editor.

Entre el talento del autor y la mesa del editor, señala, se ha abierto un hueco que nadie estaba cubriendo. Y de ese hueco nace una figura que empieza a consolidarse.

La aparición del coach literario

“El sector editorial pide a gritos una nueva figura: la del coach literario”, afirma Domingo. Se trata de un profesional que acompaña al autor desde el principio del proceso creativo hasta el lanzamiento del libro.

Su papel incluye ayudar a escribir o pulir el manuscrito, preparar una propuesta editorial “que seduzca a los editores”, asesorar en la negociación de contratos y diseñar el plan de marketing y comunicación cuando la obra ya está en librerías. En palabras del editor, es el puente que faltaba entre quienes escriben y quienes publican.

Domingo asegura que lleva meses analizando esta figura y que la considera “la oportunidad profesional más clara” en dos décadas de carrera. Afirma que hay “miles de autores necesitados de ayuda” y que muchos solo requieren acompañamiento profesional para encauzar sus proyectos.

El coach literario es una figura importante en el sector editorial

Una oportunidad para quienes ya trabajan con las letras

Según su análisis, el coach literario no solo es una figura necesaria para los autores, sino también una salida laboral para correctores, escritores, editores junior o cualquier profesional del ámbito literario. Puede convertirse en un complemento de ingresos o incluso en una especialización con alta demanda.

Domingo ha preparado un informe y un vídeo privado donde desarrolla esta idea y explica por qué, desde su experiencia en Planeta, el sector necesita urgentemente este rol. Su mensaje para quienes ya están en contacto con el ecosistema editorial es directo: la oportunidad está ahí, y es ahora cuando empieza a consolidarse.

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