Hablamos con Teodoro Sacristán, director, desde 2044, de la Feria del Libro de Madrid, con ocasión de su edición núumero 74.
¿Qué balance tiene que haber en esta Feria del Libro para que sea un éxito? Que las ventas superen, al menos en unas décimas, a las del año pasado.

Parece que se han reforzado las actividades vinculadas al público infantil, ¿es así? La Feria siempre dedica una atención especial a los niños, futuros lectores. De hecho, desde hace ya muchos años, se monta un pabellón infantil en el que se programan multitud de actividades.

¿Cuáles de todas las firmas que se esperan este año no se perdería usted? La Feria está encantada con todos los autores que se acercan a la feria. Son, junto con los lectores, nuestro mayor activo.

El sábado estuve en la feria, y mientras que Risto Mejide tenía una enorme fila de seguidores esperando un autógrafo, Chirbes tenía una mucho más corta. ¿Hay que salir en la tele para ser un escritor de éxito? Hay público que busca escritores literarios y otro que busca una foto.

De acuerdo con los datos de la Dirección General del Libro, por cada 100 ejemplares vendidos, se han tenido que producir 160. ¿Se edita demasiado?¿Se debe esto a las muchas devoluciones que reciben los editores? En efecto, el número de devoluciones es un problema no resuelto en el sector. Habría que dirigirse hacia el modelo que existe en los países de nuestro entorno.

Según datos de la Dirección General del Libro, de cada 100 libros publicados, 74 son en papel y 23 son digitales. En veinte años, ¿esta feria será digital, como la mayoría de los libros, o el libro electrónico no va a terminar de despegar? La Feria da la opción a los expositores de traer descargas. Pero hasta ahora no ha habido peticiones, por lo que no hay oferta digital. Esta es una feria de papel. En cualquier caso, no me corresponde aventurar el futuro.

¿En qué percibe que ha cambiado el sector del libro desde que usted empezó como director de la feria? No se puede negar que en los últimos años el sector ha decaído. En parte por la falta de presupuesto de las bibliotecas y, lo que es más grave, por la pérdida de valor social de la lectura.

El diseño de la feria, una sucesión de casetas, es siempre el mismo. ¿Es el mejor? ¿Se ha pensado en alguna innovación? El modelo funciona. No se ha pensando en cambiarlo.

¿Qué puede hacer Manuela Carmena, si finalmente se convierte en alcaldesa, por la Feria del Libro de Madrid? Mantener la Feria en el parque, que es el entorno ideal.

¿Qué libro se está leyendo el director de la Feria del Libro? La biografía de Goethe de Safranski.