Kiliki tiene la voz entrenada en la noche y el labio cortado. Un corazón tatuado comparte epidermis con unas Nike TN. Amor y calle. Dos argollas doradas cuelgan de sus lóbulos, viste una camiseta de anime y por sus pantalones caen olas de lazos rojos. Beñat Rodrigo es uno de los fundadores de Chill Mafia, el grupo de chavales que entraron en Euskal Herria como miuras por calle Estafeta y corneando a un desubicado panorama en plan guiri color cangrejo. El artista que te puso a perrear en euskera, acaba de lanzar su primer trabajo en solitario, Iltze 1, una obra musicalmente coral, violenta, tierna y emocional. 

Pregunta: ¿Qué tal por Madrid?

Respuesta: Una semana en la boca del lobo siempre está bien.

P: El otro día hiciste un directo en San Lorenzo del Escorial. 

R: Que el primer bolo que haga sea frente a todos los reyes muertos de España es una risa de la hostia. Y encima en un pueblo lleno de nazis. De hecho, aunque ya no tengo la habilidad para reconocer el outfit de un cerdo en 2025, pudimos ver a uno.

P: Igual era Pugilato.

R: No, no. A ese le reconozco.

P: Lo primero que quiero abordar es lo que hizo Chill Mafia en el directo de la sala Cool de Madrid en diciembre de 2021. Fue un éxito rotundo en una ciudad en la que Ayuso arrasa en votos. 

R: Ni en mis hipótesis más locas creí que fuéramos a funcionar en Madrid. Hacerlo en Euskal Herría ya me parecía complicado, pero después de ese concierto no pude ni dormir. La gente estaba a muerte.

P: Recuerdo que el momento Barkhatu fue brutal. Cuando salió el videoclip, me voló la cabeza y es un tema que comparo siempre con Nike Tiburón de Los Alemanes. Una especie de himno generacional. 

R: Me alegra mucho esa comparación. Queríamos hacer algo así, la verdad. Pensábamos también en Tumbando el Club, de los argentinos. Iruña necesitaba su propio himno.

Nunca he sentido a un español más lejos de mí que a un vasco rico

P. Me pareció una absoluta locura ver a cientos de personas cantar el “muevo el culo y Gora ETA”.

R: Flipé. Fue loquísimo. Yo estaba en el escenario pensando que solo por estadística, tenía que haber un familiar de una víctima del terrorismo en la sala. 

P: ¿Algo así cambia prejuicios que pudieras tener sobre España?

R: Nunca tuve muchos. Después de la pandemia volvió a Iruña, pero mi padre estuvo viviendo en Madrid muchos años y sé perfectamente cómo es la gente de aquí. De hecho, ya no estila el mito de que los españoles sean de x manera. Puedes ver a gente de España hablando bien de Bildu, por ejemplo.

P: Conozco a varios que les votan en las Europeas. 

R: Pues seguramente. Nunca he sentido a un español más lejos de mí que a un vasco rico. Las cosas como son. Siempre me entenderé mejor con alguien de Carabanchel que con alguien de Neguri. Seguro, además. A la hora del entendimiento importa mucho más la clase que la nacionalidad. 

P: Chill Mafia es también una ruptura con vuestra coyuntura cultural e histórica. Me parece bastante novedoso haber introducido ritmos como el reguetón o el perreo en una escena abertzale. Ese "muevo el culo y Gora ETA" ofende a todo Dios. 

R: Al principio fuimos algo problemáticos ya que debía darse esa ruptura con lo anterior. Nosotros sacábamos canciones en internet mientras que esa gente seguía ahí. En algún momento teníamos que dar un concierto en el que nos miraran más y dijeran 'esta puta mierda qué es'. Y pasó. En uno de los primeros bolos nos decían que sexualizábamos a las pavas. Era en plan, 'si mi amiga se sexualiza ella sola, no me necesita para nada'. Al sacar nuestro segundo videoclip se lió bastante porque la propia Irene salía cinco segundos debajo del brazo del Golda y decían que la estaba tratando como una novia objeto. Tras ese momento de ruptura, mucha gente que nos tenía rabia, lo acabó entendiendo. Lo que se hizo en España en 2014, Euskal Herria no lo había experimentado todavía. Todos han tenido que aceptar que mover el culo con el reguetón no es algo problemático o chorradas como que es un género machista. 

P: Canciones tuyas como Bedeinkatua, en la que haces reguetón en euskera, me parecen súper novedosas. Mi cabeza no se esperaba algo así.

R: Si no te lo esperabas, es que algo estábamos haciendo mal. El reguetón está en un lugar un poco sucio y oscuro en el mundo de la música. En ese sentido tiene que ver con el punk. 

P: Al final es lo que dice Yung Beef. No es un género, es música de calle. 

R: Algo así. Son sonidos marcados por la pureza. Muchas cosas no las escuchas porque sean buenas, sino por puras. Ben Yart ponía hace poco un tuit en el que decía que Natos y Waor le dan a la gente de nuestro barrio algo que los putos modernos de hoy en día jamás podrán. Son gente que no son especialmente virtuosa rapeando, pero son creíbles y puros. 

P: Acabas de sacar Iltze 1( Un Clavo). No sé si es el clavo que saca a otro (Chill Mafia).

R: No. Simplemente, en el estribillo de la canción digo que en llevo clavado un clavo en cada mano. Una alegoría bíblica. 

P: He percibido bastante influencia flamenca en tu obra. No en sonido, pero sí en códigos. En Fugitivo, dices una cosa que me ha gustado mucho: "Mi padre es Eskorbuto, mi madre Las Grecas". 

R: Me gusta bastante el flamenco. Es un mundo demasiado tocho como para decir que sé de él. En Iruña siempre ha habido mucha afición, quizás sea por Sabicas. El flamenco, incluso dentro del pop, ha sido para la tradición musical española, lo que el jazz en Estados Unidos. Si te catas, el pop estadounidense no deja de ser una interpretación del jazz. Incluso el trap. Y aquí siento que ha habido una reimaginación y popificación del flamenco. Es normal cuando en tu país tienes una movida con una tradición tan jarta. 

Siempre me ha chirriado el discurso de que las drogas son contrarrevolucionarias

P: La hija del munipa es un poco Maldito País de Eskorbuto y su "quisiera enrollarme a una mujer policía para estar jodiéndola todos los días".

R: Ahora que lo dices tiene sentido, pero trataba de hacer referencia a una canción de Black Marfil, un rapero de Pamplona al que han metido al talego por decir en una canción "matar al hijo de un munipa". Y pensé en decir algo parecido sin tener que ir a la cárcel. Meter una ligera referencia a la cultura de la violación con tal de acordarme de este chaval.  

P: En el disco también hay bastante amor. Se percibe que eres una persona sensible.

R: Soy bastante ñoño y peluchón. No me escondo. 

P: Algo bastante cultural en Euskal Herria es el consumo del spiz o pitxu. Algo que aparece en tu música, también. ¿Qué reflexión haces de ello?

R: Gusta mucho a la gente de aquí. Siempre me ha chirriado el discurso de que las drogas son contrarrevolucionarias. Los nazis invadieron Francia en una semana gracias a la anfeta. No hay ni un solo partido obrero que no se haya fundado en un bar y el alcohol no deja de ser otro tipo de droga. Yo no voy diciendo métete un rallote porque si no lo haces, mejor. De hecho, ahora no consumo nada y mi vida es mucho mejor. Pero las drogas son drogas y con ellas funcionamos todos en mayor o menor medida. No consumo drogas recreativas pero si medicamentos. Al final, tampoco estoy tan lejos de esa movida. 

P: Por cierto, siempre me ha gustado tu lado tuitero.

R: Ya no estoy tan fino. Siento que no tengo nada gracioso que contar. 

Están los tiempos para cagarnos fuerte en Dios

P: Igual es porque ya no te drogas.

R: Puede ser. Twitter es un sitio muy gracioso, la verdad. La sección de Twitter Retraso Mental mola mucho. Por otra parte, los de los debates serios dan mucha pereza. Creí que Elon Musk se la iba a cargar, pero no ha podido.

P: Es curioso cómo pasó a ser dominada por los progres a estar en manos de la extrema derecha.

R: Ha pasado en internet en general. En la izquierda creíamos que internet iba a ser la herramienta a través de la cual podríamos difundir información sin que esté manipulada y al final ha acabado siendo un hervidero de fascistas. Lo que me da esperanza es que en el fondo ellos no marcan el discurso. Lo hace la comunidad LGTBI. Y Twitter sigue siendo gracioso es gracias a ellos. No tengo ninguna duda de ello. 

P: Ahora la extrema derecha se autodefine como el nuevo punk.

R: Qué va. Cómo va a ser el punk de derechas.

P: Defienden que ellos son el nuevo discurso antisistema, contracultural y que se posiciona frente al status quo. 

R: Ahí tenemos la culpa nosotros ya que la izquierda se ha vuelto muy poco histriónica. Y la izquierda tiene que ser más como Villaroya que como Yolanda Diaz. Ahí seríamos más cool. Cuando veo que pasa la Dana y está la ministra de Trabajo pidiendo a los empresarios que no manden a la gente a trabajar es como... Coño, prohíbelo. Entiendo por qué la chavalada está haciéndose facha. La socialdemocracia da puta pena. No ofrece ningún tipo de salida a la gente y encima te está pidiendo que seas correcto todo el rato. Los tiempos están para cagarnos fuerte en Dios, no para ser correctos.

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