La música de Jarfaiter es un chute de pura violencia sin cortar. Un buco al mentón. De esos que dejan los ojos en blanco. Un drugo puesto de moloko plus que te grita al hipocampo en Nadsat. Un punki, un trailer park, un pibe chorro.

Su obra engloba el espíritu del pícaro español, claramente marcado por el cine quinqui de los años ochenta y todo ello aderezado con una conciencia de clase de la que muchos raperos, autodenominados de izquierdas, deberían aprender.

Pregunta: Durísimo álbum Picaresca.

Respuesta: Es un trabajo que ya tenía pensado hacer desde hace tiempo. Al haber estado experimentando con otros géneros, tenía ganas de hacer un trabajo que sonara a lo de antes y por otra parte, la gente me lo estaba pidiendo. Además, el bombo caja me permite hablar de política y todo lo que tenga que ver con la crítica social.

P: El concepto viene del subgénero literario predominante en el Siglo de Oro español y lo defines en esta frase: “Lazarillo de Tormes, sobrevivo gracias a mis cojones enormes”.

R: Quería hacer ese guiño a esa parte de la historia de la literatura española, que refleja tan bien la música que hago. La supervivencia y el canalleo.

P: Qué es ser un pícaro en 2021.

R: Vivimos en un sistema capitalista y dentro de él tienes que buscarte la vida como puedas para vivir lo mejor posible intentando no caer en la esclavitud y la explotación.

P: Picaresca son 20 minutos de violencia. Lo escuchas y te dan ganas de salir a la calle en plan drugo de La Naranja Mecánica.

R: A mí la música me gusta que genere agresividad. Que despierte.

P: La violencia es un concepto esencial y fuente de inspiración a lo largo de tu obra.

R: Desde siempre lo es. Y para mucha gente. Atrae, da morbo e incluso engancha.

P: A veces es bella.

R: Claro.

P: Todo esto se ve bien en tu tema No go Back, rodado en Suecia donde acudes como espectador un combate de KOTS (King of streets), competición de peleas callejeras, en la que participa alguien de tu círculo.

R: Prefiero no hablar de ese tema.

P: Volviendo a Picaresca, es un término que ha ido evolucionando en el tiempo y tiene una gran relación con el histórico macarrismo español. Además, el cine quinqui está muy presente en tu obra y junto a El Coleta has creado una especie de binomio que evoca mucho a este espíritu tan español. Tan castizo. Tu término Original Kinki, por ejemplo o la barra "somos el cine quinqui de hoy en día, bucos en la cola de la churrería".

R: Es algo importante que reivindicar. Hemos tenido eso en nuestra historia y es culturalmente bonito. Navajeros, Perros Callejeros, El Pico, Objetivo Matar al Nani...

P: Tu rap es también pura política. Cruda, de hecho. Te has definido como antifascista y tienes un mensaje claro contra las élites económicas pero al mismo tiempo has sido muy duro con el concepto “progre” y los partidos de izquierdas.

R: Siendo más joven me consideraba anarquista. Ahora ya no, porque ese cambio solo podría hacerse a través de una fuerte educación durante muchos años. Algo prácticamente imposible de conseguir. Nos tienen contaminados con la información que nos meten desde pequeños y en la actualidad la sociedad está podrida. El capitalismo no me gusta pero tampoco me definiría como comunista. Y soy crítico con los progres y sus políticos porque se están cargando a la izquierda y la lucha obrera. Se preocupan de temas intrascendentes para la clase trabajadora y así ganarse la aceptación de ciertas minorías. Y así no llegas a la clase baja.

Jarfaiter.

Jarfaiter durante la entrevista con ElPlural.com. Autor: Gonzalo Arce

P: No creo que hablar de “niñes” sea atractivo para un tornero fresador.

R: Mira las elecciones del otro día.

P: Aquí en tu barrio (Tetuán) ha arrasado Ayuso, representante de una derecha ultraliberal y cuyas políticas es difícil que repercutan positivamente en la clase trabajadora.

R: Era de esperar. La gente te dice “tienes que votar porque si no, sale la derecha”. Aunque votando puedas pensar que no se consigue nada, los partidos de izquierdas no están haciendo políticas de izquierdas de verdad y sí el tonto. Cómo vamos a votarles si no nos representan.

P: Dices “la misma mierda Podemos que Vox, para llenarse los bolsillos os utilizan a tos”.

R: Lo pienso así. Están vendiendo la moto a la gente. Son todos liberales y capitalistas. No cambiarán nunca el sistema. Todo lo contrario, lo perpetuarán.

P: ¿Has visto en tu alrededor un ascenso de Vox?

R: Vox también es capitalista. Se ponen una careta para dar un discurso y convencer a la gente. A la hora de la verdad, tampoco cambiarán nada. Solo quieren sus escaños y vivir del cuento.

P: También centras tus frases en los hippies. En Jipuncio dices “Eh jipi, desmonta el tipi, te pego dos hostias que te saco del tripi”. Me recuerda un poco a Jorge Ilegal y su tema Heil Hitler, en el que basó su título en cuál sería el insulto más ofensivo para un hippie.

R: No se me ocurriría decir algo así nunca, pero entiendo que lo decía en otro contexto. Era otra época. Personalmente, a Jorge Ilegal le considero un genio.

P: Lo de ir por ahí con un palo de hockey sí que te gusta más.

R: Eso sí (ríe). Me he criado en un ambiente de izquierdas entre mucho hippie y me generan mucho rechazo. Me parece un movimiento hipócrita.

P: Has recibido críticas desde sectores progresistas por presuntas letras machistas. De hecho, se llegó a prohibirte actuar en un centro social por ello. No sé si este hecho te convierte una víctima de lo políticamente correcto.

R: ¿Solo en uno? En unos cuantos. Aunque no me considero una víctima, me han vetado en muchos centros sociales por letras machistas. De chaval me movía en esos ambientes y cuando empecé en la música hacía conciertos allí para ayudarles con la recaudación. Igual había algún detenido y hacía falta dinero para su juicio. Iba, cantaba y les ayudaba. Si hacen una asamblea antes de concierto y deciden vetarme, ¿a quién perjudican? A mí que puedo irme a una sala y encima cobrar o a la persona que necesita ese dinero. Por culpa de ese pensamiento, las casas okupas se han debilitado con el paso de los años y han ido perdiendo su esencia. La gente se ha vuelto muy llorona y lo que hay que ser es luchador. Me gustaría añadir que los centros sociales deberían ser algo que ayude a la gente de los barrios y no algo sectario donde te quedes fuera por no pensar igual que ellos en todos los aspectos. ¿Cuál es el fin entonces?

P: A pesar de ser una figura importante en el rap español, eres un poco outlaw (fuera de la ley). Como una especie de forajido.

R: A pesar de que hay gente bastante buena, no me gusta la escena que hay. Y esos que lo hacen bien, no tienen el brillo que merecen porque el público en general quiere música sin valores. Se fijan más en la ropa, los coches o el dinero. No hay principios. Pero es algo global, no solo con la música. Los chavales tienen la cabeza comida.

P: Eres rapero pero en realidad haces punk.

R: Esa es mi actitud. He escuchado mucho punk y siempre me he rodeado de punkis.

P: Eso se ve en el público que va a tus conciertos.

R: Hay de todo pero es cierto que hay mucho punki y mucho pelao.

P: Directamente tienes un proyecto, Paliza, con Giuseppe de Kaos Urbano en el que haces también un punk muy crudo. ¿Tienes pensado retomar este proyecto?

R: Estamos trabajando en un segundo disco. Ya tenemos las canciones compuestas. Solo falta hacer la letra. Va despacio, pero va. Con Paliza quería también recuperar el aspecto menos políticamente correcto del punk, que por desgracia también está cayendo en eso.

P: Pero es que también has hecho reggaetón en Malianteo Criminal 1 y 2. Y haces algo interesante dándole un concepto de conciencia de clase a un género que ha evolucionado en algo totalmente contrario a eso.

R: En sus inicios era así. Lo han cogido las discográficas y al final es una herramienta para lavar el cerebro a la juventud. En vez de preocuparse en conciencia social, solo piensan en sexo, droga y dinero.

P: Has estado también muy activo haciendo drill. Cómo explicas este género.

R: Es un género surgido en EEUU pero desarrollado en Reino Unido. Es una evolución de trap pero quitando esa parte más brilli brilli de ropa, colorines, tatuajes o auto tune. Es una versión oscura donde solo se habla de crimen y violencia extrema. Cuando lo conocí, me encantó. Sentí que me representaba y comencé hacerlo. En España es muy difícil que el drill sea de verdad. Está bien si lo has vivido, pero el hecho de estar convirtiéndose en algo de moda está provocando que chavales que no llevan esa vida, hagan drill, y al final acaben induciendo a otros y a ellos mismos a llevar una mala vida.

P: El flamenco también es una parte importante de tu obra. De hecho, el álbum comienza con un sample de la mítica Yo soy un yonki y termina con Todo es de color de Lole y Manuel.

R: Siempre he escuchado flamenco. Me gusta la música agresiva pero hay momentos para todo y también me apetece escuchar flamenco y rumbas, que te alegran el estado de ánimo. Además, es algo nuestro y hay que valorarlo.

P: Quiero destacar tu tema A los presos. Conceptos como el de la cárcel, la delincuencia y la libertad han sido muy utilizados históricamente en el flamenco. No sé qué reflexión puedes hacer sobre estos términos y de qué modo han afectado a tu vida.

R: He tenido un familiar que ha estado entrando y saliendo de la cárcel hasta que ha fallecido. También he tenido amigos que han estado en centros de menores y luego en la cárcel. Yo no lo he estado pero sí lo he sufrido en mi entorno. Todo esto, sumado a lecturas, me ha ayudado a reflexionar y analizar estos conceptos. Estoy en contra de las prisiones y considero que no son lugares que consigan reinsertar a la gente en la sociedad. Son centros que generan dinero y habría que ver cuánto del dinero destinado acaba realmente al mantenimiento de los presos y cuánto se quedan las empresas que lo gestionan. Además, es un método que destroza a las personas. Es evidente que no funciona.

P: ¿Nunca ha venido una discográfica a intentar ficharte? Más que nada porque tu producto puede resultar rentable.

R: Sí, pero el dinero ofrecido no ha sido suficiente para que yo me venda. Te quieren meter colaboraciones con gente que no quería, cambiar portada... Si hablas de arte hablamos de ello pero si hablamos de dinero y quieres comprarme para que tire por la borda todo lo conseguido tienes que ofrecerme una cifra que solucione mi vida y la de mi familia. De todas formas no necesito ser rico. Estoy bien como estoy. Prefiero hacer estar así y morirme a gusto con una carrera musical honesta.

P: Va a ser difícil que hagas ciertas colaboraciones que a priori podrían sonar muy bien. 

R: Solo las quiero hacer con gente de mi círculo. También me sirve para darles un empujón. Además, la música es algo muy puro y no quiero hacerla con el único objetivo de generar dinero. No me interesa hacer algo con alguien que ni me cae bien ni conozco. Me ha pasado y ahora me arrepiento de haber hecho ciertas cosas.

P: Con Denom tienes un par de ellas bastante buenas.

R: Con él sí porque es mi amigo de verdad. Hemos llevado caminos diferentes pero nos conocemos desde que somos chavalines.

P: Supongo que tengas ganas de conciertos.

R: Claro. Además es con lo que más ganaba dinero. Es cierto que tengo ingresos de muchas cosas distintas y si me falla una, tengo la certeza de que no voy a morirme de hambre. Asimismo, en todo lo relacionado con lo digital, mi música ha subido y estoy contento con ello. Y ahora, en cuanto haya conciertos, me va a ir bastante bien. Eso sí, ¿cuándo?

P: Cuál es tu postura respecto a todo lo que ha sucedido en torno a la pandemia.

R: No soy negacionista ni nada de eso. Pienso que hay una enfermedad y que muchas personas han muerto por ello. Pero la gestión es mala y se está utilizando para restarnos libertades. No sé cómo avanzará esto.

P: En No Hay Feliz Feliz dices "Te pegamos y robamos como a Petit Ribery". ¿Algo que comentar de este beef?

R: De esto tampoco quiero hablar (ríe).