Nueva York en un poeta es un viaje musical y poético que dirige e interpreta Alberto San Juan con La Banda, que llega, del 4 de octubre y hasta el 27 de diciembre, al Teatro Bellas Artes de Madrid. El espectáculo, que ya estuvo en cartel del Teatro del Barrio, recrea aquel encuentro que mantuvo Lorca con el público de la Residencia de Señoritas de Madrid, donde se escucharon por primera vez los versos de Poeta en Nueva York, que el escritor granadino definió como “carne mía, alegría mía, sentimiento mío”.

Lorca los había escrito durante su estancia en Nueva York, que se prolongó entre junio de 1929 y febrero de 1930, y a la que siguieron tres meses en Cuba antes de regresar a España. La excusa del viaje fue matricularse como estudiante de inglés en la Universidad de Columbia, pero los motivos reales eran otros: Lorca se había convertido en un autor muy famoso en España tras la publicación del Romancero gitano, que resultó todo un éxito, y por él se le atribuyó un perfil casi folclórico del que quería, ahora, alejarse. También estaba influido por una ruptura dolorosa con un hombre.

En este recital, durante una hora, viajaremos con Lorca de Granada a Nueva York y a La Habana, a través del jazz y el son que interpretará, en vivo, La Banda. Nos sumergiremos en el Wall Street del crack del 29 -“llega el oro en ríos de todas las partes de la tierra y, con él, llega la muerte”-, Harlem –“el dolor de los negros de ser negros en un mundo contrario”-, la multitud –“uno de los espectáculos vitales más intensos que se pueden contemplar”-, el campo –“anhelante de las pobres cosas vivas más insignificantes”-, La Habana –“con sus ritmos que yo descubro típicos del gran pueblo andaluz”, la revolución –“del África a Nueva York”-. Una aventura, “llena de hechos poéticos”, de “un español típico, a Dios gracias”. 

Hablamos con Alberto San Juan.

En Poeta en Nueva York, Lorca habla de su viaje a Estados Unidos. Allí asistió a esa gran crisis del capitalismo que fue el crack del 29, y en el poemario se refiere a su crueldad. También habla de raza, de los negros de Nueva York. De marginalidad. No parece un momento tan diferente del actual, ¿no?

Hay enormes conexiones. Lorca llega a Nueva York en junio del 29, y en octubre se hunde la bolsa de Wall Wall Street, desencadenando la mayor crisis del capitalismo mundial previa a la del 2008, cuyos efectos aún padecemos. Lorca plantea hace ya casi cien años que el modo de producción y consumo propio de la sociedad capitalista es incompatible con la vida y hoy nos encontramos con una encrucijada en la que el colapso civilizatorio es una amenaza real y no lejana. Lorca se refiere al poder dominante como "un sistema económico cruel" que nos tiene "sordos y encadenados " y "al que pronto habrá que cortarle el cuello "

Lorca combina textos muy claros y descriptivos con otros más crípticos. ¿Cómo funciona eso a la hora de recitar esos poemas?

Hay poemas que aún no soy capaz de decir completos. El rey de Harlem o Danza de la muerte, por ejemplo. Poemas largos y llenos de imágenes misteriosas. A algunas llego por vías no racionales, a través del ritmo o la pura belleza, por ejemplo. Otras imágenes me resultan inaccesibles. De momento. Es parte de la emoción. El viaje nunca acaba. El juego nunca se agota.

Hay varios de sus espectáculos que van creciendo en el escenario, reopresentàndolos con sus músicos. ¿Es el caso también de este? ¿En qué ha cambiado desde que lo interpretaron por primera vez?

La primera vez que hice este espectáculo estaba solo en escena y leía los poemas. Hoy no leo nada y somos cinco en escena, cuatro músicos y yo.

¿Sigue siendo el arte un lugar desde el que contar la historia, e intentar entendederla?

El arte es uno de los posibles lugares o caminos para aproximarse a nuestra historia, claro. En un amplio arco que va desde la ficción al documental.