Con experiencia previa en TV3 como guionista de la serie Jet lag, Cesc Gay se une a la nómina de cineastas a cargo de series que esta temporada está lanzando  Movistar+.  Y seguramente la suya sea la mejor hasta la fecha: Félix. Jugando sus cartas habituales -un estilo directo y esos personajes a través de los que habla de soledad, ansiedad o el desconcierto-, Gay nos traslada al singular escenario de Andorra en un thriller donde un profesor de Literatura, Félix (Leonardo Sbaraglia), se ve envuelto en una trama de la mafia china.

Félix tiene formato de thriller, pero esencialmente no deja de ser, como muchas de tus películas, la historia de un hombre enamorado, de su vida, de sus amigos. Yo he hecho películas sobre nuestra vida emocional, en general. Sobre lo que somos y lo que sentimos, sobre todo los hombres. Aunque Félix es un poco otra cosa. En las series, a no ser que sean comedias muy radicales, hace falta que nos metan aventura, misterio, intriga. Porque, estando en casa, necesitas que te atrapen. La televisión es más frívola que el cine, en un buen sentido.

Eso lo entendió muy bien David Lynch cuando creó Twin Peaks. Las series son menos solemnes, las vemos para distraernos. No existe esa ceremonia, ese pacto que existe en una sala de cine, porque hay algo cotidiano en la manera como nos sentamos ante ellas, con tu novio pegándote la bulla, en el metro, en el AVE…

Aunque, esta nueva oleada de series, ¿no ha cambiado nuestra forma de ver cine? Sí ha cambiado nuestra forma de ver cine, absolutamente. Pero no solo es efecto de las series, también de las redes, los vídeos de Youtube... Al nuevo espectador, el cine y su lenguaje ya le parecen otros ritmos, le quedan a cierta distancia. Hay un tipo de cine que, ante estos gustos, puede quedar desfasado. Necesitamos buscar maneras de acercarnos a ese público más impaciente.

¿Tú eras seriéfilo antes de esta época de ebullición de las series? La verdad es que no. Veía mucho Seinfeld. Pero en los últimos años, con tanta producción y el nacimiento de las plataformas VOD, yo creo que todos nos hemos creado el hábito. Ver una peli en casa ya ha quedado obsoleto. Un capítulo es más corto, no te atosiga, puedes dejarlo sin remordimientos si no te convence.

¿Hay grandes diferencias entre rodar una película y rodar una serie? Solo en el guion, donde tienes que dosificar la información, dejar incógnitas abiertas al final de cada capítulo. El rodaje es igual de caótico en ambos casos, en un mismo día podíamos rodar tres escenas de tres capítulos distintos de Félix.

El personaje de Félix (Leonardo Sbaraglia) es un tipo muy normal afrontando una situación extraordinaria. La ficción nos tiene acostumbrados a los machos alfa, duros. Yo quería lo contrario, una persona muy convencional, realista, para jugar con la ingenuidad del personaje. Si tiene que perseguir a alguien, no sabe cómo hacerlo. Eso le da ternura. Incluso avanzada la serie, él no se transforma en nada. La vida se parece mucho más a Félix que a ese otro tipo de personajes. Le dije a Sbaraglia que trabajara la interpretación como la de una buena persona. Es un buen tipo, no teníamos que construir otra cosa.

También en tus películas, para ti son fundamentales los personajes.Las tramas, obviamente, son importantes, pero yo me engancho a una peli más allá de ellas, por los personajes. Las tramas las hemos visto todas, los personajes son los que hacen especial a una producción. La serie House nos ha marcado porque el personaje es muy singular. Está bien escrito y creado, y el actor lo interpreta muy bien.

Félix tiene el contrapunto de los personajes de Ginés García Millán y Pere Arquillué. Sobre todo, del personaje de Ginés, que está en el otro polo. Es más serio, racional, aunque todos ellos se dedican a maltratar de alguna manera a Félix. Con Pere, quizá se me fue la mano. Lo conocía bien como actor, hice el personaje a su medida. Pero tiene un carácter delicado, si te pasas puede quedarte demasiado histriónico. Mi intención era que la serie tuviera también humor, y Pere me permitía abrir esa vía.

Andorra le da una personalidad muy concreta a la serie. Claro, es un lugar muy peculiar, con una estética muy curiosa. Es un paraíso fiscal metido en unos valles preciosos, enormes. En mitad de la nada, de la naturaleza salvaje. Llegar allí genera una sensación parecida a la de ir a Las Vegas. Es, además, muy catalana, pero mezclada con cosas francesas.  Al ver una serie, te apetece viajar desde el sofá, y claro que el lugar y la atmósfera son importantes. Juego de Tronos no sería lo mismo sin eso mundos, o Breaking Bad, si ocurriera en Nueva York. En Andorra, el devenir político, los Pujol, el hecho económico… Todo condiciona la vida de sus ciudadanos, y así se refleja en Félix.

¿Está la trama de Félix basada en hechos reales? Solo inspirada. No recuerdo en qué cadena, vi un documental con imágenes de un ciudadano chino hablando con un director o un comercial de un banco de Andorra, haciéndole chantaje. A partir de ahí, empecé a elucubrar, y a montar la historia.