
En el informe definitivo de 2013 se constata que el número de nacimientos se redujo por quinto año consecutivo al descender un 6,4%. Hubo menos defunciones, "un 3,3% y la tasa de mortalidad infantil se situó, por primera vez, por debajo del 3 por mil". Los españoles cuando nacemos tenemos una esperanza de vida de 82,8 años.
Estos datos nos describen para el futuro de España un país de personas muy mayores –viejos- que cada vez tendrá menos población y, por lo tanto, menos trabajadores activos capaces de generar recursos para los pasivos o jubilados.
Los datos provisionales del primer semestre de 2014 no son mucho mejores: el crecimiento vegetativo de la población fue de 2.037 personas, un 70,5% menos que en los seis primeros meses de 2013; sin embargo, el número de nacimientos, en el mismo semestre, se incrementó un 1,0% y el de defunciones creció un 3,5% respecto del mismo periodo del año anterior.
La presencia de numerosos inmigrantes en nuestro país abría una ventana a la esperanza para el equilibrio de la población, dado que las mujeres extranjeras, en general, tenían más hijos que las españolas. Los datos dados a conocer por el INE relativos al primer semestre de 2014 reducen también estas cifras: Se produce una tendencia descendente en el número de nacimientos de madre extranjera, que suponen el 17,6% del total de nacimientos frente a 18,5% durante el mismo semestre del año pasado.
Tengamos en cuenta que la población extranjera en España está en el entorno del 10 por ciento y hay que apuntar que el número de mujeres de nacionalidad extranjera ha decrecido por el efecto de la emigración y las adquisiciones de nacionalidad española producidas durante la primera mitad de 2014.
A este ritmo, los expertos auguran para este año un crecimiento cero de la población y una disminución progresiva en los próximos años que puede llevarnos a que en los años 2040 se produzcan el doble de muertes que de nacimientos en España, lo que nos convertirá en un país de viejos.