Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, encontramos el municipio de Tazones. Un pequeño enclave marinero situado en la indómita costa asturiana con una belleza natural y una arquitectura tradicional que merece ser visitada.

Esta pintoresca localidad erigida en la desembocadura de la ría de Villaviciosa, es internacionalmente conocida por suceder allí un hecho histórico curioso a la par que muy relevante: el desembarco de Carlos V en el puerto de Tazones, al que llegó por casualidad.

Su historia, marcada por un inesperado desembarco

La historia de Tazones se remonta a los siglos XIV y XVI, cuando funcionaba como un puerto ballenero. Sin embargo, uno de los momentos más célebres en la historia del pueblo ocurrió el 19 de septiembre de 1517, cuando Carlos V, entonces Carlos I de España, desembarcó en Tazones por error.

El joven monarca, que venía de Flandes, tenía previsto desembarcar en Santander, pero una tormenta desvió su ruta y terminó arribando en Tazones. Este inesperado desembarco marcó un hito en la historia del pueblo dejando una huella imborrable en la memoria de sus habitantes.

Otro aspecto muy interesante de Tazones es la presencia de huellas jurásicas en su playa, como ocurre en el municipio de Llastres, pues ambos se encuentran en la llamada Costa de los Dinosaurios. Estas icnitas tridáctilas de dinosaurios bípedos son visibles durante la marea baja, atraen a decenas de visitantes cada año, interesados en la geología y la prehistoria.

La recreación y la leyenda

Según cuenta la leyenda, cuando Carlos de Habsburgo, futuro Carlos V, llegó a Tazones por accidente los habitantes de la villa pensaron, al ver los barcos, que se trataba de un ataque pirata y se prepararon para defenderse. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que se trataba del joven monarca y su séquito.

Cada año, en agosto, el pueblo celebra la recreación del desembarco de Carlos V. Los habitantes se visten con trajes de época y recrean el evento histórico con gran detalle, atrayendo a numerosos visitantes y manteniendo viva esta parte de su patrimonio cultural. Además, durante las festividades de San Roque, el pueblo se llena de actividades y procesiones que muestran la devoción local y la tradición marinera.

¿Qué ver en Tazones?

El pueblo de Tazones está dividido en varios barrios, entre ellos San Miguel y San Roque, que han sido declarados Conjunto Histórico Artístico desde 1991. Estos barrios conservan una arquitectura tradicional con casas de pescadores de colores vivos y calles empedradas.

Podemos empezar nuestro recorrido desde el aparcamiento municipal, ubicado en la entrada del pueblo, donde se puede dejar el coche. Una vez allí, la primera parada puede ser la Iglesia Parroquial de San Miguel, situada a unos 50 metros. Este templo, reconstruido en 1950 tras ser destruido durante la Guerra Civil, destaca por su rosetón en la fachada.

La iglesia nos da la bienvenida al Barrio de San Miguel, por donde continuamos nuestro paseo. Las estrechas y empinadas calles de este barrio ofrecen hermosas vistas, perfectas para inmortalizar con la cámara de fotos. En particular, la casa del número 24 de la calle Aldea de San Miguel, con su fachada blanca y detalles en rojo, es un lugar muy instagrameable.

Desde el barrio de San Miguel, nos dirigimos a la Playa de Tazones, que nos invita a relajarnos mientras disfrutamos del mar Cantábrico. Como se ha mencionado en párrafos anteriores, durante la marea baja se puede explorar las huellas de dinosaurios que hay en las rocas. 

Luego, caminamos hacia el Puerto de Tazones, el corazón del pueblo. Aquí se puede ver a los pescadores regresando con sus capturas del día y disfrutar del ambiente marítimo. Además, en este lugar fue donde Carlos V desembarcó en 1517. Si visitas Tazones en agosto, podrás presenciar la recreación de este evento histórico durante las festividades locales.

Entrada de la Casa de las Conchas en el pintoresco pueblo de Tazones, Asturias.

Entrada de la Casa de las Conchas en el pintoresco pueblo de Tazones, Asturias.

A continuación, nos dirigimos al Barrio de San Roque, donde encontramos la famosa Casa de las Conchas. Esta casa, cuya fachada está completamente cubierta de conchas marinas de diferentes formas y colores, es uno de los puntos más destacados y fotografiados de la villa pesquera. Se cuenta que la casa fue decorada así por un marinero local en honor al amor que sentía por la mar. Asimismo, este barrio cuenta con algunas de las calles más bonitas del pueblo y un antiguo hórreo de madera.

Desde aquí, subimos al Faro de Tazones, situado en un punto elevado, donde podremos admirar unas espectaculares vistas del litoral asturiano. Por último, finalizamos la visita en la Plaza del Riveru, donde históricamente se desarrollaba gran parte de la actividad social y económica del pueblo. Aquí se varaban las embarcaciones y se distribuía el pescado. Hoy es un lugar encantador para pasear.

Pescados y mariscos frescos con una 'sidrina'

Este pequeño enclave es un paraíso culinario donde la cocina tradicional asturiana se destaca por su autenticidad y calidad, siendo sus pescados y mariscos frescos los principales protagonistas. Entre los platos más emblemáticos de Tazones, se encuentran la caldereta de mariscos, un guiso sabroso y reconfortante que combina diversos mariscos; las sardinas a la parrilla, una opción simple pero deliciosa, perfecta para disfrutar del sabor del mar; y el pote asturiano, un plato tradicional que combina legumbres, carne y verduras, cocinado lentamente en una olla de barro.

La experiencia gastronómica en Tazones no estaría completa sin acompañar los platos con la famosa sidra asturiana. Esta bebida de manzana es refrescante y ligeramente ácida, convirtiéndose en el complemento perfecto para los mariscos y pescados, realzando sus sabores y ofreciendo una verdadera inmersión en la cultura culinaria de Asturias.

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